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Varios son los pendientes para los mandatarios y futuros alcaldes del Aburrá Sur que están consignados en el último Informe de Calidad de Vida 2018, que presentará hoy el programa Aburrá Sur Cómo Vamos.
Al desglosar las cifras del año pasado que entregan las administraciones de Caldas, Envigado, Itagüí, La Estrella y Sabaneta para elaborar el estudio, las conclusiones apuntan a que deben mantenerse las inversiones en educación, fomento al empleo y políticas de calidad de vida para el adulto mayor.
Los resultados están basados en el análisis de 160 indicadores sobre aspectos como composición poblacional, salud, educación, seguridad, empleo, medio ambiente, pobreza y desigualdad.
En relación con el diagnóstico demográfico, uno de los ejes transversales del estudio, el informe mostró que la tendencia en el sur del Valle de Aburrá coincide con lo que ocurre en el resto del país: en la subregión prevalece la población adulta sobre la población joven (ver gráfico).
El Índice de Envejecimiento Subregional pasó de 33,81 en 2017, a 35,11 en 2018 (es decir, 35 personas de 65 años o más por cada 100 menores de 15 años de edad).
“La población está envejeciendo y eso significa que las administraciones de turno deben enfocar sus programas en atender sus necesidades. El municipio con el Índice de Envejecimiento más alto es Envigado”, indica Jorge Coronel López, coordinador del programa Aburrá Sur Cómo Vamos.
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, puntualizó en que el fenómeno de envejecimiento en el Valle de Aburrá es, incluso, más acelerado que en el resto de Antioquia y está lejos del total nacional.
“Muchas de estas personas mayores seguramente quieren seguir siendo activas y hay que buscar cuáles son las nuevas formas de trabajo que la población adulta mayor va a poder desarrollar”, explicó el director.
Un dato revelador, al comparar las condiciones de los hogares en el sur del Aburrá es que son habitados cada vez por familias menos numerosas. Coronel agregó que esto también obliga a las administraciones a plantear alternativas de ocupación para los jóvenes y evitar su migración hacia otros lugares y con ello su fuerza laboral.
Una de las dificultades que se tuvo en la elaboración del informe, en su parte metodológica, es que indicadores como pobreza y desigualdad se recogen directamente del Dane, cuyas encuestas no dejan desagregarse por municipios.
“Ahí hay una dificultad y por eso debimos tomar la información de la encuesta de calidad de vida del Área Metropolitana (Amva), que se aplica cada dos años. Por eso los datos de pobreza y desigualdad están a 2017”, dijo.
Con respecto a la inversión en población vulnerable, el informe destaca que este indicador creció en Caldas (pasó del 3% en 2017 al 5% en 2018) y Sabaneta (del 7% al 9%). En contraste, disminuyó en Itagüí (del 9% al 3%) y La Estrella (del 7% al 4%). Se mantuvo estable en Envigado (6%).
Según Coronel, esto permite deducir que son evidentes las privaciones para los hogares en temas como educación y salud, como lo reflejan los indicadores. Y la pobreza se acentúa aún más en la ruralidad, puesto que con el crecimiento de las viviendas en la zona urbana es allí donde se ha concentrado la mayor inversión pública.
Uno de los principales retos para el Aburrá Sur sigue siendo el empleo. Coronel enfatizó en que el ítem de desarrollo económico y competitividad es una gran preocupación y que la información de este parámetro coincide con los resultados de la Encuesta de Percepción de abril de este año, en la que los ciudadanos se refieren al trabajo como una de sus mayores inquietudes (al 43% de los habitantes del Aburrá Sur, según esta encuesta, les pareció muy difícil conseguir trabajo).
“El empleo en esta región está sujeto a lo que pase con Medellín, que lidera en sectores como comercio, servicios e industria manufacturera. Mientras no se amplíe la capacidad productiva, vamos a tener grandes problemas de empleo”, señaló Coronel.
El Aburrá Sur, según el análisis, cuenta con 30.000 unidades productivas, de las cuales el 88% son microempresas. El coordinador detalló que la población, por ende, se está ocupando en estas microempresas, por lo que la apuesta es aumentar las grandes y medianas unidades productivas (hoy estancadas en el 1% y 2,8%, respectivamente).
“Para eso necesitamos pensar nuestros Planes de Ordenamiento Territorial. Si vamos a tener un POT centrado en vivienda, nos vamos a convertir en un área metropolitana dormitorio”, concluyó.
Como el tema de la salud está asociado con el indicador de pobreza, las bajas inversiones en el sector reproducen las inequidades sociales. La recomendación entonces del programa es que no se bajen las coberturas y los programas de prevención de enfermedades.
En ese aspecto, Caldas fue el municipio en el que más creció la inversión (pasando del 38% en 2017 al 41% en 2018). La Estrella, en cambio, fue la localidad con mayor decrecimiento (del 28% en 2017 al 22% en 2018).
La tasa de mortalidad general por cada 100.000 habitantes (ver gráfico), según el informe del Aburrá Sur, se mantuvo estable. También se detuvo en 2018 el incremento de las muertes no violentas, que en los últimos tres años venía al alza (pasó de 3.548 muertes no violentas en la subregión en 2017, a 3.522 en 2018).
Las principales causas de mortalidad en estos cinco municipios las lideraron las enfermedades isquémicas del corazón, con el 16%.
Y frente al tema de seguridad, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes expuso un incremento: del 18,8 en 2017 (107 homicidios en estas cinco localidades) al 18,7 (112 casos). El municipio con mayor alza es Caldas (36 para 2018).
De acuerdo a las conclusiones del estudio, uno de los ítems que más subió con respecto a 2017 en cada municipio fue el de hurto en espacio público. El registro más alto fue en Envigado que del total de hurtos en la localidad, el 62% ocurrió en la calle, seguido de Itagüí (61%) y Sabaneta (58%).
Para Coronel, este problema “lesiona el patrimonio de las personas y atenta con su calidad de vida, que es lo que nos interesa. La solución, en todo caso, no puede ser solo el aumento del pie de fuerza o la tecnología”.
De otro lado, la inversión en educación (como proporción de la inversión pública total) cayó en todos los municipios, menos en Caldas.
El informe, por lo tanto, señaló entre los retos combinar las inversiones tanto en infraestructura, como en procesos que garanticen la calidad y permanencia. Además, asegurar la cobertura educativa, especialmente en los niveles de primaria y media.
En servicios públicos, señaló Coronel, hay un margen de tranquilidad debido al aumento de la cobertura en acueducto y alcantarillado (hoy es de 97,2% en acueducto y 95,2% en alcantarillado).
En este sentido, los pendientes están en promover campañas para reducir los niveles de consumo de agua y energía.
Carlos Viviescas, director de Prosur, corporación empresarial que agrupa a 42 empresas de la zona, destacó que esta información es entregada en época de elecciones regionales y constituye un insumo clave para los candidatos que están formulando sus propuestas: “Es la oportunidad de hablar en términos de las preocupaciones de las personas” .