La indignación en Puerto Rico que tiene al borde de la renuncia al gobernador Ricardo Roselló no la despertaron las denuncias de corrupción contra el mandatario (ver recuadro), sino la publicación de los chats grupales entre él y su círculo cercano.
En ellos, quedaron en evidencia las burlas cotidianas del mandatario y sus funcionarios en relación con hechos como la muerte de periodistas, el aspecto físico de sus seguidores o la homosexualidad del músico Ricky Martin.
Los mensajes, filtrados por el Centro de Periodismo Investigativo el pasado sábado, desataron unas protestas que hoy cumplen siete días, y que se hicieron aun más visibles el pasado miércoles, cuando se unieron músicos puertorriqueños como Bad Bunny, René Pérez y el propio Ricky Martin.
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Entre las 889 páginas de mensajes, escritos entre diciembre de 2018 y enero de 2019, los funcionarios puertorriqueños incluyen mensajes como: “Ricky Martin es tan machista q (sic) se folla hombres pq (sic) las mujeres no dan la talla”. En otro de los chats, el gobernador demócrata llama “puta” a la expresidenta del concejo municipal de Nueva York, Melissa Mark Viterito, por una de sus publicaciones en Twitter.
Un demócrata homofóbico
Roselló, heredero político de su padre, Pedro Roselló, no puede estar más solo. El rechazo en su contra logró incluso poner de acuerdo a los probables adversarios en las próximas elecciones de Estados Unidos: el precandidato demócrata Beto O’Rourke y el presidente republicano Donald Trump.
Este último, enemigo de Roselló desde su llegada a la gobernación en 2017, aprovechó la coyuntura para atacar a los políticos puertorriqueños y acusarlos de corruptos.
De fondo, como explica Nury Astrid Gómez, experta en comunicación política, el escándalo de los chats mueve las fichas de tensiones políticas anteriores entre Estados Unidos y la isla, la cual funciona como un estado libre asociado (una figura con menos derechos que un estado regular norteamericano).
Desde 2015, el gobierno puertorriqueño declaró que no podría pagar la deuda con EE. UU. y, tras el Huracán María en 2017, ambos gobiernos se han acusado mutuamente. Desde la isla apuntan que no ha habido suficientes recursos para atender la emergencia, y desde Washington que estos han sido desperdiciados.
En ese mapa, Roselló llegó al poder con la bandera de señalar el abandono por parte de Trump a la isla y, como explica Frances Rosario, reportera puertorriqueña del diario Primera Hora, con la promesa heredada de su padre convertir a Puerto Rico en el estado número 51 de EE. UU.
Pero ahora, tras unas filtraciones que ratificaron que el poder está más expuesto que nunca en la era de las redes sociales, a Roselló le bastará con no salir expulsado de su cargo por el repudio político de aliados, amigos y hasta celebridades.