Un robot lo hará por usted

María Cristina Muñoz y Deisy Barbosa Moreno.

Talleristas Prensa Escuela El Colombiano

Bienvenidos profesores, los invitamos a utilizar la información de la prensa en el ámbito escolar, aquí les proponemos algunas ideas que pueden aplicar o transformar de acuerdo con sus intereses y necesidades. Disfruten de la multiplicidad de temas que se pueden abordar a través de este medio, generando una conversación permanente entre ustedes, los niños y jóvenes.

Noticia que se propone: No se canse, un robot lo hará por usted
Género: Noticia
Tema: Tecnología
Fecha de publicación: enero 31 de 2019
Enlace: https://www.elcolombiano.com/tecnologia/robots-que-hacen-las-tareas-de-la-casa-ID10130282

Un robot lo hará por usted

 

¿Sabía que en su casa hay un robot? Tal vez lo tenga instalado cerca de la cocina o en el patio y seguro le ha sido bastante útil: la lavadora.

La definición básica de robot, dice la publicación especializada en tecnología Life Wire, es “una máquina que realiza una serie de acciones de forma automática y normalmente es programada por una computadora”. El aparato que lava llena los requerimientos.

Te invitamos a crear con los estudiantes un robot, solo necesitas ingenio.

 

Actividades sugeridas:

 

Realice con los estudiantes una lista de tareas domésticas. Divida a los estudiantes en grupos, cada uno debe seleccionar la tarea que más le cueste hacer. Proponga la escritura de un texto argumentativo en donde se justifique el por qué esa tarea doméstica debe desaparecer.

 

Plantee la siguiente hipótesis: ustedes son grandes científicos. Cada grupo debe elaborar un prototipo-dibujo de un robot que realice la tarea doméstica seleccionada en el punto anterior. El dibujo debe ir acompañado de un texto descriptivo sobre las características del nuevo robot.

 

Lea en voz alta el artículo publicado en El Colombiano el 31 de enero de 2019: No se canse, un robot lo hará por usted, el cual aparece en el siguiente enlace:

https://www.elcolombiano.com/tecnologia/robots-que-hacen-las-tareas-de-la-casa-ID10130282

 

Cierre la actividad con un conversatorio sobre las actividades que pueden ser reemplazadas por máquinas.

 

Premisas básicas para el uso de la prensa:

Lea el artículo antes de presentarlo a los niños o jóvenes.

Determine cómo va a dar a conocer el contenido de la información: lectura en voz alta, narración de las partes más significativas o lectura silenciosa por parte de los niños o jóvenes.

Presente la página completa o el sitio web donde está ubicado el artículo. Sugerimos no recortar la noticia, pues el espacio que ocupa y la ubicación en la página, también ofrecen elementos de análisis.

Aproveche todas las partes del artículo: textos, gráficos, ilustraciones, fotografías y videos, en el caso de Internet.

Permita que niños y jóvenes exploren el periódico o el sitio web para identificar su estructura: los tipos de historias y la manera como las presentan.

A continuación, compartimos un ejercicio de lectura de varios artículos y la propuesta de actividades que pueden ser adaptadas a diferentes públicos, de acuerdo con el nivel de comprensión y conversación de quienes abordan la lectura.

 

EXPLORA EL PERIÓDICO PARA QUE TE INSPIRES Y REALICES OTRAS ACTIVIDADES A PARTIR DE ÉL

¿Y si bailamos?

Por: Mariana Acosta Gutiérrez
Tallerista Prensa Escuela 2019
Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana
Universidad de San Buenaventura

En esta crónica, Luisa va más allá de lo que puede significar un espacio, pues el arte y la cultura abrazan a todos los sujetos que anhelan pasar un rato allí. Es en el Parque de los Deseos donde la exploración permite que, reconozcamos nuevas maneras de caminar por el mundo.

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Fotografía tomada de Pinterest

Miércoles, cinco menos, un cuarto de la tarde. El sol calienta contra todo pronóstico, luego de una fría mañana que pintaba un diluvio del mismo estilo de los últimos que habían caído sobre Medellín. El Parque de los Deseos se encuentra tranquilo, lleno de burbujas que vuelan mientras los niños y adultos, con espíritus infantiles aún despiertos, intentan explotarlas. En los bancos de lado izquierda se encuentran grupos de amigos que se reúnen para parchar en la mitad de la semana; unos hablan, otros juegan y algunos tocan música.  Alrededor del Parque camina el “Superman” vendiendo mangos junto con otros vendedores que ofrecen una gran diversidad gastronómica, más algunos sujetos que se dedican al arte a través de pequeñas creaciones fabricadas con materiales como el alambre.

