El carro no es solo un objeto funcional, que sirve para transportar de un punto de origen a un destino. Hoy se ha convertido también en una forma de expresar el estatus, el éxito o la misma personalidad de su propietario. Y en este punto el diseño elegido juega un papel fundamental. No solo lo externo. También el diseño interior marca una evolución
El diseño del habitáculo busca no solo la funcionalidad, también marcar un estilo, uno que hoy apuesta por el minimalismo.
“Hay una clara tendencia a la sencillez, contrario a los diseños recargados de décadas anteriores, lo cual es más notorio en los autos de gama alta. Hay varias influencias notorias en el diseño interior en las nuevas tendencias: el espíritu Zen, que muestra el habitáculo como un espacio amplio, sencillo, casi de meditación, con texturas naturales.”, comenta el diseñador y entusiasta en temas automotrices Gustavo Hernández.
El desarrollo del diseño interior va siempre en consonancia con el dibujo exterior del vehículo, recuerda Sebastián Rocha, director de producto de la firma Autogermana. “Así como BMW destaca la sobriedad y el refinamiento, Mini hace énfasis en destacar el espíritu joven de la marca sin descuidar su carácter premium. Cada marca, tanto en el exterior como en el interior tiene extremo cuidado por los detalles, y entre estos se destacan desde las formas agradables hasta las finas texturas, todo bajo el concepto del diseño orgánico, sucesor de la escuela Bauhaus, en el que si bien la forma sigue a la función, las superficies y sus perfiles responden a conceptos no solamente funcionales sino medioambientales e, incluso sociales y legales”.