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EPM busca soluciones a color del agua en el Sur
La turbiedad que presenta el líquido en los municipios que se surten de la planta de La Ayurá se da por una concentración de manganeso.
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FOTO CORTESÍA EPM
04 de septiembre de 2019
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La coloración amarillenta que tiene el agua que sale de las canillas en el sur del Aburrá y parte de Medellín, si bien no representa riesgo para la salud, obligó a EPM a adoptar medidas de urgencia para solucionar la contingencia y de largo plazo, encaminadas a modernizar sus sistemas de captación y tratamiento del líquido para evitar problemas similares a futuro.
La empresa de servicios públicos aclaró que pese a la turbiedad en el color, el líquido se puede consumir tranquilamente con la certeza de que no causará enfermedad alguna en las personas.
EPM también admitió que la no cristalinidad del color genera rechazo entre los ciudadanos, que de todos modos sienten temor de tomarla.
¿Por qué sale turbia?
Santiago Ochoa Posada, vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM, explicó que en 2002, cuando se construyó el embalse de La Fe, cuyas aguas surten la planta de La Ayurá, el entorno era netamente rural. Hoy la situación cambió y los alrededores conforman una zona urbanizada.
Esto hace que a las fuentes que surten el embalse (los ríos Buey y Piedras) tengan más vertimientos de aguas servidas y sedimentos generados por el fenómeno constructivo.
“Con las altas temperaturas actuales, en el cuerpo de agua del embalse hay varios pisos térmicos, el agua de la parte superior es caliente y la del fondo fría, lo que genera una concentración de manganeso. Por eso el agua que sale hacia la planta de La Ayurá tiene una carga mayor de este metal”, explicó Posada.
Aclaró, sin embargo, que la concentración no supera el nivel del 0,1 partes por millón de que exige la norma nacional ni el 0,03 partes por millón que maneja EPM en sus estándares para distribuir el producto, por lo cual aún no es nociva para la salud humana.
Marlon Osorio, ingeniero químico con doctorado en Ingeniería de la UPB, recuerda que si la legislación colombiana establece el límite de 0,1 mg/l (miligramos por litro) sobre la cantidad de manganeso (Mn) que puede contener el agua para poder ser consumida, “un nivel del 0,03% no representaría riesgo alguno; y además hay que tener en cuenta que el cuerpo humano necesita manganeso”, apuntó.
Las soluciones
El problema en la represa de La Fe empezó en enero, cuando se dio una primera alerta. Con la temporada seca de los últimos meses se acentuó y hoy son prácticamente los 480.000 hogares de Envigado, La Estrella, Sabaneta e Itagüí (a excepción de Caldas que no se surte de este sistema), más el sur y el occidente de Medellín (El Poblado, Guayabal y Belén) los afectados.
Por la magnitud de la población, la entidad adoptó las siguientes medidas.
Primero: aumentó la capacidad de la planta de Manantiales (en el norte) para abastecer 130.000 viviendas del occidente de Medellín que habitualmente surte La Ayurá. Y a La Ayurá se le redujo la producción de 5,2 m3 por segundo a 4,2 m3 por segundo.
Segundo: cerró la torre de captación inferior del embalse, que es la que mayor concentración de manganeso tiene, y toda el agua se capta de los niveles superiores.
Tercero: inició un lavado de 14 km de redes de distribución en el sur y el lavado de 14 tanques de almacenamiento. El lavado se hace para limpiar sedimentos de manganeso adheridos a las paredes.
Y cuarto: a más tardar este viernes se iniciará un tratamiento del agua con un oxidante llamado Dióxido de cloro, que tiene mayor capacidad que el cloro gaseoso usado habitualmente para atacar los componentes minerales del agua.
“El Dióxido de cloro desintegra en partículas más pequeñas los óxidos de manganeso, permitiendo que entren en acción con otros procesos de la planta, como coagulación, sedimentación y filtración para que quede retenido en la planta”, explicó Posada.
Recomendaciones
Santiago Wilches, gerente (e) de Producción de Aguas de EPM, cuenta que en las mañanas el agua sale más turbia, lo que constituye un detalle a tener en cuenta para las distintas actividades domésticas que impliquen consumo de agua. “Como hay personas que la hierven para descontaminarla, hay que insistir en que el agua no esta contaminada y el color amarillento no se quita con hervores”, advirtió.
Sin embargo, es un hecho que el manganeso, al mezclarse con cloro, se solubiliza y se adhiere a la ropa, por lo cual las prendas de colores claros quedan manchadas. La recomendación de EPM es que al lavar la ropa no se adicionen elementos diferentes al detergente para evitar este perjuicio en las prendas.
También sugirió que en unidades residenciales y casas se bote el agua almacenada en tanques y estos se laven con cepillo para que queden surtidos con el agua cristalina que deberá salir de los grifos una vez se aplique el dióxido de cloro a más tardar el viernes.
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