Economía y energía: el retorno de la biomasa

Autor: Giovanny Cardona Montoya

La revolución industrial es un fenómeno relativamente reciente de la humanidad. Esta inició en la segunda mitad del siglo XVIII y tuvo como una de sus características principales el uso del carbón. Con aquella, terminaron siglos dominados por el uso de la tracción humana, la tracción animal y la leña para la calefacción. Nació la era de los combustibles fósiles.Según BP, los combustibles fósiles reinan desde finales del siglo XVIII. Pero, la leña tuvo el poder durante milenios. http://www.bp.com/en/global/corporate/about-bp/energy-economics/statistical-review-of-world-energy.html

 

Sin embargo, desde mediados del siglo XX, la hegemonía de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) ha entrado en crisis. Y esta crisis está marcada básicamente por dos razones: el calentamiento global, resultado, entre otros, del uso desmedido del petróleo y el carbón; y el agotamiento de las fuentes no renovables de energía.

Agotamiento del petróleo: ¿cuento chino?

Aunque es difícil predecir cuánto petróleo aún acumula el planeta, por años ha hecho carrera la tesis de que hemos consumido aproximadamente el 50% de sus reservas. Por ello, aunque el petróleo tiene uso desde hace más de un siglo, debemos tener en cuenta que su consumo ha tenido un crecimiento exponencial. La expansión del mercado de vehículos y de fibras sintéticas ha hecho que año tras año el consumo se multiplique. En consecuencia, los pronósticos hablan de reservas sólo para algunas décadas.

Sin embargo, esta afirmación debe ser matizada, teniendo en cuenta algunos tecnicismos:

– el agotamiento es relativo ya que hay pozos que no son rentables de explotar a cierto precio, por lo tanto, ese combustible puede ser extraido en algún momento en el que el mercado ofrezca un precio más elevado;

– el desarrollo tecnológico busca, entre otros, producir máquinas que sean más económicas en lo que respecta al consumo de energía;

– la aparición del fracking, como técnica de explotación, tiende a incrementar las reservas mundiales, ya que se obtiene un combustible con el que no se contaba -el que sale al explotar las rocas-: el gas de esquisto.

¿Y qué hay de las demás fuentes de energía?

Aunque el agotamiento de recursos no renovables es un factor importante, el tema ambiental es una de las principales causas por las que el hombre debe buscar alternativas. La emisión de gases de efecto invernadero, responsable del calentamiento global, está asociada a la industria extractiva de petróleo y carbón, lo mismo que a su uso desmesurado.

Este mapa nos muestra los grandes responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. En dicha lista se evidencia el protagonismo de los mayores productores y consumidores de petróleo (color morado y tamaño de la circunferencia).

 

Desde hace 80 años, la energía nuclear interesa a los gobiernos, aunque, la verdad sea dicha, ha sido la guerra el principal estímulo para desarrollarla. Sin embargo, los riesgos conexos derivados de posibles accidentes, desestimulan las inversiones en la misma. De hecho, Alemania, una de las mayores economías del planeta, ha decidido apagar sus reactores y se ha convertido en un adalid mundial por el desmonte de esta fuente de energía.

Aunque se han logrado avances con la energía solar y la eólica, la verdad es que en términos de viabilidad económica se ha avanzado poco. En cambio, la energía eléctrica, con sus diferentes fuentes (agua, carbón, gas) sigue teniendo una importancia significativa en la balanza energética global. Incluso, se evidencia que su participación en el mercado de vehículos se hará notoria en las próximas décadas.

Dentro de las fuentes alternativas de energía, la biomasa y la hidroeléctica aparecen como las de mayor preponderancia.

 

Por último, la producción de biocombustibles (alcohol carburante) parece ser una de las alternativas que más se abre camino, especialmente para menguar la dependencia del petróleo en la industria del transporte. Mezclar un porcentaje de alcohol carburante con gasolina parece ser uno de los avances más sostenibles en el mediano plazo.

