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El primer caso de la covid-19 detectado a finales de febrero en Ecuador, provocó que los otros tres países que integran la Comunidad Andina (CAN), Perú, Bolivia y Colombia, actuaran con rapidez adoptando medidas de contención y mitigación, tarea en la cual los mandatarios asumieron la vocería y el control ante la contingencia, que según el secretario General de la CAN, Jorge Hernando Pedraza, se convirtió en una agenda de Estado.
Pese a los esfuerzos, Latinoamérica ha sido impactada negativamente sumando a diario nuevos pacientes y fallecidos, y siendo ahora el foco de la pandemia.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Pedraza explicó cómo se ha enfrentado la emergencia en estos países y cuáles son las perspectivas de recuperación cuando gradualmente empiezan a levantarse las restricciones.
¿Cuál ha sido el papel de la CAN en esta coyuntura?
“Hemos expresado permanente solidaridad y disposición total para apoyar las estrategias de los cuatro gobiernos con los que hemos mantenido permanente contacto.
Disponemos del Organismo Andino de Salud (Oras) que es el llamado a atender este tipo de situaciones, y es así como en nuestros pronunciamientos se ha insistido, por parte de los cancilleres, en trabajar conjuntamente para contener los efectos económicos y sociales derivados de esta emergencia sanitaria”.
Pero, ¿qué acciones se han ejecutado?
“Hemos reunido al Consejo Consultivo Andino para prever cuáles son las estrategias para la reactivación del aparato productivo de la región, que está muy golpeado. También expedimos una guía de bioseguridad para los miembros de la CAN y otros 18 países, desde México hasta Chile, con el propósito de proteger la labor de las personas dedicadas a las actividades agropecuarias y los procesos de industrialización de alimentos, porque mientras la mayor parte de la sociedad está aislada, hay un contingente de personas produciendo, transformado y transportando la comida. Esto es seguridad alimentaria y este es un instrumento esencial. Por otro lado, expedimos otra guía para facilitar el tránsito aduanero y evitar contacto en las fronteras, para hacer más ágil el paso de las mercancías”.
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Frente a lo que viene después de la emergencia, ¿qué anticipa la CAN?
“Tenemos clarísimo que en la pospandemia habrá una gran oportunidad porque el mundo se desglobalizó y tendrá que regionalizarse. Una de las tantas consecuencias es que vamos a dejar de depender de tres o cuatro economías muy fuertes y tendremos posibilidad de hacer una integración regional que nos permita tener autosuficiencia, autodeterminación y no tener ninguna dependencia. La lección está aprendida y podríamos convertirnos en una despensa de comida para el planeta”.
En un escenario de desglobalización del que habla, ¿qué pasará con los acuerdos comerciales?
“Esos tratados se suscribieron bajo un mundo distinto y todo eso respondió a otro tipo de normalidad. Hoy la realidad es diferente y creo que hay que darle apertura a la integración regional y la CAN resulta ser el organismo ideal para generarla. Así como hace 50 años tuvimos la capacidad de establecer ensambladoras de vehículos, pues ahora podemos tener ensambladoras de respiradores o equipos de alta tecnología o más farmacéuticas para encarar este tipo de pandemias”.
Para reactivar la economía, ¿con qué herramientas cuenta la CAN para ponerla a marchar?
“Tenemos previsto plantearle a los gobiernos que impulsemos la economía dándole condiciones especiales a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), porque estas generan el 90 % del empleo y producen el 60 % de las manufacturas. También hay que pensar en la aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones para acelerar la innovación, porque en la digitalización hay muchos procesos que van a facilitar el comercio. Igualmente, hay que repensar los modelos para facilitar los trámites de las exportaciones de la CAN, y seguramente cada país tendrá fórmulas de acuerdo a sus condiciones propias. Lo que es claro, es que el momento es propicio para la integración Andina y la Comunidad debe contribuir como un vehículo idóneo en la recuperación del aparato productivo y de esta manera alcanzar una estabilidad social y de bienestar para los 111 millones de ciudadanos de estos cuatro países” (ver Radiografía).
Una de las preocupaciones es ubicar recursos para encarar esta contingencia, ¿dónde está ese dinero?
“Los países están acudiendo a la banca multilateral, pero la verdad es que el panorama es aciago para todo el planeta e incluso las naciones más poderosas no tienen excedentes mayores. Aquí tenemos que jugárnosla por la ruta de reinventarnos, de consumir lo propio y de empezar a hacer una redención del aparato productivo local, desde lo pequeño y comprometiendo buenas políticas de estímulos económicos a proyectos que necesiten apoyo especial. Algo clave será consumir lo nuestro y esto generará una ola de empleabilidad mayor y así recuperar puestos de trabajo, pues está previsto que en América Latina habrá 30 millones de pobres nuevos y 38 millones de desempleados, lo que significa que estos serán flagelos graves de la pandemia que necesitan políticas de Estado con sentido de integración”.
¿De estos nuevos pobres y desempleados qué proporción corresponde a los países de la CAN?
“Esas son cifras para 570 millones de habitantes en América Latina, la CAN representa una quinta parte de eso, así que hablamos de 6 millones de nuevos pobres y 7,6 millones de desempleados, cifras que se dieron en un instante, en la degradación de pocas semanas del aparato productivo”.
Las proyecciones sobre desempeño económico señalan que habrá una V, es decir un descenso pronunciado y una recuperación pronta, ¿lo cree así la CAN?
“Todos creemos que 2020 será de cifras negativas, y que el 2021 será de normalización y de crecimiento de algunos sectores productivos. Cuando se pueda reabrir el turismo habrá una nueva dinámica, cuando despegue el transporte habrá un gran impulso al igual que con los restaurantes. Lo que no se puede vaticinar es cuándo va a terminar todo esto ni determinar cómo va a pasar esta coyuntura y eso dependerá del manejo y control que se le dé para que haya una espiral creciente de la economía”.