Si bien el aumento de nuevas empresas de base tecnológica tienen al ecosistema emprendedor de Medellín entre los buenos ejemplos internacionales, falta inversión ángel de tipo privada, hay poca asistencia de la gran empresa (mentoría) y resulta escaso el apoyo de otros emprendimientos exitosos.
Estos tres aspectos son el talón de Aquiles, según el estudio realizado por la división de investigaciones de la organización global Endeavor, titulado “Creando el ecosistema de emprendimiento en el sector tech de Medellín”.
Corregir estos asuntos será clave si la ciudad quiere ser referente internacional en emprendimiento tecnológico. Aún hay que apretar tuercas.
Involucrar capital privado en el apoyo de empresas tecnológicas es tarea de todos los actores del ecosistema emprendedor, porque tradicionalmente ha sido el Gobierno el inversor para apoyar a empresas en etapa temprana.
Endeavor revela que menos de diez empresas de las 200 encuestadas en el estudio, dicen haber sido objeto de inversión por parte de otros emprendedores. Este tipo de inyecciones de recursos se conoce como capital inteligente o smart capital, porque va más allá del monto en dinero al ofrecer también experiencia, conocimiento y asesoría.
“Si promediamos por persona lo que hoy se tiene disponible como capital de apoyo para crear empresa, resulta que en Medellín el indicador per cápita es de 131.000 pesos. La idea es sumar más fondos de inversión, así como nuevas redes de ángeles inversionistas para que este valor aumente”, explicó Catalina Castaño, directora de Desarrollo Programático en Ruta N.
Al ser el Estado el que, tradicionalmente, toma riesgos con las nuevas empresas, surge el fenómeno del “Estado emprendedor”.
En cambio, el mismo Endeavor cita en su estudio los casos de ciudades como Nueva York, donde “la inversión ángel realizada por un emprendedor exitoso duplica la posibilidad de éxito de una naciente compañía”, y sin esperar dinero público.
Por su parte, Daniel Quintero, gerente de Innpulsa Colombia, que en este esquema representa la figura del Estado, ratificó el modelo de involucrar más la inversión privada en este tipo de emprendimientos.
“Cambiamos los indicadores. Ya no es cuánto dinero entregamos, sino que medimos cuánto aportaron los privados en los proyectos en que invertimos”, destacó Quintero.
Existen en Medellín emprendedores exitosos que apoyan a otros, es el caso de Vellum y Socialatum Ventures. También hay ejemplo de inversionistas ángel como Capitalia. En su portal web invita a emprendedores que requieran capital superior a 100 millones de pesos a que accedan a su red de inversionistas.
Sin embargo, esto no es suficiente para cumplir el objetivo de ciudad al 2021, que busca conectar 1,5 billones de pesos de capital emprendedor.
“Se necesita estimular al sector privado para que también intervenga allí, apoyando proyectos de inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTi). Para eso es clave lo que hacen programas como el Pacto por la Innovación, que aumenta la inversión en CTi frente al PIB”, dijo Castaño.
Capacidades
Asimismo, el estudio de Endeavor señala la carencia de más personas dispuestas a conformar redes de ángeles inversionistas, pero que desarrollen las capacidades requeridas.
“Una de ellas es identificar negocios de largo plazo, porque muchas veces los emprendimientos digitales no saben mostrarse rentables en el largo plazo”, aclaró Liliana Gallego Yepes, directora de Créame.
En el negocio tecnológico no tiene fronteras físicas, ni culturales y ahí, tanto emprendedores como inversionistas, deben tener claros sus objetivos de largo plazo para conectar más recursos.