Anteayer hizo cien años murió este insigne general. El día previo, cuando se dirigía a las sesiones del Senado, fue atacado traicioneramente por dos mentes primitivas que a punta de hachazos truncaron el destino merecido. La virtud, la sabiduría, el heroísmo y el martirio sintetizaron su corta vida.
Rafael Uribe Uribe fue militar, abogado, diplomático, internacionalista, parlamentario, ideólogo y periodista. Sin embargo, lo que realmente lo caracterizó fue su rectitud e independencia de carácter, su austeridad y su valor civil. Dedicó su vida a defender los intereses de la patria, mostrándose audaz en la guerra y prudente en la paz.
Como hombre de armas, tomó parte en las guerras civiles de 1885, de 1895 y de 1899, conocida como la Guerra de los Mil Días. Fue herido en la batalla de los Chancos, vencedor en Peralonso y Terán, pero derrotado en Palonegro. Terminada la confrontación bélica, centró su actividad en la política del posconflicto del momento, lo cual lo llevó a exclamar: "Despidámonos como soldados y preparémonos para saludarnos como ciudadanos", en clara comprensión de los roles del ciudadano soldado y de una patria por encima de los intereses sectarios.
Su inagotable energía y capacidad de trabajo le permitieron adicionar a las responsabilidades de la milicia y la política, las de la filosofía masónica y la educación, las cuales compartió con Nicolás Esguerra, Benjamín Herrera y Aquileo Parra. Propuso la creación de una universidad autónoma, sin dogmatismos políticos ni religiosos, la cual se hizo realidad en 1922, con el nombre de Republicana, actualmente conocida como Universidad Libre.
Como ministro plenipotenciario de Colombia ante los gobiernos de Chile, Argentina y Brasil, estudió las organizaciones militares de estos países y sugirió al presidente Rafael Reyes contratar una misión chilena para reestructurar la enseñanza castrense en nuestro país, dando origen a la Escuela Militar de Cadetes. Su direccionamiento estratégico fue el manifestado por el presidente Reyes en su discurso del 20 de julio de 1907:
"El propósito del Gobierno al fundar la Escuela Militar es que en ella se formen los Oficiales de nuestro Ejército sobre principios suficientemente sólidos para que hagan de él, escuela de moralidad, de sobriedad, de fortaleza y disciplina". Luego agregaría: "En adelante se citará al Cadete como modelo del cumplido caballero que lleva por insignia la verdad, la franqueza y la hidalguía".
Desde entonces, todas las promociones de egresados llevan el nombre de un héroe o personaje excepcional que las inspire, las motive y sintetice su ideario.
Nosotros, los egresados como oficiales el 10 de diciembre de 1965, con orgullo escogimos el nombre de este egregio hombre, "el primer ciudadano de Colombia". De él dijo Juan Lozano y Lozano: "Cada pensamiento de su cerebro, cada impulso de su corazón, cada afirmación de su voluntad, cada acto de su vida, podrían servir de norma general, de canon ético y estético".
Tuvimos una razón adicional para buscar un nombre de tan especial significancia: Con nuestra promoción, el Ejército dio un salto cualitativo de especial trascendencia al iniciar en la Escuela Militar los estudios universitarios, con las facultades de Economía, Ingeniería y Derecho Internacional y Diplomacia.
El mando de la época entendió que en la educación está la piedra angular del cambio constructivo y la efectividad en el cumplimiento de la misión institucional. El de hoy, con certeza, entenderá y enfrentará con éxito los retos del presente.
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