Rusia volvió a mover las fichas del tablero diplomático. Mientras Washington insistía en reactivar conversaciones y presentaba un borrador de 28 puntos para un eventual acuerdo de paz, el presidente Vladímir Putin dejó claro que no habrá avances rápidos ni concesiones unilaterales. Moscú sostiene que el plan de Donald Trump —que inicialmente incluía el reconocimiento internacional de territorios ocupados por Rusia— no constituye una propuesta concreta, sino apenas “una lista de cuestiones para discutir”.
Tras la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en Kirguistán, Putin afirmó que el texto original de la Casa Blanca “podría servir como base para futuros acuerdos”, aunque criticó las modificaciones hechas por Washington tras consultarlo con Kiev. Según el mandatario, varias exigencias ucranianas “suenan ridículas” y cada punto del documento “debe debatirse seriamente”.
Un frente militar activo mientras se habla de paz
En paralelo a estas tensiones diplomáticas, el Ministerio de Defensa ruso reportó el derribo de alrededor de un centenar de drones ucranianos en varias regiones, incluido el sur de Moscú. Si bien los ataques no dejaron víctimas, Rusia los calificó como parte de una escalada que impide avanzar hacia un cese al fuego inmediato.
El punto muerto con Washington
El núcleo del desacuerdo: los territorios ocupados
Putin insiste en que cualquier acuerdo debe incluir el reconocimiento internacional de Crimea, Donetsk y Lugansk como territorio ruso. También exige que se “congelen” las líneas de frente en Jersón y Zaporiyia, como aparecía en la versión original del plan estadounidense.
Para Moscú, ese reconocimiento es la garantía fundamental de seguridad:
“Si no se reconoce, cualquier acción ucraniana sería vista como un intento de recuperar territorio propio. Si se reconoce y luego atacan, sería un ataque contra la Federación de Rusia”, advirtió.
La petición es incompatible con la postura de Kiev, que no acepta la pérdida de territorio y exige la retirada rusa como condición primordial para negociar.
La otra exigencia: retirada completa de las tropas ucranianas
Putin reiteró que, si las fuerzas ucranianas se retiran de las zonas que ocupan, Rusia “detendrá las operaciones militares”. Si no lo hacen, aseguró, Moscú “tomará esos territorios por la fuerza de las armas”.
Las declaraciones llegan justo cuando la llamada “operación militar especial” se acerca a su cuarto año sin que Rusia haya logrado el control total de Donetsk y Lugansk.
Rusia pide garantías sobre seguridad europea
Moscú también puso sobre la mesa la arquitectura de seguridad del continente. Putin dijo estar dispuesto a firmar un documento donde Rusia se comprometa a no atacar a Europa, aunque ironizó: “Decir que Rusia no se dispone a atacar Europa suena divertido. Pero si quieren escucharlo de nosotros, adelante, dejaremos constancia”.
La exigencia aparece mientras Rusia es acusada de haber violado acuerdos previos: la anexión de Crimea en 2014 y la invasión de Ucrania en 2022 contradijeron los compromisos del Memorando de Budapest, que garantizaba la soberanía ucraniana.
Un ataque político contra Zelenski
Putin también cuestionó la legitimidad del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, argumentando que al suspender las elecciones por la guerra, “perdió su legitimidad”. Según él, firmar un acuerdo con Kiev carecería de validez jurídica.
La crítica contrasta con la situación interna rusa, donde Putin fue reelegido en 2024 con un 87% de los votos y ha sido señalado por reprimir a la oposición y no convocar instancias constitucionales claves.
Filtraciones y espionaje
El mandatario ruso también comentó la filtración de conversaciones entre Steve Witkoff, enviado estadounidense, y Kirill Dmítriev, representante ruso, en las que se discutían estrategias para persuadir a Trump. Putin sostuvo —con ironía— que las escuchas telefónicas son un delito en su país, pese a que sus servicios de inteligencia acaban de recibir autorización para usar software de rastreo bancario sin orden judicial.
Panorama general: el conflicto se aleja de un acuerdo inmediato