El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que el gobierno federal asumirá el control de la seguridad en Washington D. C. y desplegará 800 efectivos de la Guardia Nacional para, según dijo, “limpiar” la capital de la delincuencia y de las “pandillas violentas”. La medida, que podría ampliarse a otras ciudades, ha sido calificada como inédita por colocar al Departamento de Policía Metropolitana bajo control federal, algo sin precedentes en la historia reciente del país.
Trump justificó la intervención alegando que la criminalidad en la ciudad está “fuera de control” y comparó la situación con la de “algunos de los lugares considerados los peores del mundo” en materia de inseguridad, citando a varias capitales latinoamericanas, entre ellas, Bogotá. También prometió actuar contra la población sin hogar, que en 2024 se estimaba en unas 5.600 personas en el distrito.
En contexto: Donald Trump anunció que el poder federal tomará el control de la seguridad en Washington
Sin embargo, las cifras oficiales contradicen la narrativa presidencial. Datos de la Policía Metropolitana muestran que los delitos violentos han disminuido un 26% en lo que va de 2025 respecto al año anterior, alcanzando su nivel más bajo en más de tres décadas. Aunque Washington registró un repunte en 2023, la tendencia ha sido a la baja desde entonces.
La decisión de Trump ha generado críticas no solo por el momento en que se adopta, sino también por el precedente que establece. Expertos recuerdan que, históricamente, la Guardia Nacional solo ha sido movilizada en la capital para responder a disturbios graves, como los ocurridos tras el asesinato de Martin Luther King en 1968 o durante las protestas por justicia racial (Black Lives Matter) en 2020.
Antes de Trump, la última vez que un presidente desplegó tropas sin la solicitud de un gobernador fue en 1992, tras los disturbios por el caso Rodney King en Los Ángeles.