De esas pérdidas maternas hay que hablar

Más de 6.000 mujeres en Colombia perdieron su feto en el primer trimestre de 2020. Hacer bien el duelo es fundamental.

En el primer trimestre de 2020 se registaron en Colombia 6.324 defunciones fetales. FOTO sstock

Natalia Swarz es una ilustradora caleña que vive en Madrid, España, con su esposo, el artista Armando Mesías. Es fundadora de Hotel Weekend, un proyecto que busca destacar hoteles y souvenires en torno al turismo sostenible y las pequeñas marcas.

En sus redes sociales predomina el contenido inspirador, de paisajes y arte. Eso cambió a finales de agosto, cuando Natalia hizo un post contando la historia de cómo perdió un bebé de 16 semanas en julio. “Cuando esto sucedió me sentí increíblemente sola. Me culpé a mí misma, a mi cuerpo, incluso a mi trabajo... Maldije el universo, se sintió tan injusto”, escribió la ilustradora, que tiene más de 22.000 seguidores en esa red.

Ese mismo día, la publicación superó los 200 comentarios y muchos de ellos decían “yo también pasé por lo mismo”. ¿Qué tan común es y cómo superar un duelo de este estilo en un año tan atípico como este?

El ginecobstetra José Enrique Sanín, especialista en medicina maternofetal, explica que, a nivel global, se estima que el 10 % de las mujeres que quedan embarazadas tienen un aborto espontáneo antes de la semana 20 de gestación. La mayoría de ellas suceden antes de la semana 10. “Se ha comprobado que el 80 % de los abortos suceden por causas genéticas. No hubo una correcta formación en las primeras semanas, así que la naturaleza decide no continuar”, aclara Sanín.

Él también menciona algunas creencias populares sobre los abortos espontáneos, que no tienen fundamento científico: que la mujer tuvo sexo, cargó a otro niño, hizo mucha actividad, comió algo que le cayó mal o es su primer embarazo. “La obstetricia moderna ha demostrado que una embarazada puede continuar con su estilo de vida sin que eso afecte el bienestar del niño (obviamente no debe consumir drogas ni alcohol). También, se entiende que si un bebé viene mal, el cuerpo decide no continuar”, explica el especialista.

Por otro lado, está el impacto emocional de la pérdida. A ese bebé hay que hacerle un duelo, como en cualquier otra pérdida.. “Durante un duelo es importante tener cerca a personas de confianza que no traten de eliminar el dolor sentido, sino que puedan entenderlo y acompañar al otro en el proceso. Los rituales también son muy importantes, se asocian al sistema de creencias de cada persona y favorecen esa transición de estar con el otro a estar sin el otro. Además, en la pérdida de un bebé en los primeros meses, los padres han venido realizando un ajuste en su identidad: ‘ser madre de’, o ‘padre de’. Ahí se requiere también aceptar que esa parte de sí mismo (esa dimensión de identidad) también se pierde”, recomienda Julieth Zapata Restrepo, directora de la maestría en psicología clínica de la Universidad de San Buenaventura.

No hay una sola forma de expresar ese dolor, pero la recomendación es hacer un esfuerzo por encontrar la que a usted le funcione. Por ejemplo, a partir de su experiencia Natalia creó la plataforma “Art for mom”, un proyecto para ayudar a crear conciencia sobre la salud materna, a través del arte y apoyar a las madres para que tengan embarazos y partos seguros. Recuerde, no es la única que ha dicho adiós en silencio este año.