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¿Por qué nos gustan tanto los fantasmas?
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Muchos sucesos paranormales pueden explicarse como mecanismos de auto defensa ante situaciones que asustan. FOTO Esteban Vanegas
31 de octubre de 2021
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Hoy es el Día de los Brujitos, la fecha para disfrazarse, contar historias de terror y acercarse a los fantasmas. El antropólogo y profesor de humanidades en la Universidad CES, Mario Arenas, señala que es natural en el ser humano sentirse atraído por lo sobrenatural, es una forma de resolver algunas incógnitas, por eso resulta tan atractivo y eso explica el interés que se tiene con las historias de miedo en el cine de terror, por ejemplo.
De forma similar opina Jefferson Múnera, coordinador de los laboratorios de psicología de la U. San Buenaventura. Para él, muchos de los sucesos paranormales se asocian con padecimientos psicológicos como diferentes tipos de psicosis, por ejemplo, pero en la mayoría de los casos son simplemente mecanismos de defensa para dar sentido a situaciones que activan los nervios.
De ahí que los lugares predilectos para creer que hay fantasmas, o tienen fama de estar encantados, son los cementerios, los hospitales, las casas oscuras y abandonadas, o sitios donde han ocurrido masacres y asesinatos, cuenta Arenas.
Evolución
A pesar de todo, María Carolina Escobar Vargas, profesora de historia en la Universidad Nacional, especializada en historia medieval y en magia medieval, señala que las creencias espirituales han acompañado desde siempre a los humanos, pero relacionándose con la cultura dominante. Por eso desde la edad media se escuchaban historias de fantasmas, demonios y brujas, todas ellas relacionadas con la religión cristiana y las entidades diabólicas.
Alejandro Usma, licenciado en Ciencias Religiosas de UPB, dice que para la fe cristiana es imposible el concepto de alma en pena, porque una vez la persona muere pasa a otro plano y solo vuelve en casos especiales, no por asuntos sin resolver. La interpretación tiene que ver con esfuerzos del diablo por engañar y distanciar a las personas de Dios, aunque no se descartan enfermedades mentales y explicaciones científicas.
Arenas menciona que los fantasmas se van actualizando y cuenta que hace poco escuchó la historia de un muchacho que fumaba marihuana en el Parque de la Presidenta, pero que desaparecía de un momento a otro cuando se acercan demasiado. Así que La Llorona ya no está sola, y quizá en unos años nadie la recuerde. ¿Usted aún la escucha en las noches?
Estos son lugares que los usuarios de redes nos compartieron en la ciudad en donde dicen han visto fantasmas.
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