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“Necesitaba un detonante en mi vida”

EL COLOMBIANO habló con Santi Giraldo, el mejor tenista nacional de la historia. 4 meses en el ostracismo.

  • Leonardo González, preparador físico; Felipe Berón, entrenador del Equipo Colsanitas y Santiago Giraldo. Al lado, la nueva pinta de Giraldo. FOTO cortesía Felipe Berón
    Leonardo González, preparador físico; Felipe Berón, entrenador del Equipo Colsanitas y Santiago Giraldo. Al lado, la nueva pinta de Giraldo. FOTO cortesía Felipe Berón
  • “Necesitaba un detonante en mi vida”
16 de enero de 2018
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“Al ver como caía aquella agua, entendí mejor la frase que tanto me inquietó en mi precoz rebeldía: ‘Para seguir con vida, basta con seguir en la vida, es decir, estar en movimiento, evolucionar... Y después, en la noche, como si fuera magia divina, me encontré esta frase de BPG (Benito Pérez Galdós): Ésta, marchando hacia la casa, absorta, pensativa, triste, oía zumbar en su oído la funesta voz que ha tiempo, en sus desvelos y en sus meditaciones, le decía: Rebélate, rebélate. Tu inteligencia es superior. Levántate; alza la frente; limpia tus ojos de ese polvo que los cubre, y mira cara a cara el sol de la verdad”.

Santiago Giraldo lo escribió en su cuenta de Instagram. Lo hizo algún día de su corto receso mientras ponía a descansar -literalmente- su cuerpo y su alma. Al final dice sentirse libre, tranquilo, regocijado con él mismo. Y con ganas de seguir jugando tenis pues comprobó que la pasión por este deporte sigue latente.

Mucho “filosofó” durante su ostracismo. Leyó libros -por lo general de crecimiento personal y control mental-, hizo yoga, acudió a expertos en el tema psíquico, las mantras, lo espiritual. Caminó, se recreó con la naturaleza, hizo expediciones, viajes (pasó por su natal Pereira, Bogotá, Santa Marta, Cartagena, Miami, Barcelona, Madrid, Marbella, México), montó a caballo -otra de sus pasiones-, le dedicó tiempo al agua (ríos y mares), a la montaña (Parque Tayrona), a su familia y a sus amigos de antes. Se dejó crecer la barba y se rapó.

El mejor tenista colombiano de la historia se tomó cuatro meses para pensar y sacar conclusiones sobre su vida y su agitada y loca carrera de casi 25 años sin descansar.

Hoy, de regreso a los entrenamientos, en Cartagena, donde alternará su estadía en Colombia -después de vivir mucho tiempo fuera del país o volando- y al lado de su grupo de trabajo de Colsanitas -su patrocinador-, comandado por Felipe Berón, Santiago, quien salió del top-100 de la ATP y ahora es 236 del casillero (puesto 99 a finales de julio), habló con EL COLOMBIANO.

¿Qué conclusiones saca luego de este tiempo dedicado a usted?

“Fue un tiempo importante para mí, para aprender de mí mismo, para aprender a conocerme mejor”.

Casi 25 años seguidos de puro trajín, se estaba enloqueciendo...

“Era el tiempo de parar después de casi todo ese tiempo dedicado al tenis. Era darle un respiro a mi cuerpo, a mi salud. Tener un cambio, necesario por demás. Estaba saturado, el cuerpo me lo avisaba y tenía que cuidar la salud”.

Y de verdad que se perdió del mundo, ¿qué hizo o qué ha hecho en este tiempo?

“Compartí con la gente, hice cosas que siempre quería hacer: estar con mi gente, con la gente del común, con extraños, con mis amigos de toda la vida -a quienes poco volví a ver-. Fueron días dedicados realmente conocer lugares que quería sentir, como el Tayrona; estuve con la abuela, los sobrinos, los amigos de infancia y juventud, repasé toda mi vida, fui a lugares donde antes viví, como Pereira, Cartagena, Barcelona, Marbella para repasar muchas cosas de mi pasado”.

Entonces, sí que aprovechó ese tiempo...

“Siempre he jugado tenis, de seguido, sin respiro alguno. Fueron cuatro meses maravillosos, volví a sentir la vida que me rodea y que había olvidado por dedicarme en cuerpo y alma a la competencia”.

Y lo sensible, lo interno, su mente, su alma...

“Hice mucho por mi parte interna. Me dediqué a la lectura , leí mucho, me cuidé mucho, cuidé mi cuerpo, pero también mi alma. Quería todo esto y saber cuánto necesitaba del tenis. Me dediqué a tener conversaciones conmigo mismo, a la meditación, a reflexionar con calma, todo este tiempo fue una ganancia para mi vida”.

Pero agradecido con el tenis que, al fin y al cabo le ha dado mucho...

“Contento, agradecido, en mucha quietud y tranquilidad, pensando también en que volvería a jugar tenis con más disciplina, más ganas de llegar lejos, teniendo una reingeniería física y mejorando la personalidad”.

Muchos creyeron que iba a abandonar el tenis, ¿sintió la necesidad de seguir?

“Y lo sentí de verdad, por eso decidí volver luego de este receso. Me sentí con ganas, las mismas con las que empecé a jugar o las que siento cuando voy a disputar un torneo”.

Ya, con la decisión tomada de regresar a las canchas, ¿lo hará recargado de qué?

“Lo hago con las mismas fuerzas, pero recargado de vitalidad y con el cuerpo descansado; tendré dos meses de preparación para volver al circuito. Me prepararé bien y con el sentimiento de agradecimiento con tanta gente que me ha apoyado y me ha dado energía para seguir en la brega”.

Y el tema puntual de sus arrebatos, lo impulsivo cuando las cosas no le salen...

“Sí claro, todo esto hizo parte del trabajo. Hice una introspección, repasé tantas críticas que me han hecho, lo impulsivo, el porqué pierdo tan fácil el control y cómo trabajarlo con el control de las energías y el sicoanálisis”.

Volver cambiado es un reto monumental...

“Volver cambiado es un reto difícil pero personal para el futuro. Es confiar en mí, lo hago, lo siento. Creo que estos cuatro meses me han servido de gran forma para visualizarme y sentirme mejor. Necesitaba un detonante en mi vida”.

Hasta con nuevo look...

“Soy un tipo muy cambiante, rebelde diría. Y en todo proceso debe haber cambios; este es parte de ello aunque no lo principal, porque lo que verdaderamente te enriquece es el aprendizaje que dejan estas reflexiones sobre la vida. Algún día me dije que necesitaba un aspecto diferente y me rapé; todo está bien”.

¿Lo presiona volver después de haber perdido tantos puestos en ranquin?

“No, nada. Volver siendo un número cualquiera del ranquin no me desvela, lo veo más como una oportunidad de trabajar y recuperar terreno. Lo asumo con tranquilidad porque cuando me dije que necesitaba parar sabía que esto iba a suceder. No me preocupa para nada el hecho de que ya no esté entre los cien o cincuenta o en el puesto que sea.

La idea es trabajar duro, a conciencia, con disciplina, ese es el gran reto, no mirando al pasado sino asumiendo una nueva carrera con mucha pasión por lo que hago y quiero” .

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