Aún no hay nada definido sobre lo que pueda ocurrir con los integrantes de las Farc, y su reintegración a la sociedad civil, una vez se firme un acuerdo final.
En palabras de Joshua Mitrotti, director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, “Hay que esperar lo que se decida sobre ese tema en Cuba, para saber qué agencia o institución se encargará de la resocialización de los guerrilleros de las Farc”. Lo que también dice es que la agencia ya tiene una importante experiencia y “está dispuesta a adaptarse al reto que significaría recibir más de 17.000 guerrilleros, que según el presidente Juan Manuel Santos, podrían desmovilizarse después de firmarse un acuerdo.
La apuesta de la ACR está enfocada en continuar con sus procesos de resocialización y busca aplicar sus experiencias que ya ha ganado con la cantidad de desmovilizados que atiende actualmente (17.118), para estar preparada en caso de ser la institución encargada de recibir a los guerrilleros de las Farc y también del Eln en caso de salir adelante ambos procesos de negociación.
La pregunta de muchas personas es si en realidad sirve la resocialización, que alguien que estuvo en un grupo armado ilegal puede cambiar y reintegrarse a la sociedad. ¿Es posible?
“Nuestro programa ha dado buenos resultados, la tasa de reincidentes en actividades ilícitas es baja, lo que quiere decir que quienes terminan el proceso y deciden continuar sus vidas en la legalidad son la gran mayoría. Otro de los ejemplos es que con el pasar de los años, los desmovilizados ya no están tan involucrados en la violencia, en Antioquia durante el año 2015 se registraron 1288 homicidios, de los cuales 24 eran desmovilizados, mientras que en Medellín, donde ocurrieron 453 asesinatos en ese año, 9 eran desmovilizados. Algo similar ocurre con las cifras de capturas, de los 24.141 capturados el año pasado en Antioquia, 235 eran excombatientes de las Auc y Farc, osea el 0.97% del total, esto quiere decir que la ilegalidad o violencia no se explica con la población que dejó las armas”.
Con las dos mesas de paz activas (Farc y Eln), la ACR ¿está preparada para lo que viene?
“Ni el país ni la ACR comienzan de cero, la sociedad hoy tiene que sentir que tenemos una capacidad, un conocimiento, un recorrido que nos da aprendizajes, que nos da capacidad institucional, que nos da profesionales desplegados a lo largo del territorio trabajando en pro de la construcción de la reconciliación nacional”.
Es probable que el grupo de guerrilleros que se desmovilizarían será muy diferente a lo que la ACR está acostumbrada a manejar, ¿la agencia ya tiene proyectada esa situación?
“Nosotros desde la ACR creemos que claramente vienen de perfiles distintos, pero no desconocidos para nosotros, y entonces sobre esta experiencia se puede construir escenarios, se puede adaptar, porque yo quiero insistir en que esto no quiere decir que el modelo actual es el único a implementar, pero sobre este modelo hay una capacidad de innovar, de adaptar y de reconstruir y de reinventarse y en ese marco creo que la diferencia entre los países desarrollados y subdesarrollados es que creemos que para cada circunstancia en los países subdesarrollados hay que construir algo nuevo, mientras en los desarrollados se busca siempre como se puede adaptar cada programa para tener un enfoque de largo plazo. En ese marco decirle que sin duda desde la agencia y desde el Estado tenemos una capacidad que tendremos que poner al servicio y la firma de la materialización de los compromisos de ese acuerdo, y ahí es donde uno puede desbaratar la guerra”.
Con el futuro escenario que puede llegar, ¿la zona rural será más importante que las ciudades?
“Puedo decirle con absoluta certeza que hoy Colombia, y hoy la agencia, está presente en 869 municipios del país, donde hay un desmovilizado nosotros tenemos que penetrar y ayudar para que la oferta pública llegue y esté presente en esos territorios. El modelo actual no ha sido un modelo en contravía de lo urbano y lo rural, ha sido un modelo en donde el desmovilizado escoge. El modelo de las Farc puede que sea uno mucho más rural, en donde no solamente desde la agencia, sino desde toda la institucionalidad tendremos que hacer presencia en la educación, en la salud, en la infraestructura, en la conexión de los territorios. La agencia hoy tiene una capacidad de trabajar desde lo rural y lo urbano”.
En la visita de EL COLOMBIANO al frente 18 de las Farc, se pudo evidenciar como esa guerrilla está educando políticamente a los subversivos, ¿La ACR tiene en cuenta que es probable que muchos integrantes de ese grupo no quieran una resocialización porque tienen pensada una vida política después de un acuerdo con el Gobierno?
“Evidentemente que lo estamos teniendo en cuenta y un poco de lo que nosotros podemos ofrecer es cómo fortalecemos esas capacidades, cómo desde las experiencias colombianas o internacionales ese tránsito del hombre político tiene que tener un tema de formación, y ahí creo que nosotros desde el Estado y desde la agencia podemos ayudar a que estos excombatientes vayan a la participación política y que esas organizaciones políticas puedan tener la capacidad de perdurar, que su masa crítica, que inicialmente son sus combatientes, sus miembros, se puedan ir ensanchando y en ese marco, el Gobierno tiene un compromiso para que desde la política, las Farc puedan transformar el país”.
¿Cuáles son las diferencias entre un exguerrillero desmovilizado y un exparamilitar desmovilizado?