En medio de aquella tranquilidad, y aparente normalidad coloreada por la rutina, apareció un joven de contextura delgada que vestía una camiseta azul claro, un jean negro y una gorra plana bailando en medio del parque. Se encontraba perdido en su música, esa que tan solo él podía escuchar con sus audífonos de diadema. Sus movimientos eran armoniosos hasta el punto de parecer una coreografía, pero no, no eran planeados. Todos los que estaban cerca concentraban su mirada en él, se susurraban cosas al oído y sus ojos tenían un tinte de desaprobación y otros de burla: “¿Está loco?”

“¿Que si estoy loco?” Tal vez un poco, pero es mi manera de expresar lo que la música me transmite. Simplemente no me da pena ser lo que soy, no presto atención a los que piensan y dicen que no debo hacer esto porque no es adecuado. ¿Por qué sí normalizan la violencia, las drogas y las injusticias?” – expresa entre sonrisas Daniel Morales, el joven bailarín.

Daniel, de 19 años, visita tres veces a la semana el Parque de los Deseos desde que tenía 14. En aquel lugar conoció a varios de sus amigos, ha pasado momentos inolvidables en eventos de música que marcaron una huella en su memoria, como el concierto de Rafael Lechowski en 2016. También se enamoró y pasó su tusa en el mismo lugar. Allí, según él, aprendió a crecer y creer que el arte era el que en realidad podía transformar el mundo. Pasó de ser un niño tímido e introvertido a ser alguien que encontró en el baile una manera de salir y mostrarse.

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Fotografía tomada del Blog Fotoviaje

Luego de sentarse unos minutos para descansar de su improvisado baile, a 10 pasos de él, una chica de cabello corto y azul se levantó y, al ritmo de Cheap Thrills, empezó a bailar moviendo sus pies y caderas. Al instante hizo parar a su amigo, quien en un principio sentía timidez y se movía de manera torpe, pero después de unos segundos logró conectarse y seguir los pasos de ella.

“Espérame que no me aguanto”- me dijo apurado mientras se paraba a unirse a los dos chicos desconocidos. Allí estaban, en la Casa de la Música, tres personas que nunca se habían visto y que se unieron por algo en común: el baile. Sus rostros reflejaban alegría, se sonreían mientras intentaban coordinar la multiplicidad de sus movimientos.

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Tomada de la página digital Medellín Travel.

Cuando terminó la canción Daniel se despidió de los dos chicos y regresó a su lugar con una cara de satisfacción. “A eso me refería. El poder la música y el arte puede unir a la gente. Nos toleraríamos más y la violencia no sería la única salida a los problemas. Es más, ¿y si bailamos?”

 

Luisa Fernanda Guiral Cano
Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana

Hoy se inicia segunda fase de la campaña para prevenir el abuso

María Cristina Muñoz y Deisy Barbosa Moreno.

Talleristas Prensa Escuela El Colombiano

Bienvenidos profesores, los invitamos a utilizar la información de la prensa en el ámbito escolar, aquí les proponemos algunas ideas que pueden aplicar o transformar de acuerdo con sus intereses y necesidades. Disfruten de la multiplicidad de temas que se pueden abordar a través de este medio, generando una conversación permanente entre ustedes, los niños y jóvenes.

Noticia que se propone: Hoy se inicia segunda fase de la campaña para prevenir el abuso
Género: Noticia
Tema: Infancia
Fecha de publicación: febrero 19 de 2019
Enlace: https://www.elcolombiano.com/antioquia/hoy-se-inicia-segunda-fase-de-la-campana-para-prevenir-el-abuso-FH10249840

 

Con mi cuerpo nadie se mete

El 19 de febrero la Alcaldía de Medellín a través del Despacho de la Primera Dama, realizó el lanzamiento de la segunda fase de la campaña “Escúchalos: Con mi cuerpo nadie se mete”, cuyo objetivo es empoderar a los niños con herramientas pedagógicas que les permita asumir el autocuidado y entender los diferentes tipos de abuso.

 

La psicóloga Catalina Vertel propone tres palabras claves para proteger a la infancia: “escuchar” para conocer los hechos; “creer” para fomentar la confianza y “proteger” para valorar a los niños como sujetos de derecho.

 

Actividades sugeridas:

 

Proyecte la ilustración que acompaña la noticia. Converse con los niños sobre el significado de la imagen, qué expresa, por qué la hicieron, y otros interrogantes que aporten a la construcción de un diálogo respetuoso sobre el abuso.

