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El guion del renacer del cine por la covid-19

Cuando se cerraron las salas, la taquilla iba en $110.000 millones, una caída de 82,5 % frente a 2019 ($628.687 millones): Proimágenes.

  • La industria del cine llega disminuida financieramente a las aperturas desde el 26 de noviembre de 2020 por la covid. FOTO: CARLOS VELÁSQUEZ
    La industria del cine llega disminuida financieramente a las aperturas desde el 26 de noviembre de 2020 por la covid. FOTO: CARLOS VELÁSQUEZ
El guion del renacer del cine por la covid-19
26 de noviembre de 2020
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Sentir la magia del cine en los teatros es una ilusión para espectadores y exhibidores que por ocho meses no han recibido los ingresos previstos. Este 26 de noviembre, en el Valle de Aburrá se abrirán 31 pantallas (de las 143 existentes) y en el país, se prevén 540 en 24 territorios.

¿Cómo llega el sector? Desde marzo, las 1.227 pantallas que registra Proimágenes por cuenta de la covid-19 se cerraron, y la industria alcanzó 110.000 millones de pesos en taquilla, cuando se preveía un 2020 prometedor, por haber vivido el año pasado unos resultados récord.

En 2019, la industria cerró en máximos históricos en espectadores, con la asistencia de 73,11 millones (Medellín participó con el 7,16 %) y en ingresos por taquilla al alcanzar los 628.687 millones de pesos, cuando en 2010 el dato apenas significaba 351.378 millones. Esto muestra que la reducción anual que alcanza un 82,5 % por efectos de la pandemia.

“El costo de este periodo fue muy alto, si se tiene en cuenta que pese a la comprensión de algunos eslabones de la cadena (arriendos) se siguen causando obligaciones, sin recibir ingresos, en aspectos como infraestructura, personal y mantenimiento, entre otros”, aseguró Gustavo Palacio, presidente de la Asociación Colombiana de Cine (Acocine), gremio con diez afiliados que representan el 90 % de las pantallas en el país.

La disminución de los ingresos no solo se ve afectada por la boletería (en la que además están incluidos el costo de los derechos, así como la contribución para el desarrollo cinematográfico), sino también por los servicios complementarios, como la alimentación, “que son tan importantes como los recursos por boletería”, explicó Palacio.

Lo anterior, en una industria que deberá seguir soportando los costos por los límites en el aforo (50 %) y en la que el principal operador no reiniciará: Cine Colombia; así, según cifras de Acocine el 30 % de las pantallas que aporta este jugador a la industria no funcionará, y el 45 % de la facturación seguirá relativamente quieta

Munir Falah, presidente de Cine Colombia, le dijo a EL COLOMBIANO que no abrirá sus puertas este año, aunque el 21 de noviembre hizo una función privada y exclusiva para los colaboradores y sus familias y está comprometido con celebrar los 100 años de la compañía que va en sus 93 primaveras.

Entre las estrategias ha planteado que los saldos en la “Tarjeta Platino” y la “Tarjeta Cineco” tradicional, que los clientes tenían a marzo 14 de 2020, se mantendrán y vencerán hasta marzo 31 de 2022.

Además en este periodo, Cine Colombia decidió dar por terminado el acuerdo de arrendamiento en el centro comercial El Edén en Bogotá, que solo estuvo abierto al público por 4 meses y tuvo un valor de 35.000 millones de pesos, y emprendió 4 negocios: Cineco Plus, domicilios, autocines y alimentación con música (Café Plus), alternativas innovadoras, pero que no compensan los cierres.

Y para el anunciado regreso de sus colegas Cinemark, Cinepolis y Royal Films (Procinal, circuito Bogotá ya tenía 11 teatros abiertos), Cine Colombia aportó siete películas The Best is Yet to Come, Attraction 2, I Still Believe, The Assent, 10 Minutes to Gone, Train to Busan 2, Big Foot Family; lo que es una demostración de deseo de que este paso sea beneficioso.

Sobre la sostenibilidad

Para Cinemark esta ha sido una época difícil, la compañía debió suspender “contratos de trabajo, negociar con proveedores el no pago de facturas; con arrendadores, la recomposición de arriendos, suspender varios servicios (telefonía móvil, internet y otros) y apagar aires acondicionados y equipos en cines. Igualmente tuvimos que recurrir a créditos bancarios”, explicó Pablo Umaña, presidente de la compañía en Colombia.

Un camino similar mencionó Juan Carlos Mayungo, líder de Procinal circuito Medellín, quien asegura que estos meses ha debido manejarse con prudencia “la estructura financiera, partiendo por los pasivos y las deudas. Redujimos al máximo todos los costos innecesarios que una empresa en operación normalmente tiene, renegociamos con acreedores y suspendimos proyectos”.

