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¿Recompensas sí son efectivas para reducir los homicidios?

Para analistas, la estrategia propuesta por el alcalde Quintero debe complementarse con planes de fondo.

  • El pago de recompensas en Medellín se aplicará para quienes entreguen información que permita judicializar a los responsables de homicidio o de porte ilegal de armas. FOTO cortesía
    El pago de recompensas en Medellín se aplicará para quienes entreguen información que permita judicializar a los responsables de homicidio o de porte ilegal de armas. FOTO cortesía
09 de enero de 2020
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El anuncio hecho por el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, del pago de hasta $10 millones como recompensa para frenar los homicidios y combatir el porte de armas empezó a generar las primeras reacciones entre analistas y académicos de la ciudad, a quienes, a primera vista, les parece insuficiente para lograr los objetivos.

Según la decisión, la Alcaldía dispuso de un fondo de $5.000 millones para recompensas, de los cuales $1.000 millones se destinarán a quienes den información que permita combatir el porte ilegal de armas; y $4.000 millones para quienes favorezcan la captura y judicialización de quienes cometan homicidios.

Quintero precisó que estas medidas son “de choque y protocolo de escape para cumplir con el lema de que Medellín se levante por la vida”.

Dudas por efectividad

El decano de la Escuela de Humanidades de la universidad Eafit, Jorge Giraldo Ramírez, conceptuó que estos pagos podrían funcionar como un mecanismo de cuarto o quinto nivel en el marco de una estrategia mayor enfocada en la seguridad ciudadana.

“Lo que este anuncio revela es que es un mandatario que no conoce mucho del tema y que se enfocará, como su antecesor Federico Gutiérrez, en los bandidos y no en la convivencia y la seguridad de los ciudadanos”, observó.

Giraldo agregó que una estrategia de seguridad debe medirse por la reducción de los homicidios y no por la captura de delincuentes, “que fue el enfoque de Gutiérrez, y lo llevó a fracasar” en seguridad.

La exconcejala Luz María Múnera, quien lideró debates sobre seguridad en el Concejo el cuatrienio anterior, opinó que ofrecer recompensas es una estrategia muy usada, pero que sin resultados contundentes. “La inteligencia y la investigación son funciones de organismos como la Fiscalía y no se puede delegar en los ciudadanos”, indicó.

Múnera señaló que habría que esperar si el alcalde tiene otros anuncios en el tema de seguridad, pues las recompensas podrían hacer parte de una estrategia mayor, que hasta ahora no se ha visto. “Además, la situación financiera de Medellín no es la más solvente para repartir dinero”, advirtió.

Voces a favor

Jorge Avendaño, jefe del Programa de Investigación Criminal de la Universidad de Medellín, señaló que las recompensas han servido para combatir a grupos ilegales como Farc y Eln, y que su uso se remonta años atrás, incluyendo el famoso plan Marshall lanzado por EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial.

“Si se hace con transparencia, el incentivo monetario es una buena herramienta para esclarecer conductas delictivas, pero requiere control al flujo de caja y comparación de esos pagos versus los resultados operacionales. Tienen que ir amarrados: se paga cuando hay resultado”, señaló.

El general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, indicó que aún no tiene un consolidado específico de cuánto se ha pagado históricamente en la ciudad por recompensas. “Esos pagos han hecho parte de la estrategia de seguridad, pero se hacía en casos muy esporádicos”, señaló.

Agregó que la efectividad en los casos en los que se han ofrecido recompensas —por algunos homicidios o por el paradero de los cabecillas de las principales bandas delincuenciales— se ha medido precisamente con el logro: captura, decomiso, etc.

Uno de los casos más recientes de capturas con información ciudadana de por medio fue el de alias “Diego Almuerzo”, ocurrida en mayo de 2019, y por quien se ofrecieron $30 millones como recompensa.

591
homicidios se registraron en Medellín en 2019, 43 casos menos con respecto a 2018.

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