Las importaciones de gas en Colombia han crecido de forma acelerada en menos de un año. En diciembre de 2024, apenas el 4% de la demanda no térmica —hogares, comercios y vehículos— se cubría con gas importado. Sin embargo, en lo corrido de 2025 esa participación ya se elevó al 17%, con nuevos volúmenes ingresando desde septiembre.
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, afirmó que, de continuar el déficit de producción local, para 2026 el país necesitará cubrir con importaciones el equivalente al 26% de la demanda no térmica, lo que plantea un reto para garantizar precios estables y suministro confiable.
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¿Aumentarán los precios del gas para los colombianos?
De acuerdo con Murgas, todo dependerá de la volatilidad de los precios internacionales en ese momento.
“Por eso insistimos en la necesidad de contratos a largo plazo, aprovechando que hoy los precios son más bajos que en época de invierno en el hemisferio norte”, indicó.
Esto, puesto que, durante el invierno, los países del Norte incrementan su consumo de gas natural para calefacción, lo que presiona la demanda y eleva las cotizaciones. En cambio, en verano los precios bajan al reducirse la presión sobre el mercado.
Según la dirigente de Naturgas, cuando Colombia inició las importaciones de gas en diciembre, el costo se ubicaba alrededor de US$18 por millón de BTU. En los procesos más recientes de comercialización, el rango ha oscilado entre US$2 y US$15 por millón de BTU, dependiendo de las condiciones internacionales.
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Murgas advierte que seguir comprando mes a mes encarece la operación, comparándolo con “comprar un huevo diario en lugar de una canasta completa”, y reclamó que el Gobierno aún no ha dado respuesta a las solicitudes de establecer esquemas de contratación de largo plazo, presentadas desde el año pasado.
Reglas pendientes de la Creg frenan contratos de gas a largo plazo
La Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) adelantó una consultoría externa que finalizó en diciembre de 2024, con la cual comenzó a adoptar reglas para ajustar el mercado colombiano a las dinámicas internacionales. Sin embargo, aún hay disposiciones pendientes de implementación.
En particular, el sector espera definiciones sobre qué se considera un evento eximente de responsabilidad, figura clave en los contratos internacionales de suministro de gas. Estos eventos —que en el mercado global incluyen situaciones de fuerza mayor como catástrofes naturales o conflictos— tienen implicaciones económicas directas en la firma de contratos a largo plazo.
Según Murgas, hoy la regulación colombiana contempla eximentes distintos, como actos terroristas o bloqueos comunitarios, que no se alinean con los criterios internacionales.
“Esta falta de homologación ha dificultado que los comercializadores asuman contratos superiores a dos meses, pues nadie está dispuesto a asumir riesgos que en otros mercados se consideran excepcionales”, comentó la líder de Naturgas.
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Y agregó que “el día en que Colombia unifique sus reglas con el mercado internacional, vamos a poder contratar gas a largo plazo, con precios más estables y previsibles”.
Gas importado eleva los costos
El gas domiciliario en Colombia enfrenta presiones al alza debido a la creciente dependencia de importaciones. Según Naturgas, el gas importado resulta más costoso que el nacional porque requiere tres procesos adicionales: licuefacción en el país de origen, transporte marítimo y regasificación al llegar a Colombia.
“Son costos que no tenemos cuando producimos en el país y que encarecen el producto final. Por eso la verdadera seguridad energética de Colombia está en desarrollar el potencial local en el mar Caribe, Córdoba, Sucre, el sur del Cesar y Santander, para ser autosuficientes y garantizar soberanía energética”, recalcó Murgas.
El Gobierno, por su parte, ha insistido en investigaciones sobre los incrementos en los precios del gas, señalando que en algunos casos las empresas no requerían importar para cubrir la demanda.
Sin embargo, Murgas aclaró que, desde el 1 de diciembre de 2024, Colombia sí se vio obligada a sumar volúmenes importados para garantizar el suministro continuo y evitar racionamientos.
Señaló que datos de la misma Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) muestran que, mientras no se desarrolle el potencial identificado en proyectos como Sirius y en otras áreas continentales, el país tendrá que seguir dependiendo de importaciones en 2025 y los próximos años.
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Así las cosas, el desafío, advirtió la dirigente gremial, está en lograr un equilibrio entre los altos costos de importar gas y la necesidad de asegurar el abastecimiento para hogares, comercios, vehículos y la industria, sin que se afecte la competitividad ni la estabilidad de los precios al usuario final.