Industria colombiana en Cadenas Globales de Valor: tarea pendiente.

Entre 2014 y 2015, el déficit comercial ha crecido de manera preocupante.

El pasado 20 de abril (2016) se realizó en Medellín el VI FORO NACIONAL DE IMPORTADORES, organizado por ANALDEX. Aunque el encuentro se centró en los retos que genera la nueva legislación aduanera, el presidente ejecutivo de ANALDEX, Javier Díaz, hizo una presentación panorámica del comercio mundial y de la situación colombiana en la actual coyuntura.

Quiero apoyarme en alguna información obtenida en el evento para reforzar argumentos que hemos tratado de exponer en este blog en los últimos dos años, especialmente desde la crisis de los precios internacionales del crudo. Argumentos que cuestionan la débil vocación industrial y exportadora del país.

 

1. Una nueva tendencia: la super especialización en los procesos productivos.

El auge de la I+D+i en las economías industrializadas (Europa, Norteamérica y Japón) y en los Mercados Emergentes como China, Corea o Taiwán, ha conllevado una profundización en los niveles de especialización. Las empresas dejaron de producir bienes para dedicarse a prestar servicios en lo que llamamos el Comercio Mundial de Tareas, lo que provoca que las mercancías sean el resultado de la integración de decenas de factorías instaladas a lo largo del planeta.

Las firmas desagregan su producción a través de procesos de manufacturación oversea y offshoring.

Las firmas desagregan su producción a través de procesos de manufacturación oversea y offshoring.

 

2. El reto colombiano es articularse en estas cadenas de producción.

Para no ser simples proveedores de materias primas, sino integrantes que agreguen valor a las mercancías, es necesario ajustar nuestra capacidad productiva, incentivando la investigación, el desarrollo tecnológico, la innovación y el emprendimiento empresarial. Sin embargo, para ello es necesario revisar las estrategias que desde las empresas, la academia y el Estado se implementan para modernizar el aparato productivo. Después de 25 años de apertura económica, Colombia se ha desindustrializado, incrementando su dependencia de exportaciones de hidrocarburos:

El déficit de balanza comercial, profundo desde finales de 2014, se explica principalmente por la caída en los precios de commodities como el petróleo y le carbón.

El déficit de balanza comercial, profundo desde finales de 2014, se explica principalmente por la caída en los precios de commodities como el petróleo y le carbón.

 

3. Con la caída en los precios de las materias primas, el déficit de balanza comercial se ha hecho más evidente.

Las exportaciones han caído a una mayor velocidad que las importaciones, por el significativo peso del petróleo y el carbón en las ventas internacionales. De otro lado, la industria nacional es altamente dependiente de insumos extranjeros, a la vez que el país es un gran consumidor de bienes terminados importados, lo que hace que las compras extranjeras bajen a una velocidad menor. La consecuencia: una balanza comercial profundamente deficitaria.

Entre 2014 y 2015, el déficit comercial ha crecido de manera preocupante.

Entre 2014 y 2015, el déficit comercial ha crecido de manera preocupante.

 

4. Los fenómenos que agudizan la crisis.

La realidad de la competitividad colombiana es mucho más compleja que un problema de precios de commodities. Hay una suma de factores, estructurales algunos, coyunturales otros, que evidencia el problema de fondo de nuestra competitividad:

– Tenemos una infraestructura rezagada si se le compara con la de otros países que compiten con nosotros en los mercados globales. Los índices de competitividad señalan que Ecuador y Chile cuentan con mejores puertos y carreteras que muchas naciones latinoamericanas. Colombia, al contrario, aparece en los últimos puestos de esta medición, tanto a nivel mundial como regional.

– El alza en el precio del dólar y el fenómeno metereológico del Niño han disparado la inflación, generando incertidumbre de cara a un crecimiento sostenible, y conllevando que el Banco de la República recurra a medidas monetarias contraccionistas, lo que es contraproducente en un escenario de desaceleración económica como el actual.

