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Dos diluvios en Girardota dejan 60 casas dañadas y niños sin escuelas
Lo más grave es que hasta ayer había veredas incomunicadas. Por eso no se tiene un censo de todas las personas que fueron afectadas por las lluvias que cayeron el sábado y el domingo.
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Los aguaceros cayeron en las noches del sábado y del domingo. Habitantes de la zona cuentan que nunca habían vivido lluvias de esa magnitud . FOTO esneyder gutiérez -
El agua y el lodo entraron hasta las casas y dañaron los enseres. Foto: Esneyder Gutiérrez.
29 de mayo de 2023
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Dos aguaceros sucesivos, separados por una noche, provocaron un desastre sin precedentes en Girardota. Ni los más viejos recuerdan que hubiera llovido así, ni que las quebradas se hubieran enfurecido de tal manera. Es tanta la gravedad de lo sucedido que hasta la tarde de ayer no había un censo definitivo de los afectados, y cerca de 3.000 personas seguían incomunicadas, sin acueducto y con las carreteras taponadas, llenas de derrumbes difíciles de remover.
Son 60 las casas que resultaron con daños, algunos irreparables. Todavía no hay censo completo de damnificados, pues hay zonas que siguen incomunicadas.
El primer aguacero fue el sábado. Muchos habían sacado las cosas de la casa, inservibles, y habían limpiado el barro, cuando un nuevo lapo, en la noche del domingo, volvió a echar todo a perder. Valentina Tamayo vive en la parte baja de la vereda San Andrés, una de las más afectadas. El sábado sacó la nevera y la lavadora, junto a los muebles. El domingo se la pasó haciendo aseo, achicando el agua, sacando la suciedad. “Pero en la noche, otra vez lo mismo. Ahí sí perdimos todo; la nevera y la lavadora flotaban. Ya tenemos miedo de que vuelva a llover”, contó Valentina.
Xiomara Mazo trabaja en una tienda la parte baja de la vereda, pero la casa de sus padres está en lo alto, en un sector conocido como El Socorro. El aguacero del sábado la cogió en el trabajo. Como pudo, ayudó a los vecinos a sacar las cosas de sus casas, pero fue tarde para muchos.
El domingo, antes del segundo aguacero, planeó subir a donde sus papás, pero ya la vía estaba bloqueada. Según el reporte que dio la Alcaldía de Girardota ayer, unos 25 derrumbes cayeron sobre las carreteras de la vereda. Con el sol de la mañana, esperanzada, intentaba subir en una moto, pero una retroexcavadora estaba removiendo uno de los derrumbes. “Mis papás están arriba, incomunicados, sin agua ni internet. Estoy tratando de subir, pero, si paso este derrumbe, para arriba hay más, y eso me preocupa, porque quiero ayudarles”, dijo Xiomara.
Los papás de Xiomara están entre los que perdieron parte de sus casas. El reporte de la administración daba cuenta de por lo menos 60 viviendas con daños: “Lo que sé es que un derrumbe les tumbó una parte, por eso necesito subir y ayudarlos, pero estamos incomunicados porque no tienen internet y los celulares se les van a descargar”.
El agua y el lodo entraron hasta las casas y dañaron los enseres. Foto: Esneyder Gutiérrez.
Otros lo perdieron todo, pero agradecen haber salido vivos. En la escuela San Andrés había albergadas ocho familias ayer. Sus casas quedaron derrumbadas o en serie riesgo de desmoronarse. Mónica Saldarriaga ha vivido toda la vida en San Andrés, en la casa familiar que construyeron hace 30 años.
Ella y los ocho miembros de la familia desalojaron por recomendación de los vecinos. Y es que el pánico cundió durante los dos aguaceros. En las veredas cuentan que con el agua llegaron las advertencias de avalancha y muchos corrieron fuera de sus hogares. “Empezaron a bajar piedras por la quebrada y salimos. Estando afuera vimos cómo la casa se cayó. Es muy triste ver que se cae la casa de toda la vida, que nos quedamos sin nada”, contó Mónica.
Lo más difícil de lo que pasó tiene que ver con las personas que están incomunicadas, como los papás de Xiomara. Mónica Hoyos, secretaria de Gobierno de Girardota, reconoció que pueden pasar días hasta que se destapen todos los derrumbes. Para lograrlo lo antes posible están trabajando con maquinaria amarilla en varios de los puntos taponados.
Sufren los niños
Junto a los adultos mayores, los niños son los que más han sufrido el desastre. Al lado de la quebrada La Correa está el hogar Santa Clara, donde hay 150 niñas internadas. Viviana Quintero, una de las coordinadoras del hogar, contó que tuvieron que llevar a las niñas al segundo piso, pues el primero, donde están las oficinas, se inundó. Se perdieron los computadores, cuadernos, archivos y todos los elementos de oficina.
Las inmediaciones del hogar quedaron destruidas. Por el costado derecho pasa la quebrada La Correa, que se llevó la reja que circunda el edificio donde están las niñas. La coordinadora contó que hasta ayer estaban esperando al ICBF, que es el responsable de las menores de edad, para saber qué iban a hacer a futuro. Es que ni siquiera tienen forma de trabajar, pues el agua los dejó sin computadores ni internet pero, por fortuna, todas las niñas están bien.
No menos dramática es la situación del Centro de Desarrollo Infantil de San Andrés, cuya infraestructura quedó inutilizable después del aguacero. Allí se le daba atención y alimentación a 51 niños de entre 0 y 5 años. Una de las alternativas es atenderlos en la escuela, pero también se ha pensado brindarles transporte para llevarlos hasta el pueblo, pero eso, como la mayoría de cosas en Girardota, quedó en vilo por las lluvias sucesivas.
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