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Seguridad, goles y fútbol, las claves de la campaña

El equipo antioqueño ganó su decimoquinto título de Liga y se convirtió en el más veces campeón en la historia de Colombia.

  • FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
    FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
  • FOTO JAIME PÉREZ
    FOTO JAIME PÉREZ
20 de diciembre de 2015
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El primer lugar en la reclasificación (90 puntos) y la estrella 15 fueron el premio justo a la perfecta combinación de seguridad defensiva, orden, talento, jerarquía y estrategia que hizo Nacional en la Liga Águila-II.

“Con trabajo todo es más fácil”, resaltó la noche del domingo emocionado el capitán Alexis Henríquez, mientras en preferencia la leyenda Faustino Asprilla hacía público su sentimiento verdolaga. Y tiene razón, porque cuando el funcionamiento colectivo no fue claro apareció la capacidad individual para acercar los objetivos.

(Lea aquí: 15 Copas para el nuevo Rey del fútbol colombiano).

La ratificación de esto se notó ante Junior, ya que a los 29 segundos el juvenil Marlos Moreno, quien reconoció que “nunca me imaginé que haría realidad mis sueños y la vida me cambiaría para bien en este semestre”, fue el salvador igualando la serie.

Y cuando los goles de Jéfferson Duque no aparecieron y las ideas de Macnelly Torres, Yimmi Chará y Alejandro Guerra fueron escasas, la estrategia de Rueda se puso en marcha para controlar el partido y aguantar la lotería de los penaltis, donde la suerte juega mucho, pero con la ayuda del portero Franco Armani.

(Fotos: Así fue la celebración del Rey de Copas).

“La mentalidad en Nacional es para conseguir títulos y esta estrella se dio gracias a que captamos rápido la estrategia del profe Reinaldo”, aclaró Franco, mientras en las gradas las lágrimas, producto de la felicidad, “inundaban” el Atanasio Girardot.

Debido la brega que dio Junior el aficionado Jorge Cardona animaba, pedía goles y no perdía la fe “porque comenzamos bien y tenemos con qué”. Y no estaba equivocado, porque Nacional puso a prueba su jerarquía en la tercera final con los tiburones desde los pasos, fue el más grande del rentado y “me hizo realidad el sueño”, como comentó Rueda al comienzo de la fiesta que se extendió hasta la madrugada.

(Lea también: La afición verdolaga pasó de la euforia al suspenso).

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