Urabá es mucho más que su reconocida producción bananera. Es un territorio vibrante, biodiverso y sabroso, que se ha posicionado como un destino turístico con un potencial inmenso. Tras décadas marcadas por la violencia y la estigmatización, Urabá ha iniciado una notable transformación, creyendo en su vocación turística y trabajando para consolidar una oferta diversa y sostenible.
Con costas sobre el Caribe y paisajes que varían desde selvas tropicales hasta playas fotogénicas, pero sobretodo tranquilas, Urabá ofrece diversidad natural y cultural, fruto de la mezcla de tradiciones paisas, chocoanas e indígenas.
Rafael Peña, director de la agencia turística Ligero de equipaje en Arboletes, quien ha sido testigo y protagonista de este cambio tras llegar a la región hace 15 años, señala que el turismo organizado ha venido trabajando de forma más estructurada hace aproximadamente siete años.
Históricamente, solo Necoclí y, en segundo lugar, Arboletes, eran mencionados como destinos turísticos, principalmente por ser la puerta de salida hacia Capurganá y el Darién chocoano. Sin embargo, esta atención estaba a menudo ligada a temas negativos como el narcotráfico y la migración, que, si bien movían la economía local (hoteles, guías, restaurantes), no aportaban al crecimiento formal y sostenible.
Álex Cardona, conocido como Álex Bikers, un guía profesional de turismo nacido en Necoclí, afirma que la vocación turística de este pueblo existe desde hace más de 50 años, y según él, la reciente transformación tiene que ver con que las personas han empezado a “creer en el potencial turístico de toda la región de Urabá” y a trabajar para generar un estilo de vida a partir del turismo.
Óscar Andrés Sánchez, director de Turismo de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación de Antioquia, coincide en que, aunque las visitas a las playas existían hace décadas, en los últimos años ha crecido significativamente la oferta hotelera, gastronómica y de experiencias, con el nacimiento de operadores y agencias, y destaca que municipios clave han dado pasos en la planificación y promoción de la mano de aliados como la Cámara de Comercio, universidades, cajas de compensación y la Gobernación.
En ese sentido, el programa Antioquia es Mágica ha sido fundamental para identificar, capacitar y promocionar emprendedores turísticos.
Entidades como la Corporación Turística Urabá Darién Caribe, con 20 años de historia, ha sido clave. Su directora ejecutiva, Karen Martínez, explica que nació de líderes que creían en el turismo como motor para cambiar la imagen de violencia de la región.
Con la campaña “Antioquia tiene Mar” ayudaron a visibilizar, incluso entre los mismos antioqueños, que Urabá ofrece acceso al mar Caribe. Y es que gracias a Urabá, Antioquia es el tercer departamento con más costa en Colombia.
Estos esfuerzos conjuntos se traducen en cifras. El más reciente informe de la Cámara de Comercio de Urabá indica que el turismo es estratégico, pues representa el 15,55% del total de 12.134 empresas registradas en 2024 en la subregión. El sector ha crecido constantemente desde la pandemia, con 627 nuevas empresas turísticas entre 2021 y 2024. Solo en 2024, se crearon 81 nuevas empresas de turismo, un crecimiento del 17,57% anual.
Un abanico de experiencias
La oferta turística en Urabá es tan diversa como la subregión misma. El turismo de naturaleza es protagonista, impulsado por su biodiversidad, el mar Caribe y las selvas. El volcán de Lodo de Arboletes, único en Latinoamérica en su especie, está terminando su primera fase de desarrollo por la Gobernación y se perfila como atractivo clave para el turismo de salud y bienestar. Mutatá destaca por sus ríos cristalinos de aguas azules que “parecen mar” y su etnoturismo con comunidades indígenas. La Reserva Natural Surikí, en Turbo, el “Amazonas de Antioquia”, ofrece ecoturismo comunitario y conexión con el bosque. Apartadó y otras áreas permiten el avistamiento de flora y fauna.
Alex Bikers propone descubrir Necoclí en bicicleta, recorriendo cultivos de cacao, playas, senderos y miradores.
La cultura y la historia son fundamentales en la oferta turística. Urabá es hogar de culturas afrocolombianas e indígenas, que entre otras cosas, hacen esfuerzos para que el Bullerengue sea patrimonio de la humanidad. En Necoclí, las molas de la comunidad indígena Kuna son piezas artesanales únicas.
Por su parte, la gastronomía es un viaje de sabores resultado de la mezcla cultural, que alimenta la identidad territorial. Experiencias con la tradicional galleta de limón, las arepas rellenas de Mario en Arboletes y mariscos con la señora Marquesa se han convertido en paradas obligadas.
En Necoclí, la Plaza de Mercado conserva los secretos de la cocina local con portadoras de saberes ancestrales que preparan sancocho de pescado y jugos naturales. Turbo tiene los famosos fritos de Bertilda y el pescado con coco del restaurante El sinvergüenza.
La ruta “Entre mitos y leyendas con sabor a cacao” en Chigorodó y Mutatá permite conocer fincas cacaoteras y la gastronomía afro ancestral en lugares como Puerto Girón. Para Sánchez, la urabaense, es la cocina más rica del departamento.
Además, la oferta de alojamiento se ha ampliado. Sandra Restrepo, directora regional de Cotelco, explica que Apartadó tradicionalmente tenía hoteles corporativos, pero la llegada de cadenas como Accor ha impulsado la mejora del servicio. En la costa, hoteles como El Mirador y Riviera del Sol en Arboletes —que ofrecen piscinas únicas con vista al mar y acomodación de lujo, y Finca Hotel La Manuela, con cabañas tipo glamping— han crecido. En Necoclí, hay opciones como Hotel Marianza con espacios para descanso y deporte y el Hotel Kaluwala. Simona del Mar en Turbo conjuga playa, naturaleza y gastronomía.
Según Peña y Cardona, el turista es en su mayoría nacional y viaja en familia. El turismo extranjero, aunque menor, llega a Necoclí en ruta al Darién
Retos y un futuro prometedor
En Urabá apenas tres de cada 10 empresas formales sobreviven a los primeros cinco años y las microempresas (96,02% del total) concentran la mayoría de los cierres (99,04%). Sectores como comercio y servicios de comida/alojamiento, líderes en creación, también tienen altas tasas de salida, y todavía queda un largo trecho para recorrer en cuanto a la formalización del personal y de toda la industria ligada al turismo. Sánchez resalta el desafío de mejorar servicios básicos e infraestructura turística liviana. Mientras que para Peña lo más urgente es arreglar e pésimo estado de la vía entre Necoclí y Arboletes.
Sin embargo, la región se prepara para una gran llegada de visitantes. Puerto Antioquia, las vías 4G y el Túnel de Toyo, junto a la mejora de la conectividad aérea (aeropuerto de Carepa movilizó 186.174 pasajeros en 2024), son megaproyectos que detonarán el desarrollo, para el que llevan años preparándose.
Por fortuna, entre la gente hay una clara conciencia sobre la importancia de desarrollar un turismo sostenible y responsable. La comunidad, las autoridades y alcaldías, Corporabá y la Gobernación trabajan para prevenir problemas como la explotación sexual, la gentrificación, la contaminación y el tráfico de fauna, que muchas veces aparecen ligados al turismo masivo.
En conclusión, en Urabá están listos para recibirlo, ¿y usted para visitarlos?