Vélez era uno de los empresarios más ricos de Colombia, conocido por su emporio de basuras, energía y carreteras.
Quienes lo conocieron destacan su habilidad estratégica y visión práctica para los negocios. Aunque calcular con precisión su patrimonio es difícil, Vélez es considerado uno de los cacaos del empresariado colombiano.
Vélez convirtió los servicios públicos en una de sus principales fuentes de poder económico. La apertura del sector, impulsada por la Constitución de 1991 y el entonces gobierno de César Gaviria, le abrió la puerta para entrar de lleno en negocios como el manejo de basuras, acueductos, alcantarillados y el sector eléctrico. Rápidamente, entendió las dinámicas del nuevo modelo.
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Sin embargo, ese imperio no surgió de forma repentina, aunque sí estuvo marcado por el tradicional espíritu emprendedor paisa. Tras graduarse como ingeniero, Vélez comenzó su carrera vendiendo repuestos eléctricos por distintos municipios de Antioquia, a bordo de un camión modelo 55.
Luego de cinco años recorriendo las carreteras y forjando relaciones comerciales, fundó Termotécnica Coindustrial, una empresa dedicada al mantenimiento de maquinaria en grandes textileras como Coltejer y Fabricato.
En 1969 fundó Eléctricas Medellín, su firma insignia y a partir de la cual comenzó un proceso de expansión hasta formar uno de los grupos empresariales más reconocidos de Colombia.
Y luego, en julio de 1996, fundó en Medellín la empresa Interaseo, nacida de la fusión entre las sociedades Insicon y Termotécnica, con la que ganó la licitación pública del servicio de aseo en esa ciudad.
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Interaseo es una de las empresas más importantes en el sector de servicios públicos de aseo en el país y también administra los rellenos sanitarios de Valledupar, Cesar, Palmar en el Atlántico, Yotoco en Valle del Cauca, San Andrés Islas, Ibagué, Pereira, Sincelejo, Fonseca y Riohacha, Ciénaga, Aracataca y Palangana en Magdalena.
Hasta el 2015, Vélez fue uno de los principales accionistas de Odinsa, una de las firmas de ingeniería civil más grande del país que tiene megacontratos como dos carreteras de cuarta generación (4G) y una participación fundamental en el concesionario del aeropuerto El Dorado.
A través de otras empresas del Grupo Ethuss, como Termotécnica Coindustrial y Eléctricas de Medellín, Vélez también tenía participaciones directas en dos importantes vías de 4G, contratos de mantenimiento de oleoductos y redes eléctricas de alta tensión con ISA, así como concesiones de alumbrado público en ciudades como Santa Marta y Cali.
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Pese a las controversias, investigaciones y cambios políticos, Vélez logró consolidarse como una de las figuras más poderosas del sector de servicios públicos en Colombia.
Su éxito en el mundo empresarial le valió el apodo de ‘zar de las basuras’, tras quedarse con contratos millonarios para la gestión de residuos en varias ciudades de la región Caribe.
Aunque solía mantenerse alejado del foco mediático, William Vélez era conocido por su cercanía a las esferas de poder, incluyendo una relación estrecha con el expresidente Álvaro Uribe Vélez.