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Que la economía colombiana haya crecido 10,6% el año pasado fue una muy buena noticia para el país, ya que la cifra estuvo, incluso, por encima de las proyecciones más optimistas. Sin embargo, para algunos analistas “no todo lo que brilla es oro”, pues consideran que ese crecimiento esconde un desbalance preocupante.
Desde la perspectiva de la demanda, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país fue impulsado en mayor medida por el consumo de los hogares y del Gobierno, cuyas tasas de crecimiento se ubicaron en 14,6% y 11,2% respectivamente.
Por el lado del gasto de los hogares, este se dio principalmente en restaurantes, servicios de comunicación, recreación, cultura y vestuario, y fue financiado, en gran parte, con lo ahorrado durante la pandemia.
Según un informe del Departamento Administrativo de Estadística (Dane), el porcentaje de hogares que dijo no tener la posibilidad de ahorrar parte de sus ingresos durante 2021 se ubicó en un 77,8%; lo que significó un incremento del 7,85% en el número de familias que no tuvieron esta capacidad con respecto a 2020.
Para Alejandro Reyes, economista jefe de BBVA Colombia, durante la pandemia los hogares hicieron un gasto menor a lo que usualmente hacían, lo que permitió que aumentaran sus ahorros.
“Cuando se fue abriendo la economía, las familias comenzaron a volver a salir a comprar bienes y esto llevó a que incrementara su gasto, para el cual tomaron esos recursos ahorrados en 2020. Por esta razón, el 2021 terminó con niveles muy bajos de ahorro”, explicó el economista.
Y resaltó que esta situación fue lo que generó un crecimiento desbalanceado de la economía colombiana, pese a los buenos resultados del PIB.
“Hubo un crecimiento del consumo, tanto del privado como el público, muy fuerte, y el de la inversión fue más moderado. Esto hace que estemos reduciendo el ahorro, que es lo que a futuro se puede convertir en inversión para el país. Esto despierta una alerta”, indicó Reyes.
Al respecto, Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, expresó que, a pesar de que Colombia históricamente tiene unas tasas de ahorro bajas, este crecimiento del consumo significó un “desahorro” obligado por la pandemia, por lo que este gasto no se volvería a dar y por lo tanto se desaceleraría hacia el mediano y largo plazo.
En este sentido, Olarte señaló que ese crecimiento que tuvo el país durante 2021 no será sostenible, dados los factores que lo impulsaron. “Ahora lo importante es ver cómo se va a mantener el dinamismo del consumo este año, cuando ya el ahorro se gastó. La recuperación del empleo y unos mejores ingresos de las familias es lo que puede ayudar este 2022”, indicó Olarte.
Por su parte, Reyes advirtió que si Colombia sigue el ritmo de ese aumento del consumo, será difícil lograr un crecimiento estructural y hacia adelante, ya que cada vez el país tendría una economía que crece impulsada por las deudas o el ahorro de las personas, y eso no es lo ideal.
“Al fin y al cabo, una economía que sea saludable tiene que tener una porción de ahorro importante para asegurar que el año siguiente va a tener capacidad de crecer”, dijo el economista.
Finalmente, los analistas concordaron que para 2022 será determinante la recuperación del mercado laboral y las medidas para frenar la inflación. Asimismo, estiman que tanto el crecimiento de la economía como el consumo de los hogares se moderarán bastante