Sin embargo, las preocupaciones por la seguridad alimentaria del planeta han encendido las alertas sobre el temor de que el agro se convierta en un productor de combustibles en lugar de comida.  Teniendo en cuenta que la frontera agrícola mundial se reduce y que la población mundial no dejará de crecer hasta mediados del siglo XXI, la alarma no se debe tomar a la ligera.

La biomasa…en lugar de conclusión.

Por último es necesario resaltar la importancia potencial de esta fuente de energía. Por siglos, el planeta dependió de la leña y del carbón vegetal. Hoy, las señales de mercado indican que hay que retomar esta alternativa. La ciencia y la tecnología ya han avanzado para desarrollar calderas que funcionen con biomasa y que tengan utilidad tanto en las empresas como en el sector domiciliario (calefacción de vivienda y calentamiento de agua).

Desarrollar el mercado de la biomasa puede ser una verdadera alternativa para frenar el calentamiento global, ya que los residuos vegetales no producen gases más allá de los que ya absorvieron en su ciclo vital, y sería una alternativa para reducir el consumo de combustibles fósiles que, parece, tendrán una segunda ola de expansión con el fracking, hecho que preocupa seriamente a los ambientalistas.

 

Acerca del petróleo, ecopetrol, la devaluación y otros demonios

Introducción:

Los últimos meses de 2014 han sido una turbulencia para el barco de la economía colombiana y de muchas otras de América Latina. La aparatosa caída de los precios internacionales del petróleo se ha acompañado de un debate por la reforma tributaria, la caída del mercado bursátil, especialmente la acción de ecopetrol, y de una acelerada devaluación del peso, lo que, en consecuencia, teje una sombra de incertidumbre ad portas del año nuevo.

Por lo tanto, aunque La Caja Registradora se ha caracterizado por centrarse en los debates del largo plazo, dejando las preocupaciones de corto plazo a otros expertos en materia de coyuntura económica, esta vez partiremos de las preocupaciones emanadas de la caída coyuntural de los precios internacionales del petróleo.

Nuestro propósito es explicar un conjunto de factores que deben ser tenidos en cuenta para comprender la complejidad de largo plazo del tema petrolero y su incidencia en el desarrollo económico de Colombia y de muchas economías latinoamericanas.

Reservas Mundiales de Petróleo y el fantasma del fracking.

Venezuela es el único país latinoamericano que juega en las grandes ligas de la producción mundial del oro negro. Sin embargo, son evidentes el liderazgo de Arabia Saudita (11 millones de barriles diarios -mbd-), el crecimiento del autoabastecimiento de Estados Unidos (alcanzando 11 mbd en 2012) y la consolidación de Rusia en tercer lugar con cerca de 10 mbd. Colombia, con una producción cercana al millón de barriles, se colocaría cerca de la posición 20 en este ranking.

Sin embargo, si hablamos de desarrollo económico de largo plazo, el problema no es la producción presente sino el nivel de reservas, y en este punto la situación de Colombia no es mejor. Venezuela y Arabia Saudita lideran la lista, casi doblando a Canadá, Irán e Iraq, quienes los siguen. Las reservas colombianas de petróleo (2300 miles de millones bp) son aproximadamente el 1% de las reservas de Arabia Saudita y se calcula que alcanzan sólo para sólo 6.6 años.

Adicionalmente, Colombia tiene una doble dependencia de la economía petrolera: principal producto  exportaciones, a la vez que el Estado es propietario del 85% de las acciones de ecopetrol. O sea, el ingreso de divisas y las finanzas públicas están asociados al éxito petrolero. Por eso señalamos que el problema de fondo no son los precios actuales sino las reservas del crudo, y en este punto el escenario no es optimista.

El otro tema relevante es el relacionado con el fracking, -búsqueda de gas de esquisto- que se ha convertido en la novedad en materia de hidrocarburos. El caso es que este “shale gas” ha cambiado la estructura mundial de reservas. Estados Unidos tiene las mayores reservas comprobadas de este combustible no convencional, el cual se considera que puede asegurar abastecimiento mundial por 65 años a una tasa de consumo como la actual.

