La historia comenzó en Nanjing, China, donde Jiao, un hombre de 38 años, fue detenido bajo sospecha de distribuir material obsceno. En redes sociales, fue apodado “Red Uncle” o “Sister Hong”, y se afirmó que habría engañado a más de 1.600 hombres (en su mayoría heterosexuales) con disfraces, pelucas, maquillaje, filtros digitales y una voz alterada por software. Les ofrecía encuentros “gratuitos” a cambio de productos como pescado, aceite, frutas o electrodomésticos.
Estos encuentros eran grabados por Jiao a través de una cámara escondida y sin el consentimiento de los hombres a los que invitaba a su casa, posteriormente, fueron distribuidos en redes y plataformas como Telegram, Reddit y X.
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La policía confirmó la difusión del material, aunque negó que Jiao haya tenido relaciones con más de 1.000 personas. No obstante, no precisó una cifra concreta.
¿Por qué los hombres accedían?
Varios de los hombres que conocieron a “Sister Hong” declararon que siguieron acudiendo incluso después de sospechar su verdadera identidad. Algunos mencionaron curiosidad, impulsividad, deseo, alcohol o simplemente la falta de conexión emocional como factores. Muchos contactos fueron iniciados en apps de citas, donde Jiao se hacía pasar por una mujer casada.
El caso se volvió viral en Internet
El escándalo alcanzó más de 200 millones de visualizaciones en Weibo, una plataforma de redes sociales similar a Twitter en China. También generó una ola de memes, parodias con inteligencia artificial y hasta lanzamientos de productos inspirados en la estética del personaje.
Mientras tanto, hombres reconocidos en las grabaciones enfrentaron consecuencias personales, como la ruptura de compromisos sentimentales. No obstante, algunos usuarios criticaron la difusión de montajes con rostros de presuntas víctimas, advirtiendo sobre el daño a la privacidad y la irresponsabilidad de ese tipo de contenido.
Preocupaciones por la salud de los involucrados
¿Qué dice la ley china?
Aunque la homosexualidad fue despenalizada en 1997, en China la distribución de material sexual sigue siendo ilegal. Grabar actos íntimos sin consentimiento no solo constituye una violación a la privacidad, sino que puede acarrear cargos penales.
Desde 2021, la Ley de Protección de Información Personal exige consentimiento explícito para recolectar o difundir datos sensibles, incluidas imágenes íntimas. A la par, el Código Penal contempla sanciones por vulnerar la intimidad mediante registros o publicaciones no autorizadas.
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