 

Lea en voz alta la noticia que se encuentra en el siguiente enlace:
https://www.elcolombiano.com/antioquia/hoy-se-inicia-segunda-fase-de-la-campana-para-prevenir-el-abuso-FH10249840

 

Construya con sus estudiantes (se puede hacer en el tablero) una lluvia de ideas que aporten a la solución del problema: abuso infantil.

 

Divida a los estudiantes en varios grupos. Presente el Editorial publicado en El Colombiano el 19 de febrero de 2019 sobre el abuso infantil. Después, cada grupo debe leer y generar una opinión sobre el tema.

Enlace al Editorial: Los niños, intocables https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/los-ninos-intocables-LH10249354
Socialice las opiniones de los estudiantes. Para cerrar la actividad puede proyectar el siguiente video

https://www.youtube.com/watch?v=7jwXsYFYpCI después de la proyección comparta con los estudiantes la ruta establecida por la institución educativa en caso de detectar un abuso infantil.

 

Material complementario:

“Escúchalos: Con mi cuerpo nadie se mete”
https://medellin.edu.co/sala-de-prensa/1592-los-ninos-dijeron-con-mi-cuerpo-nadie-se-mete-en-el-lanzamiento-de-escuchalos

https://www.facebook.com/metrosalud/videos/2200603980193575/

 

Premisas básicas para el uso de la prensa:

Lea el artículo antes de presentarlo a los niños o jóvenes.

Determine cómo va a dar a conocer el contenido de la información: lectura en voz alta, narración de las partes más significativas o lectura silenciosa por parte de los niños o jóvenes.

Presente la página completa o el sitio web donde está ubicado el artículo. Sugerimos no recortar la noticia, pues el espacio que ocupa y la ubicación en la página, también ofrecen elementos de análisis.

Aproveche todas las partes del artículo: textos, gráficos, ilustraciones, fotografías y videos, en el caso de Internet.

Permita que niños y jóvenes exploren el periódico o el sitio web para identificar su estructura: los tipos de historias y la manera como las presentan.

A continuación, compartimos un ejercicio de lectura de varios artículos y la propuesta de actividades que pueden ser adaptadas a diferentes públicos, de acuerdo con el nivel de comprensión y conversación de quienes abordan la lectura.

 

EXPLORA EL PERIÓDICO PARA QUE TE INSPIRES Y REALICES OTRAS ACTIVIDADES A PARTIR DE ÉL

 

Bajo el pincel de los Deseos

Por: Mariana Acosta Gutiérrez
Tallerista Prensa Escuela 2019
Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana
Universidad de San Buenaventura

¿Qué hay tras el rostro de una payasa? La crónica de Simón nos narra cómo una mujer va coloreando su historia en el Parque de los Deseos, espacio que guarda, en cada uno de sus adoquines, los pasos que cada ciudadano se atreve a dar en aquel lugar.

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Fotografía tomada de la página web del Grupo EPM.

En ocasiones, solo en ocasiones, de las cajas musicales no salen bailarinas sino payasas.

Hacía unas semanas que el cotufero, como suele llamarse a los hombres que venden crispetas en Venezuela, le había advertido que no era el Parque de Bello el sitio indicado para encontrar niños y al igual que lo hizo con su tierra natal, abandonó el lugar y emprendió un nuevo camino con la ilusión de encontrar un espacio donde pudiera colorear su alma.

Sintió la arena húmeda bajo sus pies cuando decidió sentarse en una pequeña butaca de madera para descansar. Se puso su peluca de colores, sacó su maquillaje y un espejo. Primero pintó a su pequeña hija Hillary y después tomó el pincel para llenar de color todos los espacios de su rostro.

Eran solo las nueve de la mañana y el Parque ya estaba habitado por hombres vendiendo artesanías, mujeres con manzanas caramelizadas y, por supuesto, cotuferos. Pero no fue hasta que logró divisar a lo lejos lo que necesitaba, que llenó sus pulmones de aire y gritó con fuerza: “ven a pintarte la carita, por acá estamos pintando caritas. Hacemos delfines, mariposas, Hello Kitties, caritas enamoradas, corazones. Píntate la carita”. El primero en responder el llamado fue un pequeño que decidió trazar sobre su rostro exactamente lo mismo que ella pintó a su padre por primera vez: un tiburón.

Luz Mary Pérez, era solo una adolescente cuando paseaba por las calles de uno de los parques de Valencia y se topó con una mujer vestida de payaso que pintaba los rostros de los niños que jugaban cerca. “Esa tarde que salí de paseo, me encontré con una payasita que no pintaba muy bien. Yo sabía que lo podía hacer mejor, así que me puse a practicar con mis sobrinos y con mi hermano pequeño. Ahí descubrí que tenía talento, entonces unas semanas después fui al zoológico del Acuario de Valencia y el gerente quedó tan encantado conmigo que duré trabajando allí dieciséis años”.

