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Durante la tradicional oración mariana del Ángelus, celebrada todos los domingos en la plaza de San Pedro, el papa Francisco reflexionó sobre la situación de los migrantes en el mundo, haciendo un llamado a eliminar los prejuicios y construir una sociedad inclusiva con los más vulnerables.
La reflexión se produjo en el marco de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, celebrada desde 1914 el último domingo de cada mes de septiembre.
En su homilía, el máximo líder de la iglesia católica instó a los fieles de todo el mundo a unirse en oración y trabajar por un mundo en donde, sin miedo y sin prejuicios, los más débiles sean acompañados.
“Estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo”, dijo el papa, resumiendo su invitación a la construcción de “un Nosotros cada vez más grande”.
Como un acto simbólico, el pontífice hizo un llamado a los presentes a acercarse al monumento “Angel Unwares”, una obra de mármol negro esculpida por Timothy Schmalz que recrea una balsa en tamaño natural donde migrantes de todos los orígenes y épocas se unen en un mismo viaje.
“Antes de abandonar la plaza, les invito a que se acerquen a ese monumento que hay allí, donde está el cardenal Czerny: la barca con los migrantes, y a que se detengan en la mirada de esas personas y capten en esa mirada la esperanza que hoy tiene todo migrante de volver a vivir. Vayan allí. Vean ese monumento. No cerremos las puertas a su esperanza”, concluyó Francisco.