La típica frase, “no se le entiende por qué tiene letra de doctor”, ya no debe ser un problema en el país de la India, ya que no fue un virus ni una bacteria lo que obligó a la justicia a intervenir en la salud pública, sino la simple e histórica mala caligrafía médica.
En un fallo histórico que redefinió el derecho fundamental a la salud, el Tribunal Superior de Punjab y Haryana puso bajo investigación la ilegibilidad de las recetas, declarándola una “amenaza directa” para la seguridad de los pacientes en toda la India.
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La sentencia, pionera a nivel mundial, exige un cambio radical en la práctica médica: la claridad de la escritura ya no es una “cortesía profesional”, sino una obligación legal ligada a la dignidad y los derechos constitucionales del ciudadano.
El punto de partida de la decisión fue un incidente en el que un juez no pudo descifrar un informe médico-legal de un paciente, lo que obligó a declararlo nulo como prueba. Y es que aunque hoy en día todo está permeado por la tecnología, el sistema médico allá no se ha digitalizado por completo.
Partiendo de este precedente, la Corte de la India determinó que una prescripción ilegible viola el derecho del paciente a la salud, pues se le niega reconocer la información esencial para su tratamiento y seguridad.
Para combatir este problema, el tribunal dictó medidas claras y de aplicación inmediata: los médicos están obligados a escribir las recetas en letras mayúsculas y de forma perfectamente clara hasta que el sistema migre a la digitalización total.
Además, la orden judicial no se limitó a corregir el síntoma, sino que atacó la raíz. Pidió que las facultades de medicina incluyan formalmente la formación en caligrafía médica en sus currículos y le ordenó al Gobierno la implementación total de recetas electrónicas en un plazo no mayor a dos años, según reportó la BBC.
Una cifra mortal detrás de los garabatos médicos
La urgencia del fallo en este país se fundamentó en estadísticas y casos alarmantes que demostraron que la mala letra de un médico o médica no es una anécdota o mal de profesión, sino un factor de riesgo mortal para la vida.
En la India, por ejemplo, medios locales recordaron durante los últimos días tras el fallo ocurrido a finales de septiembre, el trágico caso del año 2014, cuando un niño falleció tras recibir un medicamento equivocado debido a una receta mal escrita.
A nivel internacional, el problema ha sido igual de grave. Según el Institute of Medicine de Estados Unidos, se estima que cerca de 7.000 muertes se registran cada año solo en ese país por errores relacionados con la prescripción de medicamentos.