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El prontuario del hombre que fue capturado en Dabeiba con 116 migrantes

Estaba pagando una condena de 64 meses por tráfico de drogas

  • En este bus llevaban a los migrantes hacia Necoclí. Foto: Cortesía
    En este bus llevaban a los migrantes hacia Necoclí. Foto: Cortesía
27 de marzo de 2023
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Entre el departamento de Putumayo y Necoclí, en el Urabá antioqueño, se movía Samuel Alvarado Solano. El hombre, según la Fiscalía, se encargaba de transportar migrantes desde el sur, pues muchos entran desde Ecuador, para llevarlos hasta el Golfo de Urabá. La tesis del ente investigador, que logró enviar al hombre a la cárcel mientras se surte el proceso judicial, es que Alvarado Solano los conducía en un bus de servicios especiales.

Este hombre fue capturado en flagrancia cuando iba en Dabeiba, ya muy cerca de Urabá. Las autoridades detuvieron el autobús que iba manejando y la sorpresa fue mayor: en él eran transportadas 116 personas extranjeras, de nacionalidades haitiana, camerunés y brasileña, principalmente.

Lo más grave es que, según las autoridades, 73 eran menores de edad. Pero este caso no deja de sorprender. Resulta que Alvarado Solano ya había sido procesado y condenado por tráfico de drogas. Es más, ese delito lo cometió en el mismo bus en que llevaba a los migrantes. Por ese hecho había sido condenado a 64 meses de prisión domiciliaria.

Alvarado Solano es una pieza del tráfico de migrantes en Colombia. Desde Mocoa, Putumayo, hasta Necoclí, hay 1.174 kilómetros que se recorren, cuando menos, en 22 horas. Para los migrantes ahí sigue lo peor, el cruce del Darién.

Como si no fuera poco atravesar una selva tropical repleta de peligros y maleantes, la Procuraduría alertó que en el camino se han encontrado minas antipersonales.

Tras una visita de verificación de la Procuraduría General de la Nación, en Necoclí –Urabá antioqueño–, la fuerza pública informó al órgano de control sobre el hallazgo de minas antipersonal en la ruta que atraviesan cientos de migrantes a diario, buscando cruzar la selva del Darién con destino a Panamá.

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Javier Sarmiento Olarta, procurador delegado para la Defensa de los Derechos Humanos, junto al Puesto de Mando Unificado, PMU, en la zona, evidenció la situación el pasado 15 de marzo, después de una inspección al lugar.

Encontraron explosivos tipo camándula enterrados en el camino, particularmente en el sector de Polín, en zona rural de Acandí, Chocó. Lugares de tránsito obligatorio en medio de la ruta que suelen emprender los migrantes, con el fin de cruzar la frontera entre Colombia y Panamá, y poder llegar a Estados Unidos.

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Según cifras del Comando de Policía de Urabá, entre 2022 y 2023 el tránsito de personas en condición de migración ha aumentado un 401%, es decir, se registró el ingreso de 50.135 personas entre enero y febrero del año en curso, frente a 10.006 que lo hicieron en la misma época, pero del año pasado.

Al parecer, la situación se presenta durante la noche, cuando lanchas rápidas abordan a la población migrante y la transportan entre ambos poblados, algo que no está permitido por la capitanía costera de ninguno de los dos países y ha aumentado cada vez más el riesgo de perder la vida para quienes deciden emprender ese viaje.

Se presume que en estos momentos es el servicio más costoso que se oferta en la zona y que promete a quienes buscan cruzar en menor tiempo la alternativa más fácil y rápida para llegar hasta Panamá.

La Alcaldía de Necoclí también ha encontrado que niños, adultos mayores y madres gestantes tardan más en cruzar. Suelen quedarse en las playas de la región durante varias semanas buscando la manera de reunir mínimamente $300 dólares –la tarifa más baja–, y así poder pagar su cruce.

Esta situación ha desembocado en situaciones no solo de insalubridad, sino de explotación laboral y sexual en menores y mujeres, microtráfico, entre otras problemáticas.

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