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Ya van 30 años de la Ley Bosman, el fallo que desangró el fútbol suramericano

La fuga de talentos jóvenes a Europa ha permitido el dominio deportivo de sus clubes. A nivel de selecciones también se siente la brecha.

  • El PSG ganó la Liga de Campeones por primera vez y en la final de la Copa Intercontinental se impuso ante Flamengo de Brasil. FOTO GETTY
    El PSG ganó la Liga de Campeones por primera vez y en la final de la Copa Intercontinental se impuso ante Flamengo de Brasil. FOTO GETTY
25 de diciembre de 2025
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Hace 30 años, el trono del fútbol carecía de un amo. Europa aún estaba lejos del dominio aplastante que exhibe hoy, y Suramérica, impulsada por sus estrellas, competencia de igual a igual... hasta que un fallo judicial revolucionó todo.

El 15 de diciembre de 1995 el deporte más popular sufrió un sacudón: la sentencia de un tribunal de la Unión Europea, conocida como la Ley Bosman, eliminó las restricciones de máximo tres o cuatro futbolistas extranjeros que podían ser contratados por los clubes del bloque. El Viejo Continente, antes un destino reservado para cracks suramericanos como Diego Maradona o Zico, pasó a ser el domicilio de cientos de futbolistas provenientes de Brasil, Argentina, Uruguay o Colombia.

El fallo surgió a raíz de una denuncia del exjugador belga Jean-Marc Bosman, quien se enfrentó a restricciones para fichar por un club francés. Entre otros cambios, la sentencia también permitió que jugadores con ascendencia europea se naturalizaran para no contar como extranjeros.

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El uruguayo Gustavo Poyet, quien por la época pasó del River Plate de Montevideo a brillar en elencos como Zaragoza, Chelsea y Tottenham, recuerda el cambio. “Yo fui uno de los primeros que se aprovechó de la Ley Bosman (...) al nacionalizarme español pasé a ser uno más en Europa, lo que me abriría puertas para jugar en otros países”.

Las modificaciones alteraron el paradigma de una férrea rivalidad en los últimos 30 años entre Europa y Suramérica, que pasó de dominar las competiciones de clubes y selecciones a estar por debajo en el historial de trofeos tras la imparable fuga de talentos.

Suramérica es una mina

El aniversario de la Ley Bosman coincide con el estreno de un inédito Mundial de Clubes de 32 equipos, conquistado en julio por el Chelsea de Inglaterra. Pero antes la balanza estaba inclinada hacia Sudamérica. En la Copa Intercontinental el registro favorecía a los suramericanos hasta 1995: 20 títulos contra 14 europeos.

Después el orden se invirtió. Desde 1996 hasta 2025, 26 equipos de Europa ganaron la Intercontinental y el Mundial de Clubes, creado posteriormente, mientras que Suramérica se resignó con seis títulos, el último de ellos logrado por Corinthians en 2012.

A los ojos de Europa, Suramérica pasó de rival a cantera. “Los jugadores, muchos de zonas pobres, optan por irse muy jóvenes”, comenta el exfutbolista Hamilton Ricard.

Tras la Ley Bosman, los equipos y cazatalentos entendieron que en Suramérica “hay una mina”. En 2025, esta parte del continente batió récords de ventas (1.385) y transferencias (709 millones de dólares), según la FIFA.

¿Por qué se transformaron los clubes?

Antes de la llegada de Ricard al Middlesbrough, proveniente del Deportivo Cali en 1997, Faustino Asprilla era el único colombiano en jugar en Inglaterra. El historial hoy sobrepasa la veintena de cafeteros. La cultura de los clubes europeos se transformó, pues “han aumentado mucho los jugadores expatriados”, explicó el abogado venezolano Antonio Quintero, especialista en derecho deportivo.

El último campeón de la Liga de Campeones de Europa antes de la ley, el Ajax de Ámsterdam, apenas tenía tres jugadores sin pasaporte neerlandés. En cambio el Chelsea contaba en sus filas con 16 extranjeros (4 suramericanos), al ganar el pasado Mundialito. “Si los jugadores suramericanos estuvieran en Brasil, en Argentina, en Uruguay, tendrían más posibilidades los equipos americanos”, opinó el entrenador del PSG, Luis Enrique.

El caso más representativo de esta transformación es el título que obtuvo el Inter de Milán en 2010 con un italiano en cancha (Marco Materazzi).

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Europa despertó en Mundiales

En Mundiales de selecciones la tendencia se repite: antes de 1995, Suramérica llevaba la delantera con ocho títulos contra siete europeos. Tras la ley solo dos selecciones suramericanas fueron campeonas frente a cinco de Europa.

Entre múltiples razones, los expertos hablan del poder económico de los cuadros europeos y la prematura partida de jóvenes hacia Europa cuando están comenzando a brillar en los clubes que los formaron. Esto es “un problema”, dijo a la AFP José Carlos Brunoro, exdirectivo del Palmeiras de Brasil.

Los conjuntos suramericanos “tienen que vender muy temprano a los jóvenes” para “mantener a los equipos”, opinó. “Hay un retorno financiero” con las ventas, “pero no hay un retorno técnico”.

Ante la dificultad de retener a las promesas, “los clubes tienen que contratar jugadores más viejos”, en su mayoría glorias al borde del retiro, “para poderse mantener como club competitivo”, agregó.

El PSG, campeón de Europa y la Copa Intercontinental este año, tenía un promedio de edad de 25 años, mientras que el del Flamengo, que alzó la Libertadores con una de las nóminas más caras de América, 31. “¿Qué hacer para que eso no sea así, no vender jugadores? Imposible”, sentenció recientemente el entrenador del Mengão, Filipe Luís.

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