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De piedra ha de ser la cuna, de piedra la sepultura

El cementerio de Barichara, Santander, es como un museo al aire libre.

  • La tumba de Antonio González, quien por más de medio siglo fue el sepulturero de Barichara, Santander. FOTOS Ferney Arias
    La tumba de Antonio González, quien por más de medio siglo fue el sepulturero de Barichara, Santander. FOTOS Ferney Arias
  • ‘La última cena’ de Antonio Gaudí, replica elaborada por el escultor Arsenio Plata tallada en piedra, en el cementerio de Barichara.
    ‘La última cena’ de Antonio Gaudí, replica elaborada por el escultor Arsenio Plata tallada en piedra, en el cementerio de Barichara.
  • Derroche de ingenio en la decoración en las tumbas de Barichara.
    Derroche de ingenio en la decoración en las tumbas de Barichara.
  • Carmen de García fue sepultada en el cementerio de Barichara hace más de 200 años.
    Carmen de García fue sepultada en el cementerio de Barichara hace más de 200 años.
  • Tallas en piedra que representan el oficio de algunos fallecidos se aprecian en el campo santo de Barichara.
    Tallas en piedra que representan el oficio de algunos fallecidos se aprecian en el campo santo de Barichara.
  • Aspecto general del cementerio de Barichara, Santander.
    Aspecto general del cementerio de Barichara, Santander.
07 de abril de 2023
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El martes, no te cases ni te embarques”, reza el antiguo refrán que advierte sobre los peligros de emprender cualquier asunto importante un martes, por estar este día predestinado a todo tipo de conflictos.

En Barichara, Santander, el adagio tendría un agregado: “El martes, no te cases ni te embarques, y tampoco te mueras”, pues ese es el día en el que no hay servicio en el cementerio local, según se lee en la placa tallada de piedra, instalada al costado izquierdo de la entrada.

El texto advierte que está prohibido colocar floreros con agua; dejar basuras y demás objetos que afecten la buena presentación del lugar sagrado. Esto explica que a diferencia de otros campos santos, en Barichara los hedores de rosas marchitas o aguas putrefactas no se noten, ni proliferen los inquietos mosquitos que buscan colarse en la boca y nariz de los visitantes.

La variedad de tumbas muestran obras esculturales en piedra labrada, lapidas con tallas de figuras que recuerdan la labor que ejerció la persona en vida. Pero, no hay allí excentricidades como tumbas con música permanente para el disfrute de los difuntos.

Se destaca, cerca del ingreso, la última morada de don Antonio González Rodríguez, quien por más de 50 años fue el sepulturero de Barichara. “La muerte es un caminito que nos toca a todos, tarde o temprano aquí llegamos al camposanto”, solía expresar el hombre, que falleció en abril del año antepasado tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.

A poco pasos de la entrada, y hacia el costado derecho del cementerio cerca del sepulcro de don Antionio, se levanta una réplica de ‘La última cena’, obra de Antonio Gaudí, elaborada por el escultor Arsenio Plata tallada en piedra, para la familia Rodríguez Díaz, que acostumbra cremar a sus seres queridos y dejarlos en ese mausoleo.

‘La última cena’ de Antonio Gaudí, replica elaborada por el escultor Arsenio Plata tallada en piedra, en el cementerio de Barichara.
‘La última cena’ de Antonio Gaudí, replica elaborada por el escultor Arsenio Plata tallada en piedra, en el cementerio de Barichara.

Recorriendo el panteón resultan llamativos los nombres de algunos difuntos. Del listado hacen parte Medardo, Florentino, Modesto, Ceferina, Alipio, Faustina, Nepomuceno, Tránsito, Vitelbina y Rosendo.

La fosa de Luis Francisco Campos tiene como decoración dos envases de cerveza Aguila en los que sus deudos depositan flores de papel, para atender la norma del cementerio que no permite flores naturales. “Adivinen qué le gustaba tomar a Lucho?”, comentan algunos visitantes.

Derroche de ingenio en la decoración en las tumbas de Barichara.
Derroche de ingenio en la decoración en las tumbas de Barichara.

El fallecido más antiguo ajustará 206 años de estar bajo tierra. Carmen de García, sin otros datos murió en septiembre de 1817. Los guías de Barichara desconocen qué tan ilustre fue esta doña, y solo se atreven a comentar que en la sepultura además del recuerdo y su alma, no debe quedar nada más.

Carmen de García fue sepultada en el cementerio de Barichara hace más de 200 años.
Carmen de García fue sepultada en el cementerio de Barichara hace más de 200 años.

Obvio, no podía faltar el homenaje a un tallador de piedra, oficio recurrente en la tierra de los patiamarillos, que es el gentilicio de los nacidos en Barichara. Martín Galvis, muerto en 2021, tiene en su sepultura una imagen suya en piedra y tres cinceles de hierro con los que trabajó en vida.

Y hay tallas en piedra dedicadas a educadores con textos e implementos escolares, músicos con instrumentos, conductores con sus respectivos vehículos, carpinteros, criadores de cabritos y cantantes.

Tallas en piedra que representan el oficio de algunos fallecidos se aprecian en el campo santo de Barichara.
Tallas en piedra que representan el oficio de algunos fallecidos se aprecian en el campo santo de Barichara.

Y si bien la muerte resulta un concepto que por lo general causa temor, el paso por el cementerio de Barichara prueba que quienes siguen en este mundo disponen de otro espacio para mostrar sus capacidades artísticas, como es el caso de los talladores de piedra, quienes plasman elementos funerarios simbólicos, clásicos, imágenes religiosas a pedido de los deudos, para recrear los elementos representativos del oficio, personalidad o gustos del fallecido.

Aspecto general del cementerio de Barichara, Santander.
Aspecto general del cementerio de Barichara, Santander.

No era martes, así que pudimos conocer el campo santo de Barichara donde las plegarias se confunden con el canto de los pájaros y las chicharras. Tras los muros del cementerio también hay antiguas cruces con diseños únicos en forja que rinden homenaje a quienes en vida anduvieron por las piedras que adoquinan las calles del pueblo, y disfrutaron de los paisajes de esa tierra santandereana.

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