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Falla geológica tiene sitiado a Valparaíso: ya hay escasez

Pérdida de banca y grietas afectan a 37 familias y tienen al pueblo al borde de estar desabastecido.

  • El reporte oficial habla de afectaciones en un área de 1,5 kilómetros cuadrados, unas 1.500 hectáreas. Hasta que no se estabilice el movimiento no comenzarán estudios. FOTOS ESNEYDER GUTIÉRREZ
    El reporte oficial habla de afectaciones en un área de 1,5 kilómetros cuadrados, unas 1.500 hectáreas. Hasta que no se estabilice el movimiento no comenzarán estudios. FOTOS ESNEYDER GUTIÉRREZ
  • La falla generó enormes grietas en las casas de la vereda Sabaletas. Hay 37 familias evacuadas durmiendo en albergues.
    La falla generó enormes grietas en las casas de la vereda Sabaletas. Hay 37 familias evacuadas durmiendo en albergues.
Falla geológica tiene sitiado a Valparaíso: ya hay escasez
18 de agosto de 2022
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Decenas de casas vacías, con grietas del piso al techo, dan cuenta de la magnitud de lo ocurrido en Sabaletas, a 20 minutos del casco urbano de Valparaíso: sus moradores tuvieron que salir corriendo luego de escuchar una especie de relámpago que se llevó la luz. Después, en medio de un silencio aturdidor, se abrió la tierra.

La escena tuvo lugar hace ocho días y está más fresca que entonces: la tierra ha seguido cediendo. Así lo anuncia la vía principal que conduce a este municipio desde el sector El Campestre. Con el pavimento convulsionado, con elevamientos de varios centímetros y grietas de más de un metro de profundidad, quienes transitan a pie lo hacen con extrema cautela. Eso sí, tienen tiempo para decir que la falta de comida y gas ya se cuentan entre sus preocupaciones.

“Estábamos en el corredor de la casa y escuchamos un transformador que se explotó. Ahí cerquita salió un caballo. Se fue despavorido, corriendo. Ya de repente todo se empezó a agrietar. Fue muy rápido. No se sintió nada. Solo un trueno”, recuerda Yénifer Noreña, una de las 70 personas evacuadas (son 37 familias), mientras almuerza en la alcaldía, a unos metros del albergue en donde la ubicaron.

Su familia es una de las pocas que aún no se va del lugar, porque la gravedad de la falla ha impedido que puedan sacar sus enseres y demás pertenencias. En el momento, según Vanesa Gutiérrez, directora de Planeación y del Consejo de Gestión del Riesgo, son siete las familias que permanecen evacuadas.

Aunque la atención a los afectados ha sido buena, según Yénifer y su mamá Aliria Arenas, en el pueblo ya ronda el fantasma del desabastecimiento. Desde el ingreso, donde el puente de Sabaletas se cayó y terminó de bloquear el paso entre Medellín, este municipio y Caramanta, hablan de falta de alimentos.

Los comerciantes lo confirman. En las estanterías de los supermercados escasean la parva, los huevos, la leche, el quesito y, para el fin de semana, podrían faltar pollo, verduras y frutas.

Los carros no llegan desde la semana pasada. No hay un huevo en el pueblo. Tampoco enlatados, granos o productos de Nutresa”, confirmó el comerciante Sergio Andrés Ceballos.

Los productos que alcanzan a llegar provienen de Riosucio, pero no ha sido suficiente porque el turismo también está afectado. “En esta semana, las ventas bajaron 60%. No se ha visto un turista”, cuenta José Mario Ángel, quien administra un negocio de café que se sostiene con los visitantes.

“¿Quién va a venir por acá con esto así? Nos toca caminar casi 30 minutos sobre la falla para que alguna moto nos arrime al bus y poder llegar a Medellín. Dicen que falta mucho para el arreglo”, expresa Gilma Londoño Gil, mientras señala las grietas que tienen el corredor inhabilitado.

Pero el racionamiento más grave tiene que ver con los servicios. El gas, según comerciantes y funcionarios, podría afrontar recortes. “El carro no ha podido entrar a recargar la red. Estamos a punto de acabar con el gas. Y casi todo mundo tiene ese tipo de servicio. ¿Qué vamos a hacer?“, se preguntan en Valparaíso.

La gente está desesperada. Bajo el calor, en convites que ayudan a mover rocas y a pasar motos por un puente a punto de caerse, vienen reproches de parte y parte. Se habla de la mala canalización de una quebrada, de las aguas lluvias y de falta de reacción de las autoridades. Por ahora se adelantan gestiones para instalar un puente militar y trabajos urgentes para habilitar los ingresos por Pipintá y Supía.

La súplica de todos es que haya una solución que espante el fantasma de la escasez y devuelva la normalidad al pueblo.

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