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Lluvias dejan 878 familias damnificadas en Antioquia
De los 157 eventos reseñados por el Dapard, el más grave ha ocurrido en Dabeiba. El Suroeste es la subregión con más emergencias registradas.
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Recuperar el desastre va más allá de las casas. Vías, como Uramita-Dabeiba, requieren un arreglo profundo. FOTO Jaime Pérez
En las doce semanas que ajusta la segunda temporada de lluvias del año, Antioquia ha llorado la partida de siete personas, sufrido por las afectaciones a 878 familias y luchado para recuperar lo poco que quedó de 78 casas derrumbadas y 108 semidestruidas.
El más reciente balance del Dapard, señala que a la fecha continúan tres ciudadanos desaparecidos, hay un total de 1.080 viviendas y tres centros educativos con alguna clase de daño y 27 sobrevivientes heridos.
El director de la entidad, Jaime Gómez Zapata, recordó ayer que la temporada comenzó en septiembre, con una etapa de transición. A partir de allí se incrementó su intensidad, que se ha traducido en 157 eventos provocados por los aguaceros.
Tales incidentes se han padecido de la siguiente manera: 71 deslizamientos de tierra y movimientos en masa, 56 inundaciones, 19 vendavales, nueve avenidas torrenciales (cuando las quebradas arrastran rocas, troncos y demás materiales de forma violenta) y dos crecientes súbitas.
Si hablamos de las subregiones, en el Suroeste se han registrado 33 de estos eventos asociados a las fuertes precipitaciones, 29 en el Occidente, 22 en el Oriente, 20 en el Nordeste, 17 en Bajo Cauca, 15 en Urabá, 10 en el Norte, seis en el Magdalena Medio y cinco en el Valle de Aburrá, según el Dapard.
Hechos críticos
Hasta ahora, la situación más delicada sucedió en el municipio de Dabeiba, el pasado 13 de noviembre.
La lluvia continuada desató avenidas torrenciales y deslizamientos de tierra en las veredas Botón, Mohán, El Cajón y Dabeiba Viejo, destruyendo 67 casas y averiando otras 105.
Hubo 22 heridos y cinco muertos, y hay dos niños y una mujer desaparecidos, quienes fueron arrastrados por la avalancha de lodo. La búsqueda persiste en la zona.
Los destrozos incluyeron afectaciones a tres centros educativos y 5,5 kilómetros de la vía Medellín-Urabá, en el tramo entre Uramita y Dabeiba. La cifra de damnificados ascendió a 656, la mayoría de los cuales están en cinco albergues temporales localizados en el casco urbano del pueblo.
Otro de los desastres graves acaeció en Yarumal, en la carretera que lleva del centro del municipio al corregimiento El Cedeño. El 2 de octubre hubo un deslizamiento de tierras de grandes proporciones, que taponó el camino y le quitó la vida a un hombre.
Once veredas de Yarumal y de Campamento, el municipio vecino, quedaron incomunicadas, lo que trajo perjuicios sociales, económicos y de salud para cerca de 4.500 personas.
En Mutatá, el 9 de noviembre hubo una creciente súbita del río Bedó, que produjo la muerte de otro ciudadano.
También es lamentable lo que ocurrió en Vigía del Fuerte, pues entre finales de agosto y principios de septiembre se desbordaron los ríos Arquía, Murrí y Atrato, anegando cultivos, establecimientos de comercio y casas, lo que significó pérdidas financieras para unos 3.000 lugareños.
En Turbo, el fin de semana del 10 al 12 de octubre, un vendaval sacudió al barrio La Lucila, llevándose techos y dejando a 80 familias a la deriva, con daños en sus residencias. Luego hubo inundaciones en el casco urbano, el sistema de acueducto y alcantarillado se rebosó y el agua penetró en los locales comerciales del Centro y los vecindarios Santa Fe y Uber Quintero, añadiendo 30 damnificados más a la lista.
Las ayudas
El director del Dapard informó que la entidad ha entregado a las familias perjudicadas “201 tejas de polipropileno y fibrocemento con sus respectivos ganchos, 79 kits alimentarios, 79 de aseo familiar, 24 de aseo infantil, 63 de cocina, 196 colchonetas, 181 sábanas y 213 cobijas”.
El reporte de la dependencia oficial agregó que “se han trasladado más de $200 millones del Fondo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres para la administración logística de las emergencias ocurridas en municipios como Dabeiba y Vigía del Fuerte”.
Sin embargo, no todos están satisfechos con estas ayudas. El alcalde de Yarumal, Miguel Peláez, le contó a EL COLOMBIANO que, aunque ya fue rescatado el hombre que murió en el deslizamiento, pasó un mes y medio y no ha sido posible remover las toneladas de tierra ni habilitar el paso por la vía a El Cedeño.
“Todo ha sido muy difícil, el Dapard no ha vuelto por aquí y el esfuerzo de remover ese derrumbe ha sido del Municipio. Nos dejaron solos con esto”, lamentó.
La alcaldesa de Mutatá, María Esilda Palacios, dijo que a pesar del caso de la persona ahogada por la creciente súbita, en su pueblo no ha ocurrido ninguna catástrofe. Aún así, “tenemos población en alto riesgo en el corregimiento Pavarandocito y varios asentamientos de invasión en el casco urbano, que están cerca del río Mutatá”.
Agregó que “todavía no hemos recibido asesoría de ninguna entidad regional o nacional, pero ya enviamos cartas al Dapard y a Corpourabá comentándoles del peligro que tenemos”.
5
eventos registrados en el Valle de Aburrá, la subregión menos afectada (Dapard).
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