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Fotografía extraída del Blog Fotoviaje.

Su modelo favorito para practicar nuevas figuras era su padre, quien estuvo dispuesto a prestarle su rostro como lienzo hasta antes de morir, cuatro años atrás, a causa de una cirugía a corazón abierto. Tres días antes del fatal destino, el hombre le preguntó a su hija:

— “¿Luz Mary, tú piensas ser payasita hasta que estés viejita?”

— “Claro que sí, me encanta este trabajo” – Le respondió ella.

— “¿Y cuándo tengas arruguitas cómo vas a hacer para pintar?”

Después de colorear el tiburón sobre la mejilla del niño, muchos otros grabados vinieron tras ella. Aquel día pintó tantas caritas que se hizo 280 mil pesos, una cifra de dinero que le hubiera servido unos meses atrás para no haber tenido que elegir entre abandonar su tierra o comprar un kilo de arroz.

Fue el 13 de agosto de 2017 que Luz Mary Pérez piso tierras colombianas. Antes de llegar como una inmigrante ilegal a las puertas de la casa de su hermano Luis Alfredo Pérez en Bogotá, esta mujer venezolana no solo se dedicaba a pintar caritas durante el fin de semana en el Acuario de Valencia, sino que además trabajaba como Ingeniera Química para la compañía de automoviles General Motors.

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Fotografía tomada de la página web Grupo EPM.

Conforme se agudizaba la crisis económica en su país, menguaba su calidad de vida y la de su hija Hillary. “Ya no se podía comer, solo se trabajaba por un bocado de comida. Lo único que podía comprar era un kilo de arroz o un kilo de carne que debía durarme durante semanas”.

Su instancia por Bogotá solo duró cuatro meses, dado que no le gustó la dinámica de la ciudad, y fue así como terminó en el barrio Niquía Camacol en Medellín. Al principió comenzó a trabajar pintando caritas en el Parque de Bello, pero fue gracias al consejo del cotufero que llegó al Parque de los Deseos: “ese es el lugar que usted necesita, allá sí va a encontrar niños”.

La noche llegaba y ya había pintado al último niño que quedaba en el Parque. Después de haber pasado el día entero desde las nueve de la mañana hasta las ocho y media de la noche pintando caritas, al fin pudo quitarse su peluca. Los colores de su rostro se habían diluido en una costra pegajosa blanca y las líneas de expresión comenzaron a agrietar su cara. Es probable que esas arruguitas hayan sido de las que habló su padre antes de morir, pero parecía que a Luz Mary le tenía sin cuidado, tal vez porque aun con ellas seguía coloreando felicidad, o quizá fue por la mano de su hija Hillary que se entrelazó con la suya, como sucedía cada noche al acabar una jornada de trabajo, lo que le trajo paz al escuchar: “mamá, ya vámonos”.

Simón Alberto Hernández Barrera
Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana

Construir desde el dolor

Por: Mariana Acosta Gutiérrez
Tallerista Prensa Escuela 2019
Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana
Universidad de San Buenaventura

Es una crónica escrita por Tatiana Lozano, quien, el 06 de marzo, estuvo en el Parque de los Deseos de la ciudad de Medellín, presenciando un acontecimiento sensible, pero lleno de esperanza, ante los ojos de la memoria histórica.

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Tomada de la página digital MOVICE – Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.

El Parque de los Deseos se dividía en dos. En el medio, desde la Casa de la Música y casi hasta el Planetario, se extendía una sábana blanca, delgada, larga. Sobre ella había fotos. Fotos de hombres, mujeres, niños, adolescentes. Fotos con nombre, lugar y fecha. “Ermey Mejía Gómez. Desaparecido. Comuna 13. Diciembre 18 de 2002”. “Julio Ernesto González. Asesinado. 30 de enero de 1999. Doradal, Antioquia”. “María Luisa Parra. Detenida – desaparecida – asesinada. Medellín. Junio 2 de 1992”.

