Snapchat es la ventana perfecta para saber qué hacen los famosos en su día a día. Videos sin edición, selfis graciosas, algunos dibujitos y juegos con los filtros son algunos de los principales usos que le dan.
Muchos de los famosos revelan a sus seguidores sus cuentas y las hacen oficiales, otros las mantienen anónimas y los fans tienen que rebuscar cuál será la real, tarea que no es nada fácil dado que agregar a una persona sin saber su código o su nombre de usuario es prácticamente imposible.
Aunque las fotografías y los videos pueden parecer superficiales, lo cierto es que muestran facetas de los famosos que no son tan conocidas.
El cantante JBalvin, por ejemplo, publica muchas fotografías sobre la relación con sus mascotas. La tenista Serena Williams comparte las escenas de su llegada a los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. La youtuber Yuya, en medio de un viaje a Corea, muestra esos momentos en los que no tiene nada qué hacer y aprovecha los filtros de la aplicación para tomarse selfis. El músico Joe Jonas aprovecha su cuenta para felicitar a sus amigos en sus cumpleaños. Estos son solo algunos ejemplos.
No todo es alegría
Algunas veces las publicaciones terminan siendo usadas para atacar a otros.
En febrero de este año, Taylor Swift se molestó con Kanye West porque este lanzó, sin su consentimiento, una canción en la que la insultaba. El mes pasado, la multimillonaria Kim Kardashian, esposa de Kanye, envió a sus seguidores la grabación de una conversación telefónica entre Taylor y su esposo, en la que la cantante le daba luz verde para el lanzamiento de esa canción. Esto se hizo viral y dejó a la cantante en ridículo.
No todo es farándula
Michelle Obama, primera dama de EE. UU., es una de las figuras políticas que también llegaron a Snapchat para compartir su viaje por Marruecos, Libia y España con su proyecto Let Girls Learn.