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Una tasa de desempleo en Medellín y el área metropolitana de dos dígitos ha acompañado los informes revelados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) desde diciembre de 2017, pero la cifra publicada ayer de 12,7 % entre febrero y abril de este año, refleja un problema estructural en el mercado laboral no solo local, sino también nacional.
Desde hace seis años la ciudad no registraba un desempleo tan alto. La última vez fue en ese mismo periodo de 2013, cuando se consignó uno de 13,1 %. Desde entonces se había paseado entre el 10 y el 12 %. Ese síntoma pone en evidencia la falta de atención gubernamental a una fórmula para la solución sistemática del problema (ver Infografía)
Y es que la cifra fue incluso más alta que el índice que mide a 13 ciudades principales (11,9 %) y al que contiene a 23 urbes (12,1 %), ambos de doble dígito. En ese último grupo ocupó junto con Manizales el décimo puesto de las ciudades con tasas altas.
Al respecto, la Secretaria de Desarrollo Económico de Medellín, María Fernanda Galeano, destacó que un bajo crecimiento de la producción y de las ventas reales en la región empujan al alza en la cifra (ver ¿Qué sigue?). “A través de programas de desarrollo empresarial, promoción del emprendimiento, la internalización, atracción de inversión extranjera para la apertura de nuevas empresas en la ciudad se crearán más empleos”
Por otro lado, Mauricio López, coordinador del grupo de Macroeconomía de la Universidad de Antioquia, señaló que el tema es muy complejo porque la participación de las personas en el mercado laboral ha sido creciente en los últimos tres años, así como la ocupación de las mismas. Pero no crecen al mismo ritmo.
“Necesitaríamos que se generen empleos a la vez que aumenta la población económicamente activa, con eso garantizaríamos que la tasa de desempleo se reduzca”, dijo.
Eso no es fácil. Una de las razones en el crecimiento de la tasa de participación es el aumento de la migración, lo cual ha aumentado la tasa de población en edad de trabajar, pero no los puestos de trabajo.
“Es necesario ahondar en programas de autoempleo, mecanismo mediante el cual las personas pueden generar sus propios ingresos, así sea de carácter informal inicialmente”, puntualizó López.
Estimular el emprendimiento, preferiblemente en el sector naranja (industrias creativas), aprovechando los beneficios tributarios de este gobierno son opciones que el investigador pone sobre la mesa.
Para Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, es preocupante que la tasa nacional se mantenga en dos dígitos en lo corrido del año. “El desempleo está muy por encima de la cifra regional de América Latina y el Caribe, que es de 7,8 %”, resaltó.
Jaramillo agregó que es importante incluir políticas activas en cabeza del servicio público de empleo para establecer rutas preferenciales de empleabilidad para la población vulnerable como los jóvenes recién graduados y las mujeres.
La tasa de informalidad, la cual mide el trabajo que realizan los colombianos en lugares que no están constituidos como sociedades formales, tuvo una leve disminución entre febrero y abril en el índice que mide ese factor en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas (de 47,5 % a 46,5 %).
También fue menor en la que mide a 23 principales ciudades (de 48,5 % a 47,7 %).
Medellín hace parte del grupo con tasas de informalidad por debajo de los dos promedios de las principales ciudades: obtuvo un 42,9 %. Esto la posicionó en el tercer lugar de las que registran números más bajos, después de Manizales (40,4 %) y Bogotá (41,1 %). El cuarto puesto fue de Cali (45,8 %), también por debajo del promedio.
Cúcuta sigue liderando el podio de las más informales, registró una informalidad de 70,6 %, seguida por Sincelejo (64,9 %), Rioacha (64 %), Santa Marta (63,3 %) y Valledupar (59,1 %).