Steve Jobs, cofundador de Apple, era un líder disruptivo, tanto así que solía sorprender con sus ocurrencias y, de hecho, tenía una obsesión clara por encontrar a las personas correctas. Para él, el talento humano era la base de todo, y por eso convirtió la contratación en un ritual casi personal a la que, según sus colaboradores más cercanos de la época, solía dedicarle el 25 % de su tiempo semanalmente. Entre sus métodos menos conocidos pero más efectivos, destaca una estrategia informal que definía a los mejores candidatos y era la llamada técnica de la cerveza.
Y es que, hoy día, más de una década después de su muerte, muchas de las estrategias que implantó en Apple siguen vigentes. Su enfoque humano, centrado en la intuición tanto como en la lógica, ha inspirado a líderes de todo el mundo. De hecho, empresas como Google, Netflix o Tesla han replicado modelos similares donde la cultura pesa tanto como la competencia técnica.
Aunque suena un tanto informal, esta técnica que empleaba en entrevistas laborales encierra una filosofía profunda sobre lo que, el que era la cabeza de Apple en ese entonces, buscaba en su equipo cualidades como inteligencia, pasión, pensamiento independiente y, sobre todo, capacidad de conexión. El planteamiento era el siguiente: “¿Invitaría a esta persona a tomarme una cerveza después del trabajo?”. Si la respuesta era no, probablemente no era la indicada para Apple.
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Lo que evaluaba Steve Jobs en las entrevistas de trabajo en Apple
El CEO de Apple entendía que las hojas de vida dicen mucho, pero no todo. Por eso, más que títulos y experiencia, buscaba algo menos cuantificable, que es el fit cultural, la chispa creativa y la autenticidad.
La entrevista se convertía en una conversación honesta, incluso caótica a veces, donde trataba de conocer al candidato como ser humano. No se trataba solo de si sabía programar, diseñar o gestionar proyectos, sino de cómo pensaba, cómo reaccionaba y qué tan cómodo se sentía siendo él mismo.
En varias ocasiones, el mismo Jobs reconoció que prefería rodearse de personas que lo retaran, que fueran incluso mejores que él en sus áreas. “No contratamos personas inteligentes para decirles lo que tienen que hacer; las contratamos para que ellas nos digan qué hacer”, afirmó en una de sus presentaciones internas.
Bajo ese principio, el famoso CEO entrevistaba uno a uno a los perfiles clave, y dedicaba horas a validar si realmente estaban alineados con la filosofía de Apple.
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El significado de la técnica de la cerveza empleada por Steve Jobs
La técnica de la cerveza no significaba literalmente salir a tomar con los candidatos, aunque en ocasiones lo hacía. Era más bien una metáfora sobre cómo se percibía la conexión humana sobre si la conversación fluía, si era alguien interesante, o tenía curiosidad y sentido del humor.
Steve Jobs valoraba especialmente la capacidad del candidato de hacer preguntas inesperadas, de tener criterio propio y de mostrar autenticidad, incluso en un entorno de alta exigencia.
Según excolaboradores cercanos, Jobs no buscaba trabajadores obedientes, sino “rebeldes con causa” que entendieran el ADN de Apple.
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