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El próximo 14 de febrero vence el plazo para que las empresas y empleadores consignen las cesantías de los trabajadores a los fondos de pensiones, de lo contrario deberán pagar un día de salario por cada día de retraso.
Las cesantías equivalen a un mes de salario por cada año trabajado o proporcional si el periodo es menor de 12 meses y, de acuerdo con los analistas, el mejor uso que se le puede dar a este dinero es preservarlo como un ahorro de largo plazo, pues los trabajadores que acceden a este instrumento pueden usarlo para tres necesidades básicas según la ley: vivienda, desempleo y educación.
La Asociación Colombiana de Fondos de Pensiones y Cesantías, Asofondos, reveló que en los últimos dos años (2013-2014), del total de los retiros mensuales de las cesantías, el 34,6% se utilizó para protección en momentos de desempleo, equivalente a $2,3 billones.
El ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, explicó que las cesantías “significan ni más ni menos que ahorren y le digan a sus cajas de compensación o a los fondos de cesantías que se las administran, que en una situación como la pérdida del empleo, puedan acceder a ese ahorro, más una rentabilidad entre 10 y 23 por ciento”.
De acuerdo con las cifras de Asofondos, el segundo uso de las cesantías fue destinado a construcción o mejoramiento de vivienda con un 27,9% ($1,86 billones), seguido por compra de vivienda con un 20,3% ($1,35 billones), la financiación de estudios para el afiliado o su familia con un 9% tuvo desembolsos por $600 mil millones; y el 8% restante se destinó a otros retiros autorizados.
Ante lo cual, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, dijo que “el mejor uso que se les puede dar a las cesantías es preservarlas como un ahorro de largo plazo, un poderoso mecanismo efectivo de protección y bienestar al que tienen derecho los trabajadores colombianos”.