– Más que un coyuntural déficit de balanza comercial, el país sufre de un crónico déficit de cuenta corriente, el cual se explica en gran medida por los costos financieros de la deuda externa y la repatriación de utilidades de las compañías multinacionales que se instalan en el país. Este permanente desangre reduce la capacidad del país de invertir en ampliación de capacidades instaladas.

– El país se ha venido desindustrializando, no desde la crisis de los precios del crudo que se gestó hace un par de años, sino desde que dimos inicio a la llamada Apertura Económica. El problema, como se evidencia en otras economías exitosas -tigres y dragones asiáticos-, no es que se haya abierto el país a la competencia extranjera, sino que no se han sostenido políticas de Estado para el desarrollo industrial. La pyme colombiana quedó a merced de sus propias decisiones, ya que ni el sector público, ni la academia, enfilaron sus esfuerzos para garantizar un ambiente favorable para la innovación y la agregación de valor. La consecuencia ha sido el cierre de empresas y la cada vez más fuerte dependencia de bienes intermedios importados, reduciéndose la participación de nuestra propia capacidad manufacturera en el valor final de los bienes que exportamos o consumimos.

importaciones colombianas por uso, 2014-2015

 

 

Acerca del petróleo, ecopetrol, la devaluación y otros demonios

Introducción:

Los últimos meses de 2014 han sido una turbulencia para el barco de la economía colombiana y de muchas otras de América Latina. La aparatosa caída de los precios internacionales del petróleo se ha acompañado de un debate por la reforma tributaria, la caída del mercado bursátil, especialmente la acción de ecopetrol, y de una acelerada devaluación del peso, lo que, en consecuencia, teje una sombra de incertidumbre ad portas del año nuevo.

Por lo tanto, aunque La Caja Registradora se ha caracterizado por centrarse en los debates del largo plazo, dejando las preocupaciones de corto plazo a otros expertos en materia de coyuntura económica, esta vez partiremos de las preocupaciones emanadas de la caída coyuntural de los precios internacionales del petróleo.

Nuestro propósito es explicar un conjunto de factores que deben ser tenidos en cuenta para comprender la complejidad de largo plazo del tema petrolero y su incidencia en el desarrollo económico de Colombia y de muchas economías latinoamericanas.

Reservas Mundiales de Petróleo y el fantasma del fracking.

Venezuela es el único país latinoamericano que juega en las grandes ligas de la producción mundial del oro negro. Sin embargo, son evidentes el liderazgo de Arabia Saudita (11 millones de barriles diarios -mbd-), el crecimiento del autoabastecimiento de Estados Unidos (alcanzando 11 mbd en 2012) y la consolidación de Rusia en tercer lugar con cerca de 10 mbd. Colombia, con una producción cercana al millón de barriles, se colocaría cerca de la posición 20 en este ranking.

Sin embargo, si hablamos de desarrollo económico de largo plazo, el problema no es la producción presente sino el nivel de reservas, y en este punto la situación de Colombia no es mejor. Venezuela y Arabia Saudita lideran la lista, casi doblando a Canadá, Irán e Iraq, quienes los siguen. Las reservas colombianas de petróleo (2300 miles de millones bp) son aproximadamente el 1% de las reservas de Arabia Saudita y se calcula que alcanzan sólo para sólo 6.6 años.

Adicionalmente, Colombia tiene una doble dependencia de la economía petrolera: principal producto  exportaciones, a la vez que el Estado es propietario del 85% de las acciones de ecopetrol. O sea, el ingreso de divisas y las finanzas públicas están asociados al éxito petrolero. Por eso señalamos que el problema de fondo no son los precios actuales sino las reservas del crudo, y en este punto el escenario no es optimista.

El otro tema relevante es el relacionado con el fracking, -búsqueda de gas de esquisto- que se ha convertido en la novedad en materia de hidrocarburos. El caso es que este “shale gas” ha cambiado la estructura mundial de reservas. Estados Unidos tiene las mayores reservas comprobadas de este combustible no convencional, el cual se considera que puede asegurar abastecimiento mundial por 65 años a una tasa de consumo como la actual.

