Desde hace tres años Paola Andrea Beltrán está a cargo de la operación de Burger King en Colombia, y su tarea a 2029 no es menor: ejecutar un plan de crecimiento que le permita elevar la facturación a US$60 millones y liderar el mercado de hamburguesas.
El diálogo con EL COLOMBIANO, la empresaria manifestó que uno de los desafíos inmediatos será sortear con éxito la temporada electoral que se aproxima, e implementar de la mejor manera los ajustes derivados de las reformas aprobadas y propuestas, como la laboral y la tributaria. Para servir unas 92.000 hamburguesas cada mes en Colombia, las compañías del sector de alimentos como Buger King, deben sortear con bloqueos viales que resultan inconvenientes para el abastecimiento de los restaurantes, y acoger las normativas establecen, por ejemplo, impuestos saludables.
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¿Cuál es la estructura de Burger King en Colombia?
“Hoy tenemos 42 restaurantes en el país, es decir que tenemos una oportunidad gigante de crecimiento frente a los competidores. Nuestro competidor más grande tiene 200, así que tenemos una oportunidad de cobertura grande. Contamos con unos 660 empleados”.
¿Con esa estructura, cuál es la meta de ventas este año?
“Esperamos este año cerrar con una facturación de alrededor de US$26 millones. Esa cifra representa un crecimiento de doble dígito, pero dependemos muchísimo del ritmo de noviembre y diciembre, año preelectoral, porque sabemos que eso tiene a veces algunas implicaciones en la contracción del gasto”.
¿Hasta dónde llegará la facturación de la empresa?
“A 2029 la meta es de unos US$60 millones. Estamos pensando muchísimo en expansión, pero hemos entendido que debemos estabilizar el negocio financieramente porque vamos a entrar en un año electoral en 2026, y el primer trimestre del año para el negocio de comidas rápidas, es el más difícil sobre todo febrero, que es un mes muy complicado”.
¿Qué va a pasar?
“Nos vamos a enfocar más en la remodelación de restaurantes que ya tenemos, e impulsar la experiencia de los nuevos que hemos cierto, que tienen una visual diferente, un diseño más moderno, y un mejor servicio en la cocina por los equipos que tenemos. Así que el próximo año ejecutaremos una inversión eminentemente orientada a remodelaciones en infraestructura y a nivel tecnológico”.
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¿Qué hay para Medellín en ese plan de renovaciones?
“Medellín siempre fue una plaza importantísima para la marca, fue nuestra primer plaza, pero hoy es Bogotá. Este no fue por un tema de desaceleración de Medellín como mercado, sino porque la marca ha perdido una presencia contundente y una conexión en la en la ciudad. Acabamos de hacer unas alianzas con diferentes entidades para lanzar una plataforma de mercadeo. La presentaremos en detalle a finales de octubre, será una nueva campaña solo para Antioquia y Medellín”.
¿Y ese plan viene con nuevos puntos de venta?
“No, vienen remodelaciones, por ejemplo, la de Envigado, que es nuestra tienda más grande en el Valle de Aburrá. Eso se va a hacer en enero del 2026”.
¿Ese plan de inversiones, de qué orden es?
“Vamos a hacer una inversión en remodelaciones de alrededor de un millón de dólares en este último trimestre del año”.
Es objetivo de Burger King es ser el líder de las hamburguesas en Colombia, ¿a quién se quiere destronar?
“Más que destronar a alguien lo que queremos es abrir el mercado a experiencias diversas. A veces nosotros vemos la competencia con temor, pero la competencia no es una fuente de temor, es una fuente de mejora. Hoy los clientes tienen una gama diversa de hamburgueserías hasta el competidor internacional más grande que es con quien nosotros competimos en Estados Unidos (McDonald’s) y nosotros queremos ser una opción que esté en la mitad”.
Menciona usted el efecto electoral del país en el negocio, ¿qué visión tienen los inversionistas de Burger King de esa coyuntura?
“En los últimos tiempos ha llegado mucha inversión salvadoreña a Colombia, y este grupo (Afood Holding) viene operando desde hace más de 10 años. Han tenido momentos difíciles con la marca y desde hace 3 años que asumí la dirección ha sido importante darle la vuelta a indicadores como el Ebitda, ordenar el cierre de tiendas no rentables o realizar cambios del producto. Para concretar la respuesta, nuestros socios han creído durante más de 10 años en Colombia y este cambio que hemos dado en 3 años ha afianzado esa confianza. Ahora, sin duda, el ambiente preelectoral y el próximo año que será electoral va a plantear retos de cara a todos nosotros. Estoy hablando del sector, los empresarios, comidas rápidas y demás”.
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¿Pero qué es exactamente lo que se ve?
“Esta año, por ejemplo, económicamente hemos sido muy afectados por la reforma laboral, ese ha sido un punto álgido en el sentido de que operamos tiendas hasta las 12 de la noche y trabajamos los domingos. Entonces, el incremento de los dominicales y los cambios de las horas extra nos han obligado a dos cosas: Uno, inevitablemente hay un traslado de precio porque el negocio no tiene cómo absorber esos aumentos. Y dos, recortar las horas de servicio en momentos en los que no es alto el flujo de consumidores”.
Y de cara a 2026, ¿qué prevé?
“La economía es una ciencia eminentemente emocional, porque responde al estado anímico, a la emoción y a la sensación. Cuando hay un año electoral la gente, en enero y febrero, tiende a esperar y a considerar las inversiones y el gasto. Es decir, la gente se vuelve cauta y ese es un reto para todos nosotros que dependemos del gasto fuera el hogar”.
¿Qué les implicó la reforma laboral?
¿Y también hubo efecto de los impuestos saludables?
“Sí, nos impactó. Como nosotros tenemos que importar parte de los insumos, esos registros sanitarios implican un cumplimiento de la norma por ejemplo, a la comida con exceso de sodio o a ese tipo de restricciones, así que hemos ido ajustando gradualmente esos costos. El impacto se sintió sobre todo el año antepasado y pasado, y este año nuestro incremento de precio ha estado mucho más controlado, porque la inflación ha estado más controlado”.
¿Y qué le dicen los jefes cuando hay vientos de una nueva reforma tributaria?
“Para ellos a veces es difícil entender la dinámica de la economía colombiana. Pero no es el momento de temer, sino de tener la confianza en que el negocio va a seguir avanzando, en que Colombia es una economía que hoy gasta fuera del hogar y es una economía que le gusta salir a comer, que le gusta la diversión y el entretenimiento”.
¿Qué efectos tiene una empresa como Burger King cuando hay bloqueos viales?
“Muchos, en especial porque nuestros productos son frescos. Entonces, la carne, si bien es cierto que es congelada hay unos tiempos máximos de retención. El pan tiene que ser fresco y requiere entrega diaria, igual que los vegetales. Nos ha tocado en determinados momentos ubicar bodegas satélite para contrarrestar esos impactos”.
¿Sería posible que Burger King incorpore a su menú la bandeja paisa?
“Soy fanática del fríjol y del chicharrón (risas). Lo que estamos haciendo es un proceso de certificación de productos locales para poder sacar un portafolio que llamamos de temporada, lo que nos permitiría ofrecer algo más local”.