<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Así es la estrategia petrista para ganar aliados en elecciones de 2023

La Casa de Nariño se alista para ganar puestos en las elecciones de alcaldes y gobernadores. Reforma política tiene la clave.

  • El ministro del Interior, Alfonso Prada, junto a los congresistas María José Pizarro y Roy Barreras (atrás se ve a Isabel Zuleta), entre otros, en la radicación de la reforma política. FOTO Cortesía
    El ministro del Interior, Alfonso Prada, junto a los congresistas María José Pizarro y Roy Barreras (atrás se ve a Isabel Zuleta), entre otros, en la radicación de la reforma política. FOTO Cortesía
10 de octubre de 2022
bookmark

La pelea por el poder está vigente en cada movimiento que se da en el Congreso, y la discusión de la reforma política –que sacó a la luz molestias de la bancada del Pacto Histórico con el ministro del Interior, Alfonso Prada, y dejó ver fisuras del Partido Conservador con el Gobierno que dijo iba a apoyar– busca que las fuerzas del Pacto se extiendan por el país, permitiendo el transfuguismo: que los políticos puedan saltar de un partido a otro sin ser castigados, al menos, una vez.

(Siga leyendo: Congresistas del Pacto Histórico niegan división con gestión del Gobierno).

Lo que se quiere es facilitar los mecanismos legales para que en las elecciones regionales de 2023, que cambian alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas en todo el país, la base política de Gustavo Petro tenga un poder superior de consecución de votos.

Esto no es algo nuevo, todos los gobiernos lo intentan –el de Iván Duque no fue la excepción–, pero la diferencia en esta ocasión es que así como el timón de la Casa de Nariño giró a la izquierda con la llegada de Petro, la intención es que el mismo rumbo se tome en los departamentos y capitales más claves del país. Por supuesto, Medellín, Antioquia y Bogotá están en la mira.

Para ello es que es clave la reforma política, en especial un artículo que han defendido desde el ministro Prada hasta el presidente del Congreso, el senador Roy Barreras, porque siente las bases para una reconfiguración de los partidos políticos.

Se trata del llamado trasfuguismo, con el cual se les permite a los militantes de una colectividad cambiarse –por una única vez– a otra sin que eso les implique una sanción.

Prada, en su momento, aseguró que lo que se quiere es darles “esa posibilidad que tienen los miembros de los partidos políticos por una sola vez para cambiarse de colectividad; eso tiene un sentido cuando hay un número de partidos como lo tenemos en Colombia y el surgimiento de otros que se arman sobre la marcha. Un poco manteniéndonos en el fallo de la Corte Constitucional, la intención es que las personas que están en los partidos pueden tener el derecho a cambiar de partido, pero por una sola vez”.

EL COLOMBIANO estableció que lo que se quiere es potenciar al mismo Pacto Histórico con esa jugada. Si se avala el transfuguismo, los líderes de la colectividad que agrupa a los petristas –incluyendo a los aterrizados a última hora– están seguros que pueden jalar gente de Alianza Verde y del Partido Liberal, entre otras agrupaciones, que se sabe quieren estar más cerca de quien hoy ostenta el poder desde la Casa de Nariño.

Ya se sabe, por ejemplo, que la representante verde Katherine Miranda hizo todo el tiempo campaña por Petro, pese a que parte de su colectividad estaba con la ahora extinta Centro Esperanza de Sergio Fajardo. Lo mismo pasó el senador Ariel Ávila.

Y en las toldas liberales hay ejemplos iguales, como pasó con los representantes Juan Carlos Losada y Andrés Calle, quienes –pese a las directrices que daba en ese momento César Gaviria, líder del partido– se fueron con Petro desde la primera vuelta de las presidenciales.

Estos dos partidos son claves para la gobernabilidad actual de Petro. El Liberal sacó 2,1 millones de votos y se quedó con 14 senadores y 32 representantes; y el Verde sumó 1,9 millones de votos y 13 curules tanto en Cámara como en Senado.

Prada ya ha hablado, en privado, con varios de sus militantes explotando qué piden para irse en el 2023 de frente con el Pacto Histórico. Y, según confirmó este diario, los jefes de esos partidos están en guardia.

Gaviria habla casi que a diario con sus congresistas para que, cuando se definan los candidatos de las regionales, el apoyo sea unánime. Y en las toldas Verdes se sabe que la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, junto a la senadora Angélica Lozano –su esposa–, está en constante comunicación con los militantes por si se acaba la luna de miel que hay con Petro y llegan en frentes opuestos al 2023.

Un ejemplo de ello se dio esta semana cuando López criticó con fuerza el acuerdo que Petro logró con Fedegan para comprar 3 millones de hectáreas de tierras. La alcaldesa dijo que los ganaderos deberían responder judicialmente y cuestionó que el Gobierno se queje por falta de plata para programas sociales y decida hacer negocios con este gremio.

En Medellín, el alcalde Daniel Quintero también quiere ser protagonista, pero se sabe que Petro está tomando distancia por los constantes escándalos que protagoniza el antioqueño. Eso sí, el mandatario local siente que el transfuguismo también le sirve.

En todo caso aún falta un año para la cita a urnas y en el Congreso se puso una salvaguarda para que el transfuguismo se avale con un plazo máximo de seis meses antes de la elección, pero la Casa de Nariño está jugada por acrecentar su poder regional y, como lo han intentado todos los presidentes anteriores, quiere que sus alfiles comanden las principales ciudades y departamentos del país

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD