Cualquier cifra es pequeña para financiar el Plan Estratégico de la Caficultura 2015-2020, cuyas principales líneas presentó en el congreso del sector, el gerente de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz.
La iniciativa busca impulsar una actividad sostenible, moderna y competitiva, centrada en los aspectos económico, social y ambiental, pero, ¿cuánto cuesta financiar ese plan?
Ni el propio Muñoz tiene una respuesta precisa, pero una cuenta a mano alzada de la inversión ejecutada en el quinquenio 2009-2014 muestra que la base no puede ser inferior a los 12 billones de pesos.
De parte del Ministerio de Agricultura, se estima que la inversión estuvo entre los cinco y siete billones de pesos, sumando lo destinado al Incentivo a la Capitalización Rural (ICR), el programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC) y los servicios de extensión, entre otros.
“A eso hay que agregarle lo que aportó el gremio, que pudieron ser cuatro billones de pesos más, es decir que hablamos más o menos de 12 billones, y de ahí en adelante habrá que invertir una cifra similar en el plan quinquenal”, expresó Muñoz a El Colombiano.
El plan de trabajo hacia el 2020 apuesta por el incremento de la productividad, mediante de mecanismos como la capitalización rural, el acceso al capital de trabajo, al crédito agropecuario y la transformación productiva mediante la renovación de 350.000 hectáreas de cultivos (ver gráfico).
Otra punta de lanza en el frente económico, tiene que ver con la gestión de costos de producción mediante la disminución de lo destinado a fertilización y beneficio e, incluso, la flexibilización del impuesto de renta.
Adicionalmente, se contemplan ajustes a la estrategia comercial, acorde a las nuevas condiciones del mercado mundial cafetero, aprovechando los activos institucionales para agregar valor al productor e impulsado a los empresarios exportadores cafeteros y fomentando el consumo interno, entre otros.
Darío Bernardo Saldarriaga, delegado de Antioquia en el Congreso Nacional Cafetero, señaló que un punto clave del plan de trabajo será la educación de la familia cafetera. También para él es esencial las mejoras en productividad, y, obviamente, “sacar café de la mejor calidad, con valor agregado y diferenciado”, añadió.
“Eso vale toda la plata del mundo y cualquier dinero podría ser insuficiente para atender lo que la caficultura requiere, más cuando estamos de entrar en un escenario de posconflicto”, advirtió Saldarriaga..