Por lo tanto, si se consolidan las hipótesis sobre este hidrocarburo y sobre las reservas de Estados Unidos, se abre un panorama de mediano plazo en el que este país se hace más autosuficiente, lo que seguramente alterará los precios a futuro de los combustibles.Sin embargo, el tema del fracking no puede observarse por fuera de las preocupaciones ambientales. Existen reclamos mundiales que señalan que esta técnica de extracción no tradicional es mucho más invasiva que la tradicional.

Ecopetrol: días amargos.

La empresa de petróleos de Colombia es una organización de capital mixto, pero con un capital mayoritario del Estado (más del 80% de las acciones), lo que la convierte en protagonista de las exportaciones del país y de la estabilidad fiscal del gobierno. Esta empresa enfrenta varios problemas que afectan su desempeño: bajo nivel de reservas, caída acelerada del precio mundial del petróleo y caída del precio de la acción hasta un nivel no visto en varios años. Adicionalmente, la empresa tiene que tomar decisiones sobre fracking y modernizar sus refinerías en Cartagena y Barrancabermeja.

La acción de ecopetrol llegó a superar la barrera de los 5000 COP y hoy se halla por debajo de los 2000 COP, precio que se asemeja a la cotización de finales de 2012. El precio de esta acción para recuperarse depende de factores internos y externos.

En el plano doméstico, las exploraciones son la principal fuente de recuperación de la acción. Si la política de exploración no se intensifica, difícilmente el valor de la acción podrá tener una recuperación sostenible (en 2014, el número de exploraciones autorizadas -115- estuvo por debajo de lo presupuestado). A nivel internacional, la incierta recuperación económica, que elevaría la demanda global, y las políticas de la OPEP -liderada por Arabia Saudita- determinarán el futuro del sector.

Un hecho que tiene efectos compensatorios ha sido el comportamiento de la tasa de cambio. El dólar, que se había mantenido por debajo de los 2000 COP durante gran parte del año, ya se cotiza cercano a los 2500 COP; este hecho beneficia a los exportadores, entre los cuales Ecopetrol es el principal protagonista. En otras palabras, parte de la pérdida de la petrolera colombiana como consecuencia de la caída del precio del crudo ( de 100 a 65 dólares americanos a lo largo del año), se compensa con la monetización de sus divisas, aprovechando la devaluación nominal que ronda el 30%.

Ahora, en términos de desarrollo económico, hay que reconocer que los demás exportadores, como los caficultores, los floricultores, los bananeros y la poca industria manufacturera que vende al exterior, se beneficia de la nueva tasa de cambio, la cual probablemente se mantendrá alta en los próximos meses. Pero, como contraprestación, amenazan vientos de inflación, como consecuencia del encarecimiento de las importaciones.

A modo de conclusión:

Como ha sido recurrente decirlo en este espacio, el problema del desarrollo económico de nuestro país, al igual que de otros países latinoamericanos, está atado a la falta de voluntad para diversificar el aparato productivo. Si bien hay una gran preocupación por la caída del precio internacional del crudo, es claro que Colombia no tiene reservas para garantizar ingresos en el largo plazo y la balanza comercial en los últimos años, en lugar de diversificarse ha incrementado la dependencia de las exportaciones de origen minero.

La estabilidad fiscal, la balanza comercial, el empleo y el crecimiento económico de Colombia avisoran un futuro de mediano plazo bastante incierto. Probablemente el escenario de 2015 no sea el más pesimista (se pronostica un crecimiento del PIB superior al 3%), pero si Colombia no diversifica sus exportaciones, sino desarrolla una industria manufacturera más significativa, y si Ecopetrol no incrementa sus reservas, será difícil mantener la dinámica económica que se tuvo en los últimos años.

Si hay preocupación por la actual reforma tributaria, qué decir de un escenario menos optimista en el próximo lustro…