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Tres muertos y más de 20 heridos es el resultado de un fin de semana de marchas de “supremacistas” blancos y enfrentamientos en el estado de Virgnia, donde se planteó el sábado la manifestación “Unir a la derecha”, en la localidad de Charlottesville.
Una de esas muertes causó indignación nacional, ya que se produjo cuando un grupo de opositores a la marcha fue atropellado premeditadamente por una persona no identificada en un automóvil. Los otros dos decesos se produjeron al estrellarse un helicóptero policial.
A última hora del sábado las autoridades estadounidenses acusaron formalmente de asesinato en segundo grado a James Alex Fields Jr., de 20 años y natural de Ohio, como presunto autor del atropello. El joven se encuentra detenido en la cárcel del condado de Albermarle-Charlottesville.
Ayer, el gobierno de Donald Trump recibió numerosas críticas de distintos sectores, incluyendo la del alcalde de Charlottesville, Mike Signer, que lo señaló por instigar estos grupos violentos durante las elecciones presidenciales: “Miren la campaña electoral que llevó a cabo. Ahora le corresponde al presidente Trump decir que ya basta”.
¿Qué opinan expertos? Enrique Serrano, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, consideró que “a Trump no se le puede responsabilizar por el hecho. Los grupos supremacistas blancos no han dejado de existir en EE. UU., y en especial en estados como Virginia y Carolina del Norte. Más bien, la polarización que hay desde su llegada al poder ha llevado a una situación de mayor enfrentamiento, y un factor en ella es la campaña de desprestigio contra el mandatario y sus bases de apoyo en los medios”.
Por su parte, en anterior diálogo con EL COLOMBIANO, Emilio Viano, politólogo y docente de la Universidad Americana de Washington, consideró que si bien el problema no es nuevo, el factor que mantiene vigente y visible al racismo es que en muchos casos, por acción u omisión, es apoyado por las instituciones, y mucho más en la era política actual del país: “hay que ir a las raíces del problema, enfrentar un racismo institucionalizado, combatir las condiciones precarias en estados rurales como el desempleo, y brindar más oportunidades”.