Por lo tanto, si se consolidan las hipótesis sobre este hidrocarburo y sobre las reservas de Estados Unidos, se abre un panorama de mediano plazo en el que este país se hace más autosuficiente, lo que seguramente alterará los precios a futuro de los combustibles.Sin embargo, el tema del fracking no puede observarse por fuera de las preocupaciones ambientales. Existen reclamos mundiales que señalan que esta técnica de extracción no tradicional es mucho más invasiva que la tradicional.

Ecopetrol: días amargos.

La empresa de petróleos de Colombia es una organización de capital mixto, pero con un capital mayoritario del Estado (más del 80% de las acciones), lo que la convierte en protagonista de las exportaciones del país y de la estabilidad fiscal del gobierno. Esta empresa enfrenta varios problemas que afectan su desempeño: bajo nivel de reservas, caída acelerada del precio mundial del petróleo y caída del precio de la acción hasta un nivel no visto en varios años. Adicionalmente, la empresa tiene que tomar decisiones sobre fracking y modernizar sus refinerías en Cartagena y Barrancabermeja.

La acción de ecopetrol llegó a superar la barrera de los 5000 COP y hoy se halla por debajo de los 2000 COP, precio que se asemeja a la cotización de finales de 2012. El precio de esta acción para recuperarse depende de factores internos y externos.

En el plano doméstico, las exploraciones son la principal fuente de recuperación de la acción. Si la política de exploración no se intensifica, difícilmente el valor de la acción podrá tener una recuperación sostenible (en 2014, el número de exploraciones autorizadas -115- estuvo por debajo de lo presupuestado). A nivel internacional, la incierta recuperación económica, que elevaría la demanda global, y las políticas de la OPEP -liderada por Arabia Saudita- determinarán el futuro del sector.

Un hecho que tiene efectos compensatorios ha sido el comportamiento de la tasa de cambio. El dólar, que se había mantenido por debajo de los 2000 COP durante gran parte del año, ya se cotiza cercano a los 2500 COP; este hecho beneficia a los exportadores, entre los cuales Ecopetrol es el principal protagonista. En otras palabras, parte de la pérdida de la petrolera colombiana como consecuencia de la caída del precio del crudo ( de 100 a 65 dólares americanos a lo largo del año), se compensa con la monetización de sus divisas, aprovechando la devaluación nominal que ronda el 30%.

Ahora, en términos de desarrollo económico, hay que reconocer que los demás exportadores, como los caficultores, los floricultores, los bananeros y la poca industria manufacturera que vende al exterior, se beneficia de la nueva tasa de cambio, la cual probablemente se mantendrá alta en los próximos meses. Pero, como contraprestación, amenazan vientos de inflación, como consecuencia del encarecimiento de las importaciones.

A modo de conclusión:

Como ha sido recurrente decirlo en este espacio, el problema del desarrollo económico de nuestro país, al igual que de otros países latinoamericanos, está atado a la falta de voluntad para diversificar el aparato productivo. Si bien hay una gran preocupación por la caída del precio internacional del crudo, es claro que Colombia no tiene reservas para garantizar ingresos en el largo plazo y la balanza comercial en los últimos años, en lugar de diversificarse ha incrementado la dependencia de las exportaciones de origen minero.

La estabilidad fiscal, la balanza comercial, el empleo y el crecimiento económico de Colombia avisoran un futuro de mediano plazo bastante incierto. Probablemente el escenario de 2015 no sea el más pesimista (se pronostica un crecimiento del PIB superior al 3%), pero si Colombia no diversifica sus exportaciones, sino desarrolla una industria manufacturera más significativa, y si Ecopetrol no incrementa sus reservas, será difícil mantener la dinámica económica que se tuvo en los últimos años.

Si hay preocupación por la actual reforma tributaria, qué decir de un escenario menos optimista en el próximo lustro…