El segmento de los SUV compactos (60 – 90 millones de pesos) es uno de los más movidos en el mercado nacional, pues tiene ofertas de casi todos los fabricantes y ofrece camionetas de tracción sencilla o total y tamaño contenido además de motorizaciones que no sobrepasan los dos litros de cubicaje y casi todos atmosféricos, con opciones de cajas manuales o automáticas. Es aquí donde Volkswagen acaba de presentar una de estas alternativas pues tenía un hueco en su portafolio debido a que el Tiguan más básico casi cruza la raya de los 100 millones de pesos.
Cómo es
El T-Cross es un modelo nuevo, presentado mundialmente apenas el año pasado y para nuestro mercado se produce en la planta que tiene Volkswagen en Sao Bernardo do Campo en Brasil. A Colombia llega en versiones Trendline con caja manual o automática, Comfortline y Comfortline Plus, con precios que van desde los 66,9 hasta los 83,9 millones de pesos según equipamiento. Todos tienen la misma motorización, un tetracilíndrico 1.6 litros de 110 caballos a 5.800 rpm. La carrocería mide 4,2 metros de largo y la distancia entre ejes es de 2,65 metros, bastante generosa.
La versión probada por EL COLOMBIANO es la Trendline con caja automática de 6 velocidades y opción de manejo manual mediante levas en el volante, lo cual representa una ventaja con respecto a algunos de sus competidores que todavía usan cajas de cuatro relaciones, o las discutibles CVT que no siempre tienen un comportamiento dinámico afortunado. La posición de manejo es muy buena y los asientos son en tela, con ajustes manuales y el del conductor regulable en altura. Lleva techo panorámico de apertura eléctrica, instrumentación análoga con computador de consumos y distancias y sistema de infoentretenimiento “Composition Touch” con pantalla táctil a color de 6,5 pulgadas y tecnología AppConnect para Android y Apple, que nos pareció de muy sencilla utilización. Como curiosidad todas las versiones llevan un soporte para celular sobre la consola central, además de un puerto USB de carga rápida. Los mandos de la ventilación son manuales de perilla (Climatic), algo que desdice un poco de su nivel.
La presentación del interior muestra una buena sensación de calidad, en muy buena parte con materiales duros, pero bien puestos y armados, en diferentes texturas y solo con los reposabrazos laterales, forrados en tela, como bases acolchadas. La presentación, como buen Volkswagen, muestra un interior práctico y funcional, alejado de lujos y artilugios innecesarios. El volante es regulable en altura y profundidad y tiene mandos remotos para el audio, la telefonía, el control de crucero y el computador abordo (algo confuso a decir verdad).
El espacio interior es generoso y hasta tres personas pueden viajar en el asiento trasero con relativa tranquilidad, aunque la altura al techo cuando se ingresa al habitáculo es muy justa. El espacio para las piernas es una nota destacada, aun con los asientos delanteros corridos hacia atrás hay suficiente área. Esta zona tiene salida independiente del aire acondicionado y puerto USB.
El espacio de carga útil es de 373 litros y las sillas traseras son abatibles en proporción 60/40. Con el doble fondo bajo la bandeja el área aumenta a 420 litros.
En seguridad tiene una nota muy alta, pues se cuenta con seis airbags y la calificación más alta en la LatinNCAP, con cinco estrellas en impacto frontal y lateral y excelente protección para peatones y pasajeros niños gracias a los anclajes Isofix para las sillas especiales. Incluso, algunas versiones tienen control de fatiga, que detecta el cansancio del conductor y mediante avisadores acústicos y visuales recomienda detener la marcha. También es de norma la activación de luces traseras en caso de frenada de emergencia y el asistente de arranque en pendientes.
En marcha
El arranque es mediante llave tipo navaja aunque las versiones más equipadas tienen este sistema por botón. El motor que mueve las casi 1.3 toneladas del T-Cross en Colombia es el MSI 1.6 de 16 válvulas con 110 caballos y 155 Nm de torque a las ruedas delanteras, similar al que equipan el Polo y el Virtus.
En otros mercados puede tener el TSI de tres cilindros 1.0 de 128 caballos o el 1.4 de 150. La ventaja de un motor conocido es que ya se le han resuelto sus problemas y su mantenimiento es menos oneroso.
Si bien la potencia luce justa en los números el desempeño es muy aceptable. No es una bala ni mucho menos y necesita algo de paciencia cuando la carretera se inclina, pero la caja de seis marchas con modo secuencial y Sport le ayuda bastante a resolver situaciones de apremio.
En ciudad y terrenos planos se mueve de manera solvente y satisfactoria, con buena aceleración, aunque no tiene una combinación motriz pensada para grandes velocidades. El máximo registro puede rondar los 160 km/h.
La estabilidad, debido al ESC y al control de tracción, hace que la sensación de seguridad sea plena.
El comportamiento de las suspensiones, independientes adelante y con eje semirrígido atrás, está enfocado a la marcha cómoda y la cabina puede acostarse un poco más de lo deseado en curvas, pero esto no sacrifica el confort general en el interior.
La altura de la carrocería se destaca y es muy difícil golpearla por debajo, aun en vías destapadas y con desniveles aunque a veces, cae seco y eso se siente en cabina.
Los frenos son disco/tambor, con excelente capacidad y eficacia en las maniobras de detención. Muy destacable en este apartado.
La dirección, con asistencia electromecánica, está bien relacionada, es rápida y obediente. Maniobrar el T-Cross es sumamente fácil lo cual permite que manejarlo en ciudad resulte muy agradable, ayudado por su tamaño compacto. La cámara de reversa ayuda en las maniobras de estacionamiento, aunque los sensores de proximidad, tanto adelante como atrás son bastante “paranoicos”.
Las luces son halógenas aunque tiene unas DRL en LED y el sistema “Cornering”, que enciende la exploradora del lado hacia el que estemos girando para contribuir con la iluminación lateral. Los espejos tienen luz direccional incorporada y son plegables eléctricamente.
El consumo, con un manejo mayoritariamente en carretera, se situó en 37 kilómetros por galón en promedio, aceptable si consideramos el peso que deben mover estos 110 caballos y las buenas dosis de acelerador que se necesitan en algunos momentos
Conclusión
El Volkswagen T-Cross lo hace muy bien como vehículo familiar compacto, con una buena altura al piso, seguro, bien hecho, con una suspensión muy cómoda, buena calidad de marcha y economía promedio. En la versión Trendline tiene un equipamiento destacado y si bien su potencia es justa, se mueve de manera decente con un enfoque más hacia el transporte sin mayores aspavientos.