Si algo ha tenido al Congreso trabajando es la reforma a la salud. El proyecto del Gobierno del presidente Gustavo Petro para cambiar el sistema sanitario ha pasado los gozosos y los dolorosos en el Legislativo, pero, a nueve meses de que termine su mandato, sigue en veremos y dando brazadas para no hundirse. Este martes la Comisión Séptima —en donde debe enfrentar su tercero de cuatro debates— aplazó y suspendió su discusión y volvió a quedar en el limbo. Sin embargo, los partidos que la apoyan tienen claros los caminos para no dar el brazo a torcer.
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La senadora Nadia Blel (Partido Conservador) logró que la mayoría de sus 13 colegas en esa corporación aprobaran su proposición de aplazar el debate del proyecto hasta que cuente con el aval fiscal que debe dar el Ministerio de Hacienda y que se apruebe una ley de financiamiento.
Blel fue enfática en que si bien se aprobó el Presupuesto General de la Nación de 2026, están incluidos recursos que están atados a una ley de financiamiento o reforma tributaria, que también está en veremos en el Congreso. Para ella, no hay recursos adicionales ni rubros específicos que permitan financiar el proceso de transición, operación y fortalecimiento que requeriría el nuevo modelo.
Entre tanto, el Gobierno y los senadores de esa Comisión que apoyan la reforma sostienen que una ley de financiamiento nada tiene que ver con esa iniciativa y que sí hay aval fiscal que garantiza los recursos para el cambio que quieren hacerle al sistema. Ante esto, Nadia Blel y otros críticos de la reforma sostienen que ese aval no tiene rigor técnico.
“Es una decisión responsable, que piensa en la salud de los colombianos. El ministro de Hacienda (Germán Ávila) en ningún momento nos ha suministrado a la Comisión Séptima un aval conforme a la ley. El ministro claramente, en un derecho de petición que nos contestó, evidenció que ni siquiera verificó las cifras, por lo tanto ese aval fiscal que hoy reposa en el seno de la Comisión no tiene el rigor técnico, las cifras verificadas y hoy no sabemos cuánto vale en verdad la reforma a la salud”, explicó la congresista conservadora.
¿Se hundirá la reforma a la salud?
La pregunta sobre qué pasará con la reforma tiene en ascuas a pacientes, actores del sistema, Gobierno, Congreso y hasta la Corte Constitucional.
Lo cierto hasta ahora es que a este proyecto no se le puede dar por muerto. Así lo ha demostrado hasta ahora. Basta solo con recordar que se hundió en abril de 2024 y, aún así, en el último trimestre de ese año el Gobierno Petro —con Armando Benedetti al frente del Ministerio del Interior— volvió a radicarla en el Congreso y logró aprobarla en la Comisión Séptima y Plenaria de la Cámara de Representantes.
Ahora el panorama vuelve a pintar gris, aunque no apocalíptico. La respuesta al aplazamiento aprobado este martes, que encabezó la senadora Blel, la lanzó el senador Fabián Díaz (Alianza Verde), quien le envió al ministro Benedetti una solicitud para que emitiera un mensaje de urgencia sobre la reforma a la salud.
“Lo solicité para que se emita mensaje de insistencia para que el proyecto de ley sea prioritario en orden del día de la Comisión”, dijo Díaz a EL COLOMBIANO. De esa manera, el senador espera que no haya más formas de aplazar el debate y la discusión para saber si avanza al último debate en la Plenaria del Senado.
“Dependemos de los tiempos del Ministerio del Interior para que emita el mensaje de urgencia”, advirtió el senador Díaz. Aún así, en los planes de los partidos que apoyan la reforma, contó Díaz, está la posibilidad de que pierdan la votación para aprobarla y se hunda, como pasó en abril del año pasado.
Ante esa posibilidad, Fabian Díaz explicó la carta que jugarían en ese escenario. “Si se archiva, apelaremos. Tenemos lista la apelación, tal cual hice con la reforma laboral”, indicó.
La apelación es un recurso que está en el Reglamento del Congreso y señala que “negado un proyecto en su totalidad o archivado indefinidamente, cualquier miembro de la Comisión o el autor del mismo, el Gobierno o el vocero de los proponentes en los casos de iniciativa popular, podrán apelar la decisión ante la Plenaria de la respectiva Cámara”. Para este caso sería la del Senado.
Aún así, los tiempos del periodo legislativo corren con el agravante de que el otro año los congresistas estarán en modo campaña. La reforma tiene hasta el 20 de junio de 2026 para aprobarse, pero en plata blanca el tiempo se reduciría a lo que queda de este año (hasta el 20 de diciembre) para sacarla adelante. Y en la bancada del Gobierno lo saben: por eso prenden velas al mensaje de urgencia que pueda emitir el Ministerio del Interior y a la apelación. El tiempo hablará.
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