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Un bloque para hacerle contrapeso a Estados Unidos como potencia, incluso con capacidad de reacción militar a gran escala, se está gestando en la parte oriental del globo y tiene en alerta a la Casa Blanca.
Y allí, bajo el liderazgo de China y Rusia, los talibanes que se tomaron el poder en Afganistán hace un mes y medio, juegan un papel central.
En efecto, Moscú decidió invitar a los líderes del gobierno talibán a las negociaciones internacionales que se realizarán sobre Afganistán el próximo 20 de octubre. Esto se traduce en que, de facto, les da reconocimiento diplomático, algo que occidente aún se niega a hacer tras el retiro de territorio afgano de las tropas estadounidenses que lo ocuparon por al menos dos décadas.
Por lo menos así lo advirtió este jueves el emisario del Kremlin, Zamir Kabulov, de acuerdo con información divulgada por agencias de prensa rusas.
De hecho, este funcionario ruso respondió “sí” a la pregunta de periodistas sobre si los talibanes, que tienen a occidente en ascuas sobre la manera en que cumplirán su palabra de respetar las libertades de sus habitantes, estarán invitados a estas negociaciones.
Pero no es lo único que confirmó. En efecto, lo cual de un tono de cumbre internacional y pavimenta el camino para que los talibanes tengan reconocimiento político y diplomático, Rusia también invitó a estos diálogos a delegados de los gobiernos de China, Irán, Pakistán e India.
No obstante, según la prensa rusa, Kabulov no confirmó quién del régimen talibán estará invitado al encuentro. Pero, eso sí, dejó abierta la posibilidad de que este grupo de países conforme el bloque que, como se dijo, tiene nervioso a Washington.
Esta conferencia internacional tendrá lugar después de una cumbre extraordinaria del G20 dedicada a la situación humanitaria crítica que se vive en Afganistán y la cual se realizará el próximo martes 12 de octubre.
Además, Kabulov precisó que Rusia está estudiando las modalidades concretas para enviar ayuda humanitaria a Afganistán y que, por lo mismo, dicho “material” está siendo recogido para ser transferido a este país.
Cabe recordar que los talibanes se hicieron con el control de Kabul en agosto, al final de una rápida ofensiva contra el caído gobierno que era apoyado por los países occidentales.
Dos décadas después de ser expulsados del poder por Estados Unidos, los fundamentalistas volvieron al frente del país, lo que ha desencadenado una serie de problemas a nivel de la seguridad, especialmente para los Estados vecinos.
Rusia se interesa mucho en la situación en Afganistán, un país que las fuerzas soviéticas ocuparon durante 10 años hasta su retirada en 1989, al término de una guerra sangrienta. Moscú considera el movimiento talibán como terrorista, aunque dialoga con él desde hace años