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Otras cinco áreas protegidas serán declaradas en Antioquia

Ana Ligia Mora, nueva directora de Corantioquia, cuenta proyectos y retos al frente de la corporación.

  • Mora Martínez es ingeniera ambiental, especialista en alta gerencia y en legislación ambiental. FOTO julio césar herrera
    Mora Martínez es ingeniera ambiental, especialista en alta gerencia y en legislación ambiental. FOTO julio césar herrera
30 de mayo de 2019
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Zapatero a tus zapatos, dice el refrán, que aplica para Ana Ligia Mora Martínez, ingeniera ambiental que si bien en la Asamblea de Antioquia, como diputada, abanderó la causa ecológica, desde la dirección de Corantioquia está cumpliendo su propósito de liderar procesos que, considera, llevarán a Antioquia a convertirse en un territorio cada vez más sostenible.

Al máximo cargo en la corporación llegó hace apenas tres meses y medio, pero no cayó en paracaídas, pues los temas ambientales no le han sido ajenos sino, por el contrario, son parte de su ejercicio profesional.

Dinamizar la corporación, conectarla con el sistema nacional ambiental, con las empresas, los gobiernos y las comunidades, están en sus prioridades para cumplir una premisa que orientará su función en los siete meses que le quedan al frente del cargo: preferir la gestión a la sanción.

¿Por qué prefiere la gestión en un país donde las multas es lo que más asusta?

“Corantioquia y en general las corporaciones obtienen muchos ingresos asociados a las sanciones y, obviamente, debemos sancionar, en proporción justa, al que genere afectaciones al medio ambiente, pero soy amiga de apostarle más a la gestión. Esta se logra fortaleciendo la prevención, el acompañamiento, generando credibilidad, confianza, que las comunidades vean tan legitimado el trabajo, que cualquier sector diga: yo quiero trabajar con ustedes en el portafolio de protección del recurso hídrico, la fauna, la flora, y nos ofrezcan apoyo”.

¿Pero eso no es como bajar la guardia...?

“Se trata de sembrar una semilla en los funcionarios y en el sector productivo y la comunidad, que no nos vean como un ente policivo sino que acompaña y asesora. Y, claro, que sanciona si le toca”.

Son muchos retos en un territorio donde hay problemas de deforestación, mineros y del recurso hídrico, ¿ya tiene metas definidas?

“Claro que sí. Hay metas en el ejercicio de la autoridad ambiental, en poder definir con prontitud mil trámites ambientales y 100 licencias ambientales. Creamos un equipo propio de licenciamiento con el apoyo de otras instituciones en lo técnico. Asumimos el reto del programa Corantioquia contigo, que tiene estrategias como reuniones con los sectores minero, ganadero, cafetero y textil, para trabajar con cada uno sus problemáticas en términos de acompañamiento y asesoría”.

¿Es decir, fortalecer sinergias?

“Hay que hacer relacionamiento con los diversos actores del sistema nacional ambiental, porque en la medida en que podamos conversar, conocernos, podremos lograr que muchos trámites y operaciones se suplan más fácil con entendimiento. También nos estamos articulando con la Presidencia de la República, entendiendo que tenemos problemáticas serias en materia de deforestación, minería e hidrología; y asimismo con otras corporaciones con las que compartimos territorios comunes, como Cornare, Corpourabá y hasta Codechocó”.

La deforestación parecería ser el tema más complejo, Antioquia es el segundo departamento del país donde más hectáreas se deforestan. ¿Cuál es el panorama que ha visto y qué hará para frenar el desastre?

“En este tema hay que hacer mucho, sembrar y controlar. Estamos por el orden de las 24.000 hectáreas deforestadas al año, y en la siembratón plantamos 100.000 árboles que corresponden a unas 200 hectáreas (el 0,83 %), imagínese el problema. Sembrar es importante porque se genera un ecosistema en dos años, pero creo que es más importante generar la dinámica de que el ciudadano entienda cuál es su responsabilidad ambiental con el territorio donde está, que desde niño se entienda cuál es el rol de las personas en el ecosistema”.

¿Pero hay otras acciones para acompañar esa pedagogía con los ciudadanos?

“Claro, como autoridad ambiental tenemos la obligación de hacer control y seguimiento a la tala ilegal de bosques, de la que tenemos problemas graves en el Nordeste y Bajo Cauca. Este año buscamos tener un plan de ordenamiento forestal para nuestra jurisdicción, que será pionero en el país. Tenemos que ayudar al campesino a que vea el bosque como una empresa que puede explotar, pero organizadamente”.

“Con el Tecnológico de Antioquia estamos trabajando en la formalización y legalización forestal de Antioquia, creando incentivos, como un sello de reconocimiento ambiental que certifique un trabajo responsable. Con la Cámara Colombiana de la Infraestructura y Camacol estamos dialogando para que en sus proyectos compren madera legal, lo que desestimula y deslegitima lo ilegal”.

En el tema minero, ¿cómo ejercer controles en zonas como el Nordeste y Bajo cauca, complejas en orden público, si los técnicos de Corantioquia no son un cuerpo armado sino profesionales ambientales?

“Es verdad, solos no podemos hacer mucho, nuestra capacidad es limitada, aunque tenemos la capacidad técnica y profesional, son funcionarios con extensos territorios para cubrir y hay zonas a donde no pueden ir. La Fuerza Pública tiene que ayudarnos”.

“Estamos en el proceso de formalización minera, que es la herramienta para luchar contra el flagelo de la ilegalidad, que las empresas formales ayuden a los pequeños y medianos mineros a formalizarse”.

En este tema hay algo complejo: la Secretaría de Minas otorga títulos y Corantioquia licencias ambientales, ¿cómo articular las dos instituciones?

“La semana pasada se aprobó un proyecto de ordenanza que busca articular la autoridad minera con la ambiental en un aspecto: el cierre y abandono de minas, pero lo mismo tenemos que generar para otros procesos. Hace 15 días vino la Agencia Nacional Minera a entregar varios títulos, pero eso debería ir a la par con la licencia ambiental, para que el minero no se quede ahí en la incertidumbre”.

“Hoy no tenemos términos de referencia diferenciados para grandes, medianos y pequeños mineros y hay que generar la articulación. Tenemos buena línea con la Secretaría de Minas, pero hace falta el enlace para asegurar que si se entrega un título de explotación, el proyecto sea viable en lo ambiental”.

¿Cuál es la realidad de nuestras áreas protegidas, un tema esencial para el futuro de la biodiversidad?

“Tenemos 330.000 hectáreas protegidas que corresponden al 9,2 % del territorio de nuestra jurisdicción. Hay 17 áreas protegidas y tenemos proyectado declarar otras cinco: la ciénaga Corrales, en el Bajo Cauca; Bosque Seco Tropical, un área en la zona ribereña del río Cauca desde La Pintada hasta Ituango; Bajo Cauca - Nechí; y Ríoclaro Cocorná Sur, este última en conjunto con Cornare .

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