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Alias “Duncan” fue condenado por un “falso positivo” en Antioquia

  • Carlos Hernández Ossa, alias “Duncan” o “Jerónimo”, al momento de su deportación en enero de 2016. FOTO CORTESÍA POLICÍA
    Carlos Hernández Ossa, alias “Duncan” o “Jerónimo”, al momento de su deportación en enero de 2016. FOTO CORTESÍA POLICÍA
21 de abril de 2017
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Por su participación en la masacre de cinco personas en Antioquia para contribuir con el Ejército en un caso de “falsos positivos”, la justicia condenó a 28 años y nueve meses de cárcel al exparamilitar Carlos Arturo Hernández Ossa, alias “Duncan” o “Jerónimo”.

Este hombre de 44 años, oriundo de Manizales, es un militar retirado, quien se unió a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) en los años 90 y llegó a ser comandante del bloque Héroes de Granada. De igual manera, la Policía lo relaciona como presunto cabecilla de la organización criminal “la Oficina”, en la primera década del siglo XXI.

La sentencia en su contra fue proferida por el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Antioquia (radicado N° 2016-01466) y data del pasado 16 de enero, aunque hasta ahora no se había hecho pública.

De acuerdo con el fallo, el crimen comenzó a gestarse en abril de 2005, cuando el bloque Héroes de Granada (BHG) delinquía en el Oriente de Antioquia.

En el municipio de Envigado hubo una reunión entre “Duncan” y miembros del Ejército, los cuales le informaron que los altos mandos habían ordenado operaciones en su zona, por la presencia de grupos armados ilegales. Temiendo que esto perjudicara sus intereses, el cabecilla acordó con los militares que le entregaría a cinco personas, para que fueran presentadas por estos como bajas guerrilleras en combate, a cambio de no entorpecer las acciones del BHG en la región.

Lea también: El regreso de “Duncan” revive las tragedias del Oriente antioqueño

El falso positivo

El 14 de abril de 2005 los paramilitares secuestraron a tres personas en el casco urbano del municipio de La Ceja, obligándolas a abordar distintos taxis. Las víctimas fueron Yini Montoya Villa, quien conducía una carretilla impulsada a caballo; Carlos Eduardo Osorio Berrío, un adolescente de 17 años que trabajaba en construcción, y Luz Marina Pava López, ama de casa y cultivadora de flores.

Ese mismo día raptaron también a los amigos Carlos Alberto Monsalve Tapias y Jairo Mena Borja, en una carretera de Marinilla. Ambos eran vendedores ambulantes de Medellín, que fueron al Oriente en búsqueda de mejor suerte.

Los cinco retenidos fueron conducidos a Alcatraz, una base que los paramilitares tenían en un paraje rural del municipio de San Carlos. A los dos días, el 16 de abril de 2005, los delincuentes les ordenaron ponerse uniformes camuflados, con el engaño de que los habían apresado por error y que se los iban a entregar al Ejército, para que estos a su vez los llevaran ante delegados de la Cruz Roja. Según esta farsa, los uniformes eran por su protección durante el desplazamiento en el monte.

En la vereda Santa Inés de San Carlos, en un sitio conocido como el Alto de la Leona, los delincuentes entregaron las víctimas a un oficial y un pelotón de soldados del batallón Granaderos de la Cuarta Brigada del Ejército, además de un pequeño arsenal para fabricar el montaje. Se simuló un combate a campo abierto, los secuestrados fueron masacrados y presentados como guerrilleros abatidos en la contienda.

“Ese ‘falso positivo’ se dio porque nos iba a meter una operación el Ejército y cuadraron para que ellos se metieran, reportaran las bajas y a nosotros nos dejaran quietos”, confesó en el proceso el desmovilizado Edwin García Cardona, exmiembro del BHG.

La caída de “Duncan”

Hernández Ossa se desmovilizó del BHG el 5 de agosto de 2005, pero no se postuló a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz, ni participó en las versiones libres. Por el contrario, la Policía cree que siguió delinquiendo, como cabecilla de la banda “la Oficina” en el Valle de Aburrá y el Oriente antioqueño.

El 7 de noviembre de 2008 fue capturado en Medellín, trasladado a Bogotá y posteriormente condenado a solo tres años de cárcel por cargos de porte ilegal de armas y falsedad en documento.

Un juez capitalino le concedió la detención domiciliaria, validando el argumento de que “Duncan” era padre cabeza de familia, y él se fugó de su casa en Bogotá el 24 de mayo de 2010.

Las autoridades solo volvieron a tener noticias suyas el 31 de diciembre de 2015, cuando Interpol lo arrestó en un restaurante de Lima, Perú.

Tras ser deportado a Colombia, y procesado por la masacre del Alto de la Leona, “Duncan” aceptó la acusación y se sometió a sentencia anticipada. La condena, como ya se dijo, fue de 28 años y 9 meses, los cuales estaba pagando en la cárcel de Cómbita, en Boyacá.

Sin embargo, su defensa logró que lo trasladaran este año a un centro de reclusión militar, en el batallón Pedro Nel Ospina del municipio de Bello, al parecer debido a su pasado como miembro del Ejército, institución en la cual fue suboficial en el grado de Cabo Primero.

Por su presunta militancia en “la Oficina” no tiene ninguna acusación formal en estrados judiciales, tan solo menciones en expedientes ajenos. En su contra sigue activo el proceso por fuga de presos.

Tras aceptar su responsabilidad en el “falso positivo”, Hernández Ossa también manifestó su voluntad de contribuir al esclarecimiento de otros crímenes perpetrados durante su época de paramilitar, según fuentes judiciales.

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