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Compartir conocimiento por fuera de las aulas de clases es la invitación de
‘Lo doy porque quiero’, un colectivo que no le teme a la diferencia de pensamientos.
¿Quién pensaría que el ambiente distendido de un bar sería el escenario ideal para fomentar conocimientos? Para muchos académicos esto sería cuestionable, pero no para Andrew Smith, un profesor que imparte la materia de Física en la Universidad Eafit, quien preocupado por la rigidez que imponen las cuatro paredes blancas en un aula de clases decidió, hace cinco años, darle vida a una forma de aprendizaje diferente; así fue como nació el proyecto “Lo doy porque quiero”.
La intención del catedrático nunca se limitó a su materia, su insaciable sed de conocer un poco de todo y su vocación por acceder a nuevos conocimientos, ideas, pasiones, o experiencias, lo hizo pensar en una especie de club abierto, itinerante, sin rótulos ni pautas, en el cual solo habría un único requisito: la voluntad de compartir lo que se sabe de forma voluntaria y sin esperar incentivos económicos, esto se traduce en que quienes integran este colectivo lo hacen por pura pasión.
“Una tertulia es uno de los muchos nombres con los que se trata de explicar lo que hacemos, así como conversatorios, conferencias, etc. Creo que es una mezcla de todos”, apunta Smith desde la cuenta en Twitter del proyecto @LoDoyXqueQuiero. Así lo explicó el profesor en el Perfil Tuitero de la semana.
¿Por qué el nombre de “Lo doy porque quiero”?
“Es como creemos que se deben dar las cosas, porque se quiere, sin esperar nada a cambio, además el doble sentido nos encantó, si no se da porque se quiere, ¿por qué se da entonces?”.
¿Con qué frecuencia comparten conocimientos o experiencias?
“Las sesiones las realizamos todos los martes y jueves durante 10 meses del año, y algunas sesiones extras, para aprovechar la gente que está de paso por la ciudad o en eventos a los que nos invitan”.
Programación de Mayo n Lo doy porque quiero.Muchas gracias a Ana Lopez "Cabizbaja" por Ilustrar y Diseñar el afiche. pic.twitter.com/rOQdWA5bal
— Lo doy porque quiero (@LoDoyXqueQuiero) 2 de mayo de 2016
¿Quiénes integran este colectivo?
“Permanentemente somos tres personas, pero es difícil tener el número exacto porque mucha gente nos ayuda en el diseño, en los streaming, montajes. Además, mucha gente se ha involucrado en este tiempo y los tenemos en el corazón, siempre serán de lo Lo doy porque quiero”.
¿Dónde se desarrollan las reuniones?
“El bar Calle 9+1 es nuestra sede principal, pero nos gusta, de vez en cuando, aliarnos para compartir en otros espacios diferentes”.
¿Y por qué un bar el sitio para compartir conocimiento y no en uno con corte más académico?
“En donde más se aprende es en la universidad, la academia enseña un quehacer, pero en el bar se aprende sobre lo demás. Soy profesor de Física y me molesta la relación que tienen los jóvenes con el conocimiento, como lo propone la academia, algo rígido, paredes blancas, unidireccional, etc. Estamos buscando relajar la relación con el conocimiento, por eso el bar”.
¿A quién está dirigido Lo doy porque quiero?
“A cualquier persona que quiera escuchar al otro. Para estar en el bar hay que ser mayor de edad pero está el streaming, las transmitimos en directo para todos, nos grabamos y lo subimos a nuestro canal de YouTube”.
¿Hay alguna experiencia que recuerden como la más enriquecedora?
“Cuando lo hacemos en parques, en la calle, darnos cuenta de que a la gente del común le interesa escuchar al otro. Por ejemplo, el viernes de “Caminá pa’l Centro” hicimos tres sesiones en el parque de la Universidad Cooperativa de Colombia y fue emocionante juntarnos con ellos y con Proyecto NN para esto y tener la casa llena. Pero vale la pena destacar anécdotas inolvidables como una rifa que se hizo de un plato que pintó mi abuela en vivo, resulta que pasaron como cinco rondas sin que nadie se lo ganara o cuando se llena demasiado y tenemos que sacar hasta cajas de cerveza para que la gente se pueda sentar”.
¿Cómo puede alguien vincularse?
“Solo tiene que comunicarse con nosotros por cualquiera de nuestras redes”.
¿Cómo eligen los temas o proyectos a desarrollar?
“La verdad no los elegimos, la gente es la que llega con el tema que quiere compartir, nosotros solo les abrimos el espacio, han gustado sobre todo temas como emprendimiento y astronomía”.
¿Reciben apoyo o patrocinio de entidades?
“No de entidades, somos completamente independientes. Pero en cada sesión los asistentes que quieran pueden aportar voluntariamente y con eso nos sostenemos. Además hemos recibido de amigos algunas donaciones como una cámara para el streaming, micrófono de conferencias, un computador, control para las diapositivas, etc.”
¿Qué resultado tangible ha dado este proyecto?
“En estos casi cinco años hemos realizado alrededor de 400 conferencias, tenemos registro de la gran mayoría y tenemos una gran base de datos de personas que hacen cosas maravillosas en la ciudad y por los demás. Entre los personajes, contamos con las charlas de Jorge Zuluaga, físico y astrónomo; Richard Mcgwire, ilustrador de The New York Times y Felipe Orozco, director de cine colombiano”.
¿Qué tan clave han sido las redes sociales para esta iniciativa?
“Han sido fundamentales, por allí es por donde nos comunicamos con nuestro público en un 95 por ciento, pero también nos gusta la calle, por eso imprimimos afiches para pegar en algunas partes y stickers”.
¿Qué proyectos están en la mira en este momento?
“Nos encantaría un blog y hacer algo impreso, ¡ya veremos!”
¿Planes de expansión?
“Queremos es invitarlos a todos a montar su espacio para compartir conocimiento en sus entornos y localidades, hay que expandir el conocimiento”.