“Hoy en día el 51% de nuestra población son desmovilizados de las Farc y el Eln, el 49% son personas que dejaron las extintas Autodefensas Unidas de Colombia. Evidentemente hay diferencias, una de ellas es el origen, sin estigmatizar, le puedo decir que muchas de las desmovilizaciones de los paramilitares ocurrieron al norte del país y buena parte de las desmovilizaciones de la guerrilla han ocurrido hacia el sur del país. Otro de los componentes importantes que tienen las Farc y el Eln es la disciplina, ellos estaban en esas estructuras primero por un ideal y segundo bajo unas normas muy estrictas de disciplina, entonces eso también genera unas diferencias, mientras que los paramilitares en muchos casos cobraban un salario por estar ahí, aunque no toda la gente cobraba un salario, y yo creo que lo más importante hoy, es que con la capacidad que tenemos es más fácil no cometer los mismos errores del pasado, en el pasado por ejemplo, cuando se dio la desmovilización del paramilitarismo, muchos de los mandos no se acogieron al pacto de paz y lo que creo que tenemos hoy es una capacidad, un ecosistema institucional que nos permite abordar esos desafíos y nos permite detectar cuándo no se está cumpliendo bien sea por el Estado o bien sea por las estructuras que dejan las armas”.
A propósito de los paramilitares, excabecillas como alias “el Alemán” o “Julían Bolívar” por decir algunos, ¿están cumpliendo con su resocialización?
“Ellos tienen un programa específico, en el año 2012 una ley obligó a tener un modelo de resocialización para ellos y estamos implementando desde hace un año y medio un modelo para aproximadamente 200 exmandos de las autodefensas que estaban en Justicia y Paz y hoy están cumpliendo porque es su obligación”.
La ACR es una de las instituciones más interesadas por la seguridad de los desmovilizados, incluso se habló de un proyecto de ley para mejorar en ese aspecto, ¿tuvo algún avance?
“Hemos podido avanzar con la Unidad Nacional de Protección, hoy tenemos unos analistas que están evaluando los riesgos y están desplegando las medidas que el Estado colombiano tiene para las personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario de la mano con las autoridades competentes”.
¿Ya hay lineamientos del Gobierno hacía la ACR para recibir a los guerrilleros que se vayan a desmovilizar?
“Una de las premisas del acuerdo es que nada está acordad hasta que todo esté acordado, otra es que el componente del fin del conflicto aún no está acordado, deberán pasar primero temas como las zonas de ubicación y el desarme, entonces hay que esperar eso para saber como será todo lo relacionado con la reintegración y en ese marco, yo he estado dos veces en La Habana, permanentemente tengo comunicación con el equipo negociador, piden insumos, piden información y lo que tenemos es toda la disposición desde la agencia para darle todas esas herramientas y todo ese conocimiento al los equipos negociadores frente a lo que se acuerde y en ese marco, toda nuestra capacidad va a estar a disposición de la sociedad, bien sea para los que seamos llamados a implementar los acuerdos o que se genere un nuevo esquema”.
El presidente habló de que serían unos 17 mil los guerrilleros desmovilizados, ¿esa cifra es de la ACR o de Presidencia?
“Eso fue en un foro con empresarios y el presidente estaba haciendo una presentación con un contexto de lo que ya habíamos atendido y la capacidad que habíamos generado y un poco lo que el intuía de la cantidad de personas que podían ingresar a un modelo de negociación por parte de las Farc”.
¿Porqué la ACR dice que es más efectiva la reintegración que una resocialización en una cárcel?
“El modelo de cárcel a nivel mundial ha mostrado que no es un buen escenario de resocialización sobre todo para conductas no tan graves. El modelo de reintegración es un modelo de resocialización que no implica estar confinado a unos muros ni limitar su movilidad, pero si asegurar unos compromisos con la sociedad para asegurar la reconversión o la adecuación de esas habilidades para el beneficio de la ciudadanía. Entonces un poco lo que sabemos desde reintegración es que acá hay un modelo de justicia restaurativa en donde las personas que han estado en círculos de violencia estudian, se estabilizan emocionalmente se forman para formar un empleo un trabajo, hay todo un ejercicio de reconciliación y de garantías de no repetición con las víctimas, con la institucionalidad y con las comunidades”.
¿Las cifras lo dicen también?
“La recluso en Colombia vale 18 millones de pesos cada año, según un estudio del Congreso dice que cerca del 70% de las personas que salen de un centro penitenciario vuelve a delinquir al cabo de tres años, esa cifra se asemeja mucho a otros países, en Estados Unidos por ejemplo es de 66% aproximadamente e incluso involucran delitos muchas veces más graves. En el caso de la reintegración los costos anuales llegan a los 5.8 millones de pesos y nos asegura hasta hoy una tasa de reincidencia del 24%, es decir una tasa de éxito del 76%. También hay que decir que no tenemos la capacidad de sacar a todas las personas del circulo de la ilegalidad, dependemos de su vocación, de su capacidad de cambio de su voluntad”.
¿Qué de cierto hay que para los guerrilleros desmovilizados hay 1.8 millones de pesos mensuales?
“Yo no se de donde sacaron esa información del millón ochocientos, lo que si puedo decir es que el modelo de beneficios condicionado al cumplimiento del 100% de las actividades es un modelo que venimos implementando desde el 2008 sin ni siquiera un ajuste del IPC, porque nosotros no damos un subsidio, no damos una pensión, lo que damos es un apoyo para que la gente vaya al sicólogo, para que puedan ir a estudiar, para que se formen, si eso no se cumple, pues no podemos dar el desembolso”.