Alrededor de la sábana había personas con pañoletas naranjas atadas en su cuello, sus morrales o sus muñecas. La mayoría eran mujeres. Conversaban entre ellas, se saludaban, se abrazaban. Una de ellas, la más joven, se paró a un lado de la sábana, descargó un pequeño bafle que traía consigo y conectó un micrófono. Con voz firme y serena, se dirigió a todos los que rondaban el sector. “Hoy, 6 de marzo, los invitamos a que nos acompañen en este espacio. Las víctimas de crímenes de estado existimos en Colombia, y hoy, en el día nacional de la dignidad de las víctimas de crímenes de estado, queremos contarle a todo Medellín que estamos acá, y que no necesitamos permiso para manifestarnos, no necesitamos permiso para conmemorar a nuestros muertos”.

Todas ellas hacen parte del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, y la pañoleta naranja es su distintivo. Una de esas pañoletas colgaba de la espalda de Luz Mery Velásquez. Pegada a su pecho llevaba la foto de un hombre de unos 40 años, con cabello crespo y oscuro y un bigote muy poblado. “Julián Emilio Cataño. Desaparecido – detenido – asesinado. Norcasia, Caldas. 24 de febrero de 2001”.

“Mi esposo era ingeniero civil, en esa época estaba trabajando en la hidroeléctrica La Miel en Caldas, de la constructora Odebrecht”. Luz Mery asegura que esta empresa le pagaba 30 millones de pesos mensuales a los paramilitares de la zona de Norcasia. “Por decisión del comandante paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia Ramón Isaza del Magdalena Medio, lo asesinaron, lo picaron, y lo tiraron al río La Miel”.

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Tomada de la página digital MOVICE – Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.

Luz Mery tiene el cabello rubio y los ojos claros. Ya va llegando a los 60 y está cansada, por eso prefiere esperar sentada en el piso a que anochezca para que comience la ceremonia de conmemoración a los desaparecidos. Tiene unos lentes de marco rojo que a veces se deslizan hacia su nariz. Mientras se los acomoda, sigue contando su historia. “Yo me considero víctima del Estado porque el Estado creó el paramilitarismo. Cuando mataron a mi esposo, yo no fui reconocida como víctima, porque me decían que en Norcasia no había paramilitares. Entonces yo mandé un derecho de petición a la presidencia de ese momento. Entré un proceso judicial y años después me reconocieron como víctima cuando Ramón Isaza admitió varias veces, en el proceso de Justicia y Paz, lo que le habían hecho a mi esposo”.

Julián y Luz Mery tuvieron una hija. Con orgullo, Luz Mery cuenta que hoy es una gran arquitecta, porque le aprendió al papá. “Los paseos de nosotros era a las hidroeléctricas. A la niña siempre le encantó todo eso, se montaba a jugar a las retroexcavadoras y el papá era feliz”. Cuando su padre desapareció ella no lloró. Según Luz Mery, la primera vez que lloró fue al año y medio, y lloró dos meses seguidos. “El vacío de la desaparición forzada es muy grave porque uno no cierra el ciclo, uno no tiene a quién llorar entonces es más difícil hacer el duelo. Eso fue lo que nos pasó a mi hija y a mí”.

Debido al estado en el que dejaron el cuerpo de Julián, era imposible recuperarlo. El Estado le ofreció a Luz Mery una entrega simbólica, pero ella no aceptó porque no quería una caja vacía. También le ofrecieron un espacio en un mausoleo en el Cementerio Universal, pero de nuevo dijo que no. “Es que en ese mausoleo solo había espacio para 180 víctimas, pero en Antioquia son más de 13 mil desaparecidos. Yo no podía aceptarlo sabiendo eso”.

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Tomada de la página digital MOVICE – Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.

Mientras va llegando la noche, Luz Mery admite que dieciocho años después de la desaparición de su esposo, ella todavía lo llora, todavía le duele. Pero en medio de ese dolor ha encontrado espacios que la han ayudado a sanar, como un grupo de teatro que formó con otras víctimas que también hacen parte de Movice. Se llama Desde Adentro, y ellas mismas escriben y actúan obras de teatro que representan sus historias. Para ella eso ha sido lo más importante de todo su proceso: empoderarse de su dolor para construir memoria.

Cuando el cielo ya estaba oscuro y el sol se había escondido, comenzó el acto de conmemoración. Los miembros del movimiento y quienes los acompañaban prendieron unas velas eléctricas que alumbraban de colores y las pusieron entre cada foto de la sábana. Luego, la mujer del micrófono comenzó a nombrar a todas las víctimas, a lo que un coro de voces respondía “presente, presente, presente”. Cuando llamaron el nombre de Julián, a Luz Mery no se le quebró la voz. Con la certeza de que esas palabras eran más ciertas hoy que nunca, ella anunció fuerte y claro: “presente, presente, presente”.

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Tomada de la página digital MOVICE – Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.

 

Tatiana Lozano Jaramillo
Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana