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Ladrilleras, en la ruta de la reconversión tecnológica

Autoridades ambientales y el sector desarrollan convenio para impulsar su modernización. 23 de ellas tienen asiento en el Valle de Aburrá.

  • Además de sus propios procesos de modernización, estas empresas en el Aburrá están siendo monitoreadas y sometidas a control para evitar que sigan constituyéndose en fuentes de alta emisión de partículas contaminantes a la atmósfera. FOTO manuel saldarriaga
    Además de sus propios procesos de modernización, estas empresas en el Aburrá están siendo monitoreadas y sometidas a control para evitar que sigan constituyéndose en fuentes de alta emisión de partículas contaminantes a la atmósfera. FOTO manuel saldarriaga
13 de mayo de 2019
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La expansión urbana en el Valle de Aburrá ha tenido un efecto contrario sobre el sector ladrillero: a mayor demanda de ladrillos, hay menor disponibilidad de terrenos para que existan estas industrias.

De esta situación da cuenta Víctor Aristizábal Gil, director de la Asociación de Ladrilleros Unidos de Antioquia (Lunsa), quien agrega que esto se traduce en menos ladrilleras y las que van a subsistir serán las que consigan tecnificarse y hacer las inversiones adecuadas para ser ambientalmente sostenibles.

En la actualidad se tiene reporte de 23 ladrilleras en la región, 19 rurales y 4 urbanas. Para motivar su reconversión tecnológica y, teniendo en cuenta que el 20 % de las fuentes contaminantes proviene de la industria, Corantioquia y el Área Metropolitana (Amva) firmaron un convenio para reforzar los controles a las emisiones de las ladrilleras.

Ana Ligia Mora Martínez, directora de Corantioquia, explica que entre 2018 y lo que va de este año han realizado 37 visitas de seguimiento en las 19 ladrilleras de su jurisdicción (9 en Altavista, 9 en Itagüí y 1 en San Cristóbal). De estas 19, la de San Cristóbal es la única que ya hizo una reconversión completa y trabaja con gas natural.

Los chircales, en la lupa

La autoridad ambiental, en compañía del Amva, también vigila 13 chircales en Itagüí (es decir, aquellas que no se han legalizado, pero han trabajado por décadas en la zona de manera artesanal).

Mora precisó que a la fecha se adelantan 8 procesos sancionatorios en Itagüí, “que dan pie a que estas empresas tengan que ponerse acordes a la reconversión, o ubicarse en otro territorio donde el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) se los permita”.

María del Pilar Restrepo Mesa, subdirectora Ambiental del Amva, afirmó que en jurisdicción de esta entidad existen solo cuatro ladrilleras (dos en zona urbana de Copacabana y dos en Itagüí).

Sin embargo, en el marco del convenio, han desarrollado 50 visitas de diagnóstico a ladrilleras, tejares y empresas con procesos de combustión externa, ubicadas en jurisdicción de Corantioquia.

Además, indicó Restrepo, seleccionaron 20 ladrilleras para un acompañamiento enfocado a mejorar prácticas en los procesos de combustión y operaciones en aspectos como el control de la humedad en el combustible sólido, control en contenido de cenizas y capacitación en tecnologías para el manejo del carbón, entre otros.

Que sea una hoja de ruta

A pesar de los esfuerzos, dijo Restrepo, las quejas de los vecinos a las ladrilleras son permanentes.

Tanto Mora como Restrepo coinciden con el director de Lunsa en que cada vez hay menos espacios para las ladrilleras por conflictos en el uso del suelo: algunas de estas industrias son muy antiguas y la expansión residencial ha ido llegando justo hacia sitios cada vez más cercanos a las ladrilleras, antes alejadas en zonas rurales. Y ahí es cuando llegan los inconvenientes con los nuevos vecinos.

Aristizábal Gil enfatizó en que el sector comprende bien las dificultades y para ellos son guía para encaminarse hacia la sostenibilidad futura.

En ese camino, algunas de estas empresas han comenzado a depurar el proceso productivo para optimizar el gasto energético.

Otras, dijo, ya trabajan con vehículos híbridos a gas. Ahora hay más eficiencia: fabricar un ladrillo requiere menos carbón y el sector está involucrado en apagar una de las dos fuentes fijas de emisión de partículas a la atmósfera, que es el secado:

“Estamos tratando de hacer el secado únicamente con el carbón recuperado de los hornos”, explicó.

El director de Lunsa concluyó que el 70% de los ladrillos que se fabrican en Medellín se hacen con material reciclable de la construcción de obras, pero que una de las mayores dificultades es que a las ladrilleras que están empeñadas en modernizarse aún se les asocia con los chircales, de “producción artesanal y tecnologías primitivas”.

Al respecto, Ana Ligia Mora indicó que precisamente el convenio con el Amva busca que los chircales informales se legalicen, además de hacer seguimiento a las ladrilleras formales para que cumplan con los requisitos de sus planes de manejo .

13
chircales hay en Itagüí, según Corantioquia. Sobre ellos se trabaja para su legalización.
20%
es la emisión de fuentes contaminantes proveniente de industria en el Aburrá: Amva

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