Pareciera que ir a algunos parques infantiles de Medellín a disfrutar de los columpios, mataculines y otros juegos se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo para los más pequeños por el estado en el que se encuentran algunos de estos en la ciudad.
Al conocerse la muerte de Juan Manuel Bernal Flórez, de 11 años, el pasado lunes, luego de caerle encima la estructura de un columpio en el barrio Belalcázar, noroccidente de Medellín, EL COLOMBIANO se tomó el trabajo de recorrer algunas zonas de la ciudad para verificar el estado en el que se encuentran algunos de ellos.
Sin ser muy exhaustiva la búsqueda y enfocada en el norte de Medellín, se hallaron cuatro de estos parques con algunos de sus juegos en mal estado y otros con toda su estructura en condiciones poco aptas para que un pequeño pueda disfrutarlo.
El más crítico del recorrido se encuentra en la calle 101A con la carrera 64, justo a una cuadra de donde ocurrió el trágico caso de Juan Manuel. En el parque ambiental de Belalcázar, los columpios están caídos, la estructura de madera se mueve con solo sacudirla con la mano y su suelo está tan agrietado que una persona que pasaba por allí se tropezó con una de ellas y cayó.
Santiago Cardona, un mecánico del sector, manifestó que “es tan grave la situación que los niños ya casi no vienen al parque, porque uno de los columpios ya se cayó y el otro está a punto de colapsar, y donde pase, puede ocurrir otra tragedia”.
En un estado menos crítico, pero también con juegos afectados y con falta de una manito de pintura se vieron parques en Aranjuez, cerca del puente de la Madre Laura, y en el barrio Pedregal, donde un mataculín desapareció y solo quedó su bisagra. En Moravia, cerca de la cancha, también se nota el abandono y el deterioro, tanto que un columpio ya no funciona y sus cadenas están amarradas a la estructura.
Con el mal estado de los parques se pone en riesgo a los más pequeños, por lo que es urgente meterles una mano antes de que se repita la tragedia de Juan Manuel.