¿Habrá alguien, por sus responsabilidades, que tenga que dar mejor ejemplo que un alcalde, máxime si rige los destinos de un municipio azotado por la violencia y lleno de necesidades?
La respuesta es que todos debiéramos dar el mejor ejemplo, pero el del burgomaestre de Curillo, Caquetá, es el peor de los muchos que se conocen en Colombia, pues Esneider Mayorga Corrales, en estado de embriaguez, cogió varias casas a tiros y después hizo lo mismo con la estación de Policía de la localidad.
Los habitantes, sometidos durante muchos años a la presión de las Farc, ahora se sienten más inseguros, pues si eso reciben de su alcalde, qué podrán esperar de los violentos. El burgomaestre está preso.
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