Además sostuvo que la poca liquidez “ha sido para responder a las obligaciones laborales y fiscales” teniendo en cuenta que los socios comerciales han sido comprensivos otorgando plazos para su funcionamiento; aunque por ahora no hay una previsión de apertura.

Por su parte, Raúl Ángel, gerente comercial y de mercadeo de Cinemas Procinal circuito Bogotá, que con 75 pantallas, asegura que a la fecha la compañía ha dejado de vender 35.000 millones de pesos, y en esta temporada se vio abocado a suspender el contrato de la mayoría de sus empleados, mientras no tuvieron ingresos, aunque “en asocio con el grupo IGA abrimos un Autocine en las instalaciones de Andrés carne de Res en Chía y eso nos permitió tener un pequeño flujo de caja que se utilizó para la apertura de pruebas piloto en algunos de nuestros teatros”.

Con mucho esfuerzo y “sin estrenos”, Ángel aseguró que se lograron abrir 11 teatros, antes de esta apertura “y así jalonar la apertura de la mayoría de exhibidores y el regreso de los estrenos al país”, a lo que sumarán dos este 26 de noviembre y deja pendientes 3, del total que opera la compañía (16 teatros), aunque espera tenerlos todos en operación para cierre de este año.

La expectativa sobre noviembre y diciembre es que sea un periodo de ajuste, sostuvo Mayungo: “Este corto periodo será una etapa de reacomodación, sin grandes resultados y con una nueva forma de operar los cines (...) Los títulos que empezarán a disfrutar los clientes serán pequeños estrenos que permitan tanto al público como a las distribuidoras retomar la confianza en cine como el mejor espacio para disfrutar y exhibir las películas de estrenos”.

Y es que Palacio asegura que el Gobierno se ha quedado corto en su compromiso con la industria “no se siente el apoyo decidido para darle la mano a un sector que lo necesita y le ha dado mucho al país”, en entretenimiento a bajo costo y empleo joven.

Desde su perspectiva, es fundamental revisar la posibilidad de acceder a líneas de crédito que no tengan las condiciones tradicionales, dado el momento excepcional que está viviendo la economía, así como hacer un análisis detallado de la tributación que les permita a estas compañías permanecer solventes y propender por su continuidad.

Umaña agregó que el imperativo es que las personas vuelvan a las salas: “Si la gente no regresa a cine en masa, nos extinguimos todos los teatros”; por ahora Cinemark no tiene pensado abrir nuevas pantallas en dos años, con la mira puesta en que esta es una de las compañías internacionales mejor paradas para enfrentar la reactivación, según el presidente en el país.

Pensar en cadena

El cine, dijo Samir Antonio Campo, vicepresidente corporativo de la firma en consultoría de consumo Raddar, es parte fundamental del entretenimiento, con un cambio de mirada que se viene dando desde 2016 en el que las personas “buscan nuevas dinámicas de bienestar con consumos menos durables y menos desembolsos”.

Este segmento tuvo un comportamiento positivo en 2019 con 47,3 billones de pesos, en Barranquilla tuvo un crecimiento de 8,36 %; Bogotá del 6,91 %; Bucaramanga, 8,11 %; Cali, 6,47 %, y Medellín 8,11 %, explicó Campo, y en este momento vive un periodo de ajuste por el miedo y que no todas las alternativas de consumo están disponibles; “el cine es una de las últimas actividades en reactivarse y por lo tanto es una de las categorías más castigadas de este 2020”.

La previsión es que solamente en dos años se recuperarán los consumos obtenidos antes de la pandemia.

Así, dijo Campo, “la industria tiene retos desde la producción de contenidos, algunos ya están producidos, pero en esta dinámica vertiginosa, hay un desafío para las grabaciones con sets que obligan a 250 o 300 personas a estar en un mismo lugar, al final lo que hay que recuperar es el tejido de la industria filmográfica”.

Y justamente esta es una de las preocupaciones de Palacio, que ve en los menores ingresos de 2020, una afectación para la promoción del cine en Colombia, con recursos aprobados este año por 38.066 millones para el Fondo de Desarrollo Cinematográfico.

Por eso, explicó Jaime Tenorio, director de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos en el Ministerio de Cultura, que se está tramitando un proyecto de ley que crea el Fondo de Cultura, para todas las artes en el país, pero que le permitirá inyectarle al cine, si la taquilla baja: “A pesar de la crisis, hay grandes esfuerzos, y mecanismos, que han ayudado a complementar este año y que serán importantes para la reactivación”; al tiempo que el Gobierno está apostándole a la campaña de regreso al cine en teatros y el ministerio fue clave en la expedición de protocolos (ver Paréntesis).

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