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Una visita catalogada por expertos como un mensaje de reconciliación y reivindicación del legado cristiano y católico, es la que realizará el Papa Francisco desde este viernes, y por tres días, a Irak.
En el Vaticano perciben este suceso como la realización del sueño que tuvo Juan Pablo II, quien quiso llegar a la cuna de Abraham, el padre común y reconocido por judíos, cristianos y musulmanes, quien tras la revelación divina viajó hasta la Tierra Santa llevando la palabra de Dios.
Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de relaciones internacionales de la universidad del Rosario, reconoce que este viaje además de ser histórico, lleva intrínseco mensajes de esperanza y tolerancia, no solo para los católicos y cristianos que han sido perseguidos a lo largo de la historia, sino para los creyentes del resto del mundo.
Y tiene razón, pues según reseña la agencia EFE, el Papa, de 84 años, llegará hasta Qaraqosh, ciudad de mayoría cristiana de la que tuvieron que huir en 2014 más de 150.000 personas en solo una noche por la llegada de los yihadistas del Estado Islámico (EI). Se espera que un centenar de personas se reunirán en la iglesia de la Inmaculada, restaurada después de ser quemada y convertida en un polígono de tiro por los terroristas, para escuchar al pontífice.
El padre Diego Alberto Uribe Castrillón, profesor de Teología de la universidad Pontificia Bolivariana, señala que esta visita será un encuentro con las raíces de la fe, en busca de los puntos comunes de las religiones monoteístas (que creen en la existencia de un solo Dios), como mensaje de paz y reconciliación, en una tierra golpeada por invasiones, violencia y terrorismo.
“El Papa quiere llegar a una comunidad que ha sufrido mucho por bombardeos, invasiones y otros aspectos que han afectado a los más débiles, a poblaciones humildes y pobres, para llevarles el mensaje de que no están solos”, precia Uribe.
Además, asegura que esta primera salida del pontífice de Roma, tras los meses de confinamiento por la pandemia que aún afecta al mundo, también es vista como un llamado a recobrar la esperanza, la fe, la confianza en que “juntos vamos a salir adelante de las dificultades”.
Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, resalta que hay tres aspectos fundamentales que ponderar en esta decisión del Papa Francisco de llegar hasta Irak.
El primero tiene que ver con el tema geopolítico y es la recuperación de la presencia de la iglesia en un país golpeado por la violencia y otros fenómenos como el terrorismo.
El segundo tiene que ver con el mensaje que quiere mandar el país al resto del mundo, que la comunidad internacional vea cómo la población recibe al Papa con el deseo de pasar la página para construir una nueva nación.
Y el tercero es la reivindicación de la fe de esa comunidad religiosa perseguida y torturada, entre otros, por el estado islámico, un mensaje que también le llegará como un bálsamo para esos creyentes que son perseguidos en otras regiones por su lealtad con Dios.
El padre Uribe también exalta que este paso del Papa por Irak se da ad portas de una Semana Santa en la que el mensaje de la iglesia será el “despertar a la esperanza”, fortaleciendo la fe en la palabra y